El Mito de Kon Iraya Wira Kocha

Este es un mito pasado de generación en generación en su
idioma original que es el quechua recogido después de los nativos de la región
de Huarochirí, ahora compartido a ustedes, espero sea de su agrado.

El Kon Iraya Wira Kocha dicen que anduvo antiquísimamente con
forma de un indio muy pobre, desechado, vestido de andrajos y de manera que los
que no sabían quién era, le llamaban pobre piojoso. Y este dicen que fue el
creador de todas las cosas, y que con solo mandarlo y decirlo hizo que en las
medias laderas y partes barrancosas se compusiesen los andenes y chácaras y se
hiciese las bardas que tienen y las acequias y aguaduchos los hacía con solo
arrojar una caña hueca de las que decimos caña de Castilla. Y así mismo andaba
por todas partes haciendo y ordenando diversas cosas; y con su mucho saber
hacia tretas y burlas a las huacas e ídolos de pueblos a donde llegaba.
Y en ese tiempo dicen que así mismo había una mujer que era también
huaca, la cual se decía Kawillaka y esta era hermosísima así como doncella, por
eso era muy pretendida y solicitada por diversas huacas e ídolos principales de
la región. Pero ella nunca quiso conceder sus favores a ninguno.
Y se puso a tejer una manta al pie de un árbol de lúcumo,
donde el sabio Kon Iraya halló la ocasión de alcanzarla; se volvió un muy lindo
y hermoso pájaro y se subió en el lúcumo, donde tomo su simiente generativa y
lo hecho o metió en una lúcuma, bien sazonada y madura, dejándola caer cerca de
la hermosa Kawillaka, está la tomo y comió con mucho gusto el lúcumo quedando
preñada sin ninguna obra de varón. Cumplido los nueve meses parió, quedando
doncella como antes y con sus pechos crio al hijo un año entero sin saber cómo pasó
ni cómo fue que lo engendro.
Al final del año, cuando el niño empezaba a gatear,
Kawillaka mando una junta con los huacas e ídolos principales de la tierra para
que revelasen de quien era hijo el niño.
Esto contento a todos quienes procuraron vestirse,
arreglarse y perfumarse lo mejor que se podía, peinándose, lavándose, y
vistiendo las ricas mantas que cada uno tenía, procurando ir con sus mejores
galas para ser mejor que los otros frente a la hermosa Kawillaka y lograr así
convertirse finalmente en su marido.
Y así se hizo esta reunión donde se congregaron todos estos
falsos dioses en Anchicocha un páramo feo donde hace mucho frio, que esta entre
el pueblo de Chorrillo y Huarochirí, a mitad del camino fue donde quedaron y así
sentados en orden empezó Kawillaka, tomando la palabra dijo:
  •          
    Aquí os he rogado que vinieran gente importante,
    para que sepáis que tengo mucha preocupación y pena, pues he parido este niño
    que tengo en mis brazos ya hace un año y no he podido saber quién es su padre, por
    que como ya saben, nunca he conocido varón ni he perdido mi virginidad; así
    pues estáis todos aquí de los que pudiera haber quedado preñada, así que el que
    hizo el daño quiero que lo reconozca así como también a este niño el cual es su
    hijo.

Todos quedaron callados mirándose unos a otros, aguardando
por la persona que era el autor de esto y padre del muchacho, pero nadie se movió.
En esa reunión también estaba sentado al final de todos, vestido con su trajes
pobres y harapos el dios Kon Iraya Wira Kocha, quien se dio cuenta que la
hermosa Kawillaka, ni siquiera quería mirarle cuando pasaba por su lado, considerándolo
de mal pelo y talle, por eso solo ella se dirigía a los otros dioses, no
imaginaba que ese postrero fuera el padre, y viendo que nadie tomaba parte de
la responsabilidad dijo:
  •          
    Así que calláis todos y nadie quiere reconocer
    lo que debe, pues soltare a este niño y el ira a gatas hacia su padre, que sin
    duda será aquel a quien el llegase primero y en sus piernas se enderezara;  así pues soltó al niño.

El niño fue gateando y pasando entre todos sin llegar a
detenerse, así llego hasta donde estaba su padre Kon Iraya, luciendo siempre sus
harapos sucios, el niño se alegró y riéndose le asió las piernas enderezándose al
final ambos.
Kawillaka se llenó de vergüenza y molesta arremetió contra el niño
diciendo:
  •          
    Qué asco y vergüenza me da, como una señora
    como yo había de quedarse preñada de esta cosa, un pobre puerco, asqueroso?,
    arrebato a su hijo y dando las espaldas se fue rumbo al mar, huyendo;

Entonces el Kon Iraya Wira Kocha quien deseaba la amistad y gracia
de la diosa, cuando esta se fue en un parpadeo se vistió de riquísimas mantas
de oro dejando admirado a los demás dioses, con gran prisa fue tras de ella
diciendo:
  •          
    Señora mía, Kawillaka vuelve acá tus ojos y
    mira qué lindo y galán estoy; junto a otras palabras amorosas y cariñosas,
    soltando un resplandor que hacía que todo a su alrededor se aclarase.

Más la desdeñosa Kawillaka ni por eso respondía a sus querellas,
tampoco quiso volver el rostro, en vez de eso se apresuraba más diciendo:
  •          
    Ya no tengo nada que hacer entre esa gente, ni
    quiero ver a nadie; pues he parido de un hombre tan sucio, tan sarnoso y
    puerco.

Así desapareció y se fue a la playa de Pacha Kámax, donde con su
hijo se metió al mar y se convirtió en piedra y donde la gente que pasa dicen
que se ven a dos que están parados juntos, madre e hijo.
Aún estaba detrás de ella Kon Iraya, gritando a voces diciendo:
  •          
    Aguarda, aguarda señora, vuelve y mírame ¿Dónde
    estás que no te veo?

En su camino se encontró con un cóndor que venia del rumbo al que
se dirigía y le pregunto:
  •          
    Hermano dime, ¿encontraste a una mujer con
    estas características?

Respondió el cóndor:
  •          
    Está muy cerca de aquí; si te das un poco de
    prisa la alcanzaras sin duda.

Por este favor Kon Iraya le agradeció por la buena noticia y lo
bendijo diciendo:
  •          
    Tu vivirás siempre y yo te doy facultad y
    poder para que puedas andar a tu libre albedrio y te des tus gustos por todas
    partes, correr por las punas, atravesar los valles, escudriñar las quebradas,
    anidar donde no seas inquieto, posar en lugares arduos e inaccesibles, te
    concedo que puedas comer de todo, incluso lo que hallares muerto como guanacos,
    llamas, corderos y todo lo demás, y aunque no estuviese muerto y sus dueños estén
    descuidados también lo puedas matar y comer, y si alguien te matare a ti, que
    muera el también.

Así pues prosiguió su camino y se encontró con una zorrilla de las
hediondas y le pregunto por Kawillaka, y esta le dijo:
  •          
    Demás esta que te apresures, pues está muy
    lejos, no creo que te sea posible alcanzarla.

Por esta noticia Kon Iraya la maldijo diciendo:
  •          
    Por lo que has dicho y la mala nueva que me
    has dado, te mando que nunca oses aparecerte excepto de noche y que de ti
    siempre salga un mal olor y te persigan las gentes teniéndote un gran asco.

Siguió su ruta y en el camino se encontró con un león de montaña, preguntándole
por la mujer este dijo:
  •          
    Vas muy cerca, si te das mediana prisa la
    alcanzaras.

Este aviso le dio esperanza y le bendijo diciendo:
  •          
    Tu serás respetado y temido por todos, yo te
    asigno y señalo verdugo y castigador de esta forma: te doy la facultad para que
    comas las llamas de los indios pecadores y aun mas, después de tu muerte serás
    honrado y temido aún más. Porque cuando te mataren desollaran tu pellejo pero
    sin cortarlo de la cabeza, la cual aderezaran dejando así la boca con toda tu
    dentadura, dejando al final la forma de tu cabeza, con tus ojos de tal manera
    que parezcan vivos, tus pies y manos quedaran pendientes del pellejo y la cola
    por consiguiente, con un hilo para adornarla, y así te aderezaran y se
    adornaran poniéndote así encima, cubriéndose contigo en fiestas principales de
    manera que serás honrado y quien quisiera hacer esto contigo ha de matar una
    llama y así danzar y cantar contigo a cuestas.

De esta forma bendijo al león de
montaña y prosiguió su camino, pronto se encontró con un zorro que le dijo que
estaba demás seguir el camino ya que la dama estaba muy lejos y no podría alcanzarla,
más en pago por esta mala nueva recibió esta maldición:
  •          
    Yo mando que seas perseguido aun de muy lejos
    y que por eso estés muy apartado, cuando te vean, vayan detrás de ti y te hagan
    correr y cuando mueras no se haga de ti ni caso y que tú y tu pellejo os pudráis
    sin que haya quien os alce del suelo.

La siguiente criatura que encontró en
el camino fue un Gavilán o halcón que le dijo que iba muy cerca de la dama, por
eso el Kon Iraya le dijo:
  •          
    Yo te concedo que por todos seas muy estimado
    y que por la mañana te almuerces al kenti(colibrí) y entre días mataras y comerás
    los pájaros que quisiereis y el que te matare, matara también una llama en tu
    honra y cuando haya que salir en las fiestas principales a bailar y cantar te
    lleven sobre sus cabezas.

Los papagayos que encontró en el camino le dijo malas nuevas y por
eso les dijo que siempre estarían dando gritos y voces siendo advertidos desde
lejos, serian ojeados y cuando quieran comer los estén esperando ya que por sus
gritos serian descubiertos.
Así varios animales que les salió al encuentro fueron bendecidos y
maldecidos conforme sus respuestas eran positivas o negativas, aun así llego al
mar donde la hallo vuelta en piedra dentro del agua a Kawillaka y a su hijo
como ya lo habíamos dicho. Solo pudo seguir por la costa llegando a Pacha Kámax,
encontrándose con dos mozas hermosas de Pacha Kámax quien tenía por guardiana
una culebra ya que su madre llamada Urpay Wáchax(ya sabrán porque) estaba
ausente en el mar, ya que había escuchado sobre la piedra Kawillaka.
El Kon Iraya se encontró con estas jóvenes solas acompañadas de su
culebra, pero con su poder la hizo estar quieta, de esta forma tuvo un
encuentro con la hermana mayor, queriendo después tener lo mismo con la otra,
esta sin embargo se transformó en paloma de encuentro o Urpay, por eso a su
madre le decían Urpay Wáchax que quiere decir madre de palomas.
Se dice que en ese tiempo en el mar no habían peces y que el Kon
Iraya al enterarse que Urpay Wáchax fue a ver a Kawillaka se enojó, Urpay
Wáchax criaba peces en un pequeño estanque en su casa, pero el Kon Iraya vacio
el estanque de peces en el mar, por eso desde ahí el mar de la costa tiene gran
cantidad de peces. Después de esto el Kon Iraya se fue por la costa, un tiempo después
llego la madre y se enteró de todo lo que había pasado en su ausencia.
Esta se enojó y fue tras el llamándole varias veces, pero de una
manera amable, con palabras tiernas y amorosas diciéndole: 
  • Koni, ¿quieres que
    te espulgue y te peine? Déjamelo hacértelo.

El consintió y reclino su cabeza en su regazo, estaban en un risco
y ella esperaba el mejor tiempo para empujarle y despeñarlo, pero el Kon Iraya
se dio cuenta en su sabiduría y entendió la trampa, al final dijo:
  •          
    Hermana, déjame ir a cumplir mi necesidad del
    vientre que vuelvo en un momento. Ella se lo concedió.

Ahora libre, se apresuró a seguir su camino rumbo a la tierra de Huarochirí
donde siguió haciendo de las suyas en sus constantes burlas y tretas en los
diversos pueblos como también a las personas.
Las imágenes que se muestran fueron encontradas en la red, tienen
sus propios autores y/o dueños, solo se han colocado como información y guía del
tema que estamos tratando.

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Este es un mito pasado de generación en generación en su
idioma original que es el quechua recogido después de los nativos de la región
de Huarochirí, ahora compartido a ustedes, espero sea de su agrado.

El Kon Iraya Wira Kocha dicen que anduvo antiquísimamente con
forma de un indio muy pobre, desechado, vestido de andrajos y de manera que los
que no sabían quién era, le llamaban pobre piojoso. Y este dicen que fue el
creador de todas las cosas, y que con solo mandarlo y decirlo hizo que en las
medias laderas y partes barrancosas se compusiesen los andenes y chácaras y se
hiciese las bardas que tienen y las acequias y aguaduchos los hacía con solo
arrojar una caña hueca de las que decimos caña de Castilla. Y así mismo andaba
por todas partes haciendo y ordenando diversas cosas; y con su mucho saber
hacia tretas y burlas a las huacas e ídolos de pueblos a donde llegaba.
Y en ese tiempo dicen que así mismo había una mujer que era también
huaca, la cual se decía Kawillaka y esta era hermosísima así como doncella, por
eso era muy pretendida y solicitada por diversas huacas e ídolos principales de
la región. Pero ella nunca quiso conceder sus favores a ninguno.
Y se puso a tejer una manta al pie de un árbol de lúcumo,
donde el sabio Kon Iraya halló la ocasión de alcanzarla; se volvió un muy lindo
y hermoso pájaro y se subió en el lúcumo, donde tomo su simiente generativa y
lo hecho o metió en una lúcuma, bien sazonada y madura, dejándola caer cerca de
la hermosa Kawillaka, está la tomo y comió con mucho gusto el lúcumo quedando
preñada sin ninguna obra de varón. Cumplido los nueve meses parió, quedando
doncella como antes y con sus pechos crio al hijo un año entero sin saber cómo pasó
ni cómo fue que lo engendro.
Al final del año, cuando el niño empezaba a gatear,
Kawillaka mando una junta con los huacas e ídolos principales de la tierra para
que revelasen de quien era hijo el niño.
Esto contento a todos quienes procuraron vestirse,
arreglarse y perfumarse lo mejor que se podía, peinándose, lavándose, y
vistiendo las ricas mantas que cada uno tenía, procurando ir con sus mejores
galas para ser mejor que los otros frente a la hermosa Kawillaka y lograr así
convertirse finalmente en su marido.
Y así se hizo esta reunión donde se congregaron todos estos
falsos dioses en Anchicocha un páramo feo donde hace mucho frio, que esta entre
el pueblo de Chorrillo y Huarochirí, a mitad del camino fue donde quedaron y así
sentados en orden empezó Kawillaka, tomando la palabra dijo:
  •          
    Aquí os he rogado que vinieran gente importante,
    para que sepáis que tengo mucha preocupación y pena, pues he parido este niño
    que tengo en mis brazos ya hace un año y no he podido saber quién es su padre, por
    que como ya saben, nunca he conocido varón ni he perdido mi virginidad; así
    pues estáis todos aquí de los que pudiera haber quedado preñada, así que el que
    hizo el daño quiero que lo reconozca así como también a este niño el cual es su
    hijo.

Todos quedaron callados mirándose unos a otros, aguardando
por la persona que era el autor de esto y padre del muchacho, pero nadie se movió.
En esa reunión también estaba sentado al final de todos, vestido con su trajes
pobres y harapos el dios Kon Iraya Wira Kocha, quien se dio cuenta que la
hermosa Kawillaka, ni siquiera quería mirarle cuando pasaba por su lado, considerándolo
de mal pelo y talle, por eso solo ella se dirigía a los otros dioses, no
imaginaba que ese postrero fuera el padre, y viendo que nadie tomaba parte de
la responsabilidad dijo:
  •          
    Así que calláis todos y nadie quiere reconocer
    lo que debe, pues soltare a este niño y el ira a gatas hacia su padre, que sin
    duda será aquel a quien el llegase primero y en sus piernas se enderezara;  así pues soltó al niño.

El niño fue gateando y pasando entre todos sin llegar a
detenerse, así llego hasta donde estaba su padre Kon Iraya, luciendo siempre sus
harapos sucios, el niño se alegró y riéndose le asió las piernas enderezándose al
final ambos.
Kawillaka se llenó de vergüenza y molesta arremetió contra el niño
diciendo:
  •          
    Qué asco y vergüenza me da, como una señora
    como yo había de quedarse preñada de esta cosa, un pobre puerco, asqueroso?,
    arrebato a su hijo y dando las espaldas se fue rumbo al mar, huyendo;

Entonces el Kon Iraya Wira Kocha quien deseaba la amistad y gracia
de la diosa, cuando esta se fue en un parpadeo se vistió de riquísimas mantas
de oro dejando admirado a los demás dioses, con gran prisa fue tras de ella
diciendo:
  •          
    Señora mía, Kawillaka vuelve acá tus ojos y
    mira qué lindo y galán estoy; junto a otras palabras amorosas y cariñosas,
    soltando un resplandor que hacía que todo a su alrededor se aclarase.

Más la desdeñosa Kawillaka ni por eso respondía a sus querellas,
tampoco quiso volver el rostro, en vez de eso se apresuraba más diciendo:
  •          
    Ya no tengo nada que hacer entre esa gente, ni
    quiero ver a nadie; pues he parido de un hombre tan sucio, tan sarnoso y
    puerco.

Así desapareció y se fue a la playa de Pacha Kámax, donde con su
hijo se metió al mar y se convirtió en piedra y donde la gente que pasa dicen
que se ven a dos que están parados juntos, madre e hijo.
Aún estaba detrás de ella Kon Iraya, gritando a voces diciendo:
  •          
    Aguarda, aguarda señora, vuelve y mírame ¿Dónde
    estás que no te veo?

En su camino se encontró con un cóndor que venia del rumbo al que
se dirigía y le pregunto:
  •          
    Hermano dime, ¿encontraste a una mujer con
    estas características?

Respondió el cóndor:
  •          
    Está muy cerca de aquí; si te das un poco de
    prisa la alcanzaras sin duda.

Por este favor Kon Iraya le agradeció por la buena noticia y lo
bendijo diciendo:
  •          
    Tu vivirás siempre y yo te doy facultad y
    poder para que puedas andar a tu libre albedrio y te des tus gustos por todas
    partes, correr por las punas, atravesar los valles, escudriñar las quebradas,
    anidar donde no seas inquieto, posar en lugares arduos e inaccesibles, te
    concedo que puedas comer de todo, incluso lo que hallares muerto como guanacos,
    llamas, corderos y todo lo demás, y aunque no estuviese muerto y sus dueños estén
    descuidados también lo puedas matar y comer, y si alguien te matare a ti, que
    muera el también.

Así pues prosiguió su camino y se encontró con una zorrilla de las
hediondas y le pregunto por Kawillaka, y esta le dijo:
  •          
    Demás esta que te apresures, pues está muy
    lejos, no creo que te sea posible alcanzarla.

Por esta noticia Kon Iraya la maldijo diciendo:
  •          
    Por lo que has dicho y la mala nueva que me
    has dado, te mando que nunca oses aparecerte excepto de noche y que de ti
    siempre salga un mal olor y te persigan las gentes teniéndote un gran asco.

Siguió su ruta y en el camino se encontró con un león de montaña, preguntándole
por la mujer este dijo:
  •          
    Vas muy cerca, si te das mediana prisa la
    alcanzaras.

Este aviso le dio esperanza y le bendijo diciendo:
  •          
    Tu serás respetado y temido por todos, yo te
    asigno y señalo verdugo y castigador de esta forma: te doy la facultad para que
    comas las llamas de los indios pecadores y aun mas, después de tu muerte serás
    honrado y temido aún más. Porque cuando te mataren desollaran tu pellejo pero
    sin cortarlo de la cabeza, la cual aderezaran dejando así la boca con toda tu
    dentadura, dejando al final la forma de tu cabeza, con tus ojos de tal manera
    que parezcan vivos, tus pies y manos quedaran pendientes del pellejo y la cola
    por consiguiente, con un hilo para adornarla, y así te aderezaran y se
    adornaran poniéndote así encima, cubriéndose contigo en fiestas principales de
    manera que serás honrado y quien quisiera hacer esto contigo ha de matar una
    llama y así danzar y cantar contigo a cuestas.

De esta forma bendijo al león de
montaña y prosiguió su camino, pronto se encontró con un zorro que le dijo que
estaba demás seguir el camino ya que la dama estaba muy lejos y no podría alcanzarla,
más en pago por esta mala nueva recibió esta maldición:
  •          
    Yo mando que seas perseguido aun de muy lejos
    y que por eso estés muy apartado, cuando te vean, vayan detrás de ti y te hagan
    correr y cuando mueras no se haga de ti ni caso y que tú y tu pellejo os pudráis
    sin que haya quien os alce del suelo.

La siguiente criatura que encontró en
el camino fue un Gavilán o halcón que le dijo que iba muy cerca de la dama, por
eso el Kon Iraya le dijo:
  •          
    Yo te concedo que por todos seas muy estimado
    y que por la mañana te almuerces al kenti(colibrí) y entre días mataras y comerás
    los pájaros que quisiereis y el que te matare, matara también una llama en tu
    honra y cuando haya que salir en las fiestas principales a bailar y cantar te
    lleven sobre sus cabezas.

Los papagayos que encontró en el camino le dijo malas nuevas y por
eso les dijo que siempre estarían dando gritos y voces siendo advertidos desde
lejos, serian ojeados y cuando quieran comer los estén esperando ya que por sus
gritos serian descubiertos.
Así varios animales que les salió al encuentro fueron bendecidos y
maldecidos conforme sus respuestas eran positivas o negativas, aun así llego al
mar donde la hallo vuelta en piedra dentro del agua a Kawillaka y a su hijo
como ya lo habíamos dicho. Solo pudo seguir por la costa llegando a Pacha Kámax,
encontrándose con dos mozas hermosas de Pacha Kámax quien tenía por guardiana
una culebra ya que su madre llamada Urpay Wáchax(ya sabrán porque) estaba
ausente en el mar, ya que había escuchado sobre la piedra Kawillaka.
El Kon Iraya se encontró con estas jóvenes solas acompañadas de su
culebra, pero con su poder la hizo estar quieta, de esta forma tuvo un
encuentro con la hermana mayor, queriendo después tener lo mismo con la otra,
esta sin embargo se transformó en paloma de encuentro o Urpay, por eso a su
madre le decían Urpay Wáchax que quiere decir madre de palomas.
Se dice que en ese tiempo en el mar no habían peces y que el Kon
Iraya al enterarse que Urpay Wáchax fue a ver a Kawillaka se enojó, Urpay
Wáchax criaba peces en un pequeño estanque en su casa, pero el Kon Iraya vacio
el estanque de peces en el mar, por eso desde ahí el mar de la costa tiene gran
cantidad de peces. Después de esto el Kon Iraya se fue por la costa, un tiempo después
llego la madre y se enteró de todo lo que había pasado en su ausencia.
Esta se enojó y fue tras el llamándole varias veces, pero de una
manera amable, con palabras tiernas y amorosas diciéndole: 
  • Koni, ¿quieres que
    te espulgue y te peine? Déjamelo hacértelo.

El consintió y reclino su cabeza en su regazo, estaban en un risco
y ella esperaba el mejor tiempo para empujarle y despeñarlo, pero el Kon Iraya
se dio cuenta en su sabiduría y entendió la trampa, al final dijo:
  •          
    Hermana, déjame ir a cumplir mi necesidad del
    vientre que vuelvo en un momento. Ella se lo concedió.

Ahora libre, se apresuró a seguir su camino rumbo a la tierra de Huarochirí
donde siguió haciendo de las suyas en sus constantes burlas y tretas en los
diversos pueblos como también a las personas.
Las imágenes que se muestran fueron encontradas en la red, tienen
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