«El Rojo cubrirá el cielo» Advertencia anunciada en antigua tablilla cuneiforme asiria
El imperio Asirio y su amplio conocimiento astronómico
Una de las civilizaciones antiguas que acumuló una gran cantidad de conocimientos astronómicos fueron los asirios, un pueblo valiente que gobernó el mundo en su apogeo. Su cultura, religión y todos los aspectos de sus vidas dependían del movimiento y posición de las estrellas. Ser sacerdote en la familia real asiria significaba estar bien versado en astronomía.
Los descubrimientos de estos pueblos hacia el cielo quedaron registrados en tablillas cuneiformes y objetos de arcilla grabados con caracteres complejos. Allí podrás leer sobre lo que ahora llamamos erupciones solares, así como otros eventos y fenómenos celestes que son muy importantes en la actualidad.
Una tablilla cuneiforme como las usadas en la antigua Asiria. Crédito: Wikimedia Commons
Erupciones solares y sus implicaciones actuales
Hace unos 2.700 años, los astrónomos asirios quedaron sorprendidos por lo que parecían ser erupciones solares. Sus archivos describen un destello de luz especial que tiñó el cielo de rojo, un evento también llamado nubes rojas o “cubierta roja del cielo”. La comparación de estas observaciones con las concentraciones de carbono 14 en los anillos de los árboles del mismo período arrojó resultados sorprendentes.
Según Science Daily, lo que registraron los astrónomos asirios ahora se conoce como un arco polar rojo permanente. Este arco no es más que la luz emitida por los electrones de los átomos de oxígeno de la atmósfera tras ser excitados por un fuerte campo magnético. Este nivel de actividad magnética se puede atribuir a erupciones solares a gran escala, como nunca antes los humanos modernos habían visto.
Erupción solar. Crédito: NASA
¿Qué ocurriría si, en la actualidad, «el rojo cubre el cielo»?
Durante la época del Imperio Asirio, las erupciones solares eran tan intensas que parecen haber creado fuertes campos magnéticos. Estos alcanzaron la atmósfera terrestre, enrojeciendo el cielo y creando un espectáculo verdaderamente etéreo. ¿Y si el sol hiciera lo mismo hoy y, como dijo el astrónomo asirio, “volviera a cubrir el cielo rojo”?
Si grandes cantidades de radiación electromagnética del sol llegaran hoy a nuestra atmósfera, tendría efectos desastrosos. Hace 2.700 años no había satélites en la atmósfera terrestre ni antenas de comunicación en la superficie terrestre. La sociedad humana no era tan dependiente de Internet o de los teléfonos móviles como lo es hoy. Una erupción solar de esta magnitud podría provocar una auténtica catástrofe en el modo de vida al que estamos acostumbrados en el siglo XXI. ¿Cuánto tiempo puede durar nuestro mundo moderno de complejas redes de comunicación y millones de dispositivos electrónicos? Todo se esfumará como por arte de magia, todo desaparece.
Conocimientos avanzados de una sociedad remota
Los astrónomos asirios no sólo estudiaron el movimiento del sol, sino que también se interesaron por otros fenómenos celestes. Su mayor interés era cualquier cosa que pudiera influir en su mundo, especialmente en su emperador. De hecho, creían que con la ayuda de la magia podían predecir el futuro o controlar las estrellas.
Astrónomos o astrólogos representados trabajando en el siglo XIV. Crédito: Wikimedia Commons
Es cierto que muchas de las creencias asirias no tenían base científica. Sin embargo, en sus escritos se pueden encontrar conocimientos astronómicos avanzados que le permitieron predecir los movimientos de los planetas en el siglo VIII a.C. Su exploración espacial fue absorbida y profundizada por Grecia, otra potencia mundial de la historia antigua.
Mucho que agradecer a nuestros inquisitivos ancestros
Durante siglos, la gente ha pensado en su lugar en el universo y ha tratado de encontrar respuestas a muchas preguntas en el misterioso universo. Hoy, este deseo de conocimiento nos ha llevado a explorar lugares de nuestro sistema solar que antes eran inaccesibles. Le debemos mucho de lo que sabemos hoy y de lo que todavía no sabemos a nuestros curiosos ancestros.
