Descubren un gemelo del Sol por la señal Wow!

El Radio Observatorio de la Universidad del Estado de Ohio, más conocido como Big Ear  buscó señales de civilizaciones extraterrestres a lo largo de la década de los setenta. El 15 de agosto de 1977, Jerry Ehman halló una señal fuerte e intermitente de 72 segundos de duración que ganó fama mundial: la célebre señal Wow!

Recibe ese nombre porque la señal era tan poderosa e inusual que Ehman anotó la palabra Wow! (guau en inglés), junto a los datos impresos de la misma. El equipo descartó rápidamente un origen terrestre o una transmisión desde un satélite.

La señal Wow! nunca volvió a escucharse ni jamás se ha observado nada parecido en ninguna otra parte del firmamento.

El director del observatorio, John Kraus,  buscó de forma incesante qué estrellas podían ser la fuente de la misteriosa señal pero no encontró ninguna.

En 2017, un astrónomo llamado Antonio Paris sugirió que la señal podía haber sido provocada por un asteroide que a la sazón se encontraba viajando por el sistema solar. Sugirió dos candidatos: el 266P/Christensen y el P/2008 Y2, que traían consigo una enorme nube de hidrógeno a su alrededor que podría ser el causante de la señal. Estos asteroides habían sido descubiertos en 2006 por lo que no fueron contemplados por Kraus durante su búsqueda. Big Ear dejó de funcionar en 1998 y sus terrenos –hoy- albergan un campo de golf.

Aunque la tesis de Paris fue refutada, convenció a muchos de que no había extraterrestres tras la señal Wow!, se ha seguido investigando y, ahora, un astrónomo amateur Alberto Caballero, ha localizado un sol parecido al nuestro en la zona de cielo de donde procedía la señal.

En un artículo publicado en el repositorio arXivde la Universidad de Cornell, el astrónomo español cuenta que buscó estrellas parecidas al Sol entre las miles que han sido identificadas por Gaia en la región del cielo de la que procedía la misteriosa señal.

Gaia es una sonda espacial de la ESA (Agencia Espacial Europea) que desde 2013, ha catalogado aproximadamente mil millones de estrellas. Gracias al mismo, Caballero encontró 66 estrellas como posibles candidatas. Pero se inclinó por una: la 2MASS 19281982-2640123, una estrella gemela, idéntica a nuestro Sol, que tiene la misma temperatura, radio y luminosidad.

Esta estrella se encuentra en la constelación de Sagitario a una distancia de 1.800 años luz y podríamos especular con la hipótesis de que, a su alrededor, orbite algún exoplaneta que pueda albergar una civilización avanzada capaz de transmitir señales. O eso… o creemos en las casualidades ¿verdad?

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