Xochipilli (del náhuatl Xochi “flor” y Pilli “príncipe” o “niño”, también conocido como Macuilxochitl) era el dios azteca de las flores, del amor, del placer, de la pintura, de los juegos, de las celebraciones y de la creatividad. Además era el dios patrón de las prostitutas y los homosexuales. Tuvo como consorte a Mayahuel, y su hermana gemela era la diosa Xochiquetzal. Ixtlilton, el dios azteca de la salud, la medicina y la danza, a menudo también era referido como su hermano.

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Arte por sageman2012

Xochipilli es una de las manifestaciones benévolas de Piltzintecuhtli, el joven dios del sol que por su parte era una manifestación de Tonatiuh, el supremo dios del sol azteca. Esta deidad estaba estrechamente relacionada con el dios del maíz Centeotl (uno de los cónyuges de su hermana), que a veces era referido como el “Príncipe de la flor del maíz” o Centeotl-Xochipilli, uno de los siete Señores del día. Los zapotecas le rendían culto como Quiabelagayo. Gracias a sus atributos, a Xochipilli se le consideraba como uno de los Ahuiateteo, los llamados “dioses menores del exceso y el placer”. Es el patrono del onceavo día en el calendario azteca, Ozomahtli (mono).

 

El culto.

Xochipilli era particularmente venerado en la ciudad de Xochimilco. Las ofrendas más comunes a la deidad consistían en maíz, mismas que eran ofrecidas durante sus fiestas, que tenían lugar durante la estación de crecimiento al inicio y durante el Tecuilhuitontli (octavo mes azteca). En estas fechas el pulque también se consumía copiosamente. Las estatuas del dios recibían la visita de sus fieles que acostumbraban a llenarlas de flores y mariposas.

Xochipilli representacion rojo

Durante los cuatro días previos a su fiesta, se permitía únicamente comer pan de maíz sin sal y solamente una vez al día. Además, los hombres no podían tener relaciones sexuales con sus mujeres. En caso de que la prohibición fuera violentada, Xochipilli podía producirles llagas, hemorroides y enfermedades venéreas a aquellos que lo hicieran.

También se hacían sacrificios de vírgenes en honor Xochipilli. Estos sacrificios tenían lugar durante una ceremonia especial, donde las piernas de la víctima eran cruzadas antes de arrancarle el corazón para ofrecerlo al dios. Los cadáveres posteriormente eran conducidos a la “Casa de la niebla”, construida específicamente para este ritual.

De forma ritual también sacrificaban a una mujer que representaba a la diosa Xochiquetzal. Después, un sacerdote vestía su piel y se sentaba frente al templo, mientras los artesanos bailaban a su alrededor. Estos danzantes iban vestidos como perros, monos, coyotes, ocelotes y jaguares, mientras empuñaban símbolos de su oficio.

 

Representaciones.

La concepción de Xochipilli era la de un espíritu amorfo, y muchas veces se le describía como un ente rojo sin piel. En el arte, su representación más conocida es una estatua que proviene del periodo posclásico tardío (1450-1500 d.C.), una obra de la cultura azteca que se encuentra en el Museo Nacional de Antropología en la Ciudad de México.

Xochipilli estatua

La estatua tiene 1.2 metros de altura y muestra al dios sentado en una plataforma del tempo (o quizá sobre un tambor), está decorada con mariposas, flores y racimos de cuatro puntos que son una representación del sol. Xochipilli lleva puesta una máscara y está cubierto de flores de plantas psicotrópicas, hongos alucinógenos y pieles de animales.

 


Source: Mundooculto.es