El simbolismo de la cobra en la mitología.

A través de la historia, las cobras y otras serpientes han jugado un papel importante en el simbolismo y la mitología. Cuando veas una imagen de cobras, determina el contexto de la imagen para interpretar su significado.

Egipto antiguo

La cobra que se abalanza, a la cual se refieren como “uraeus” (“la que se abalanza”) con su cabeza dilatada, se utilizaba para simbolizar cosas como el sol, Egipto Inferior, varias deidades y al rey. Una cobra se ve a menudo junto con un buitre, el símbolo de Egipto Superior; juntos representaban la unificación de la tierra. Las cobras también se usaban en asociación con la vida después de la muerte en Egipto. Posiblemente debido a su naturaleza protectora, se decía que dos cobras lanzando flamas cuidaban las puertas del inframundo.

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India

En India, tanto los hindúes como los budistas tienen una reverencia especial por la cobra. Los hindúes creen en la inmortalidad de la serpiente por su cambio de piel y una serpiente que se come su cola es el símbolo hindú de la eternidad. La deidad india Vishnu se sienta encima de una serpiente de mil cabezas que también representa la eternidad. Aunque las serpientes se veneran durante todo el año, el día del festival de Nag-Panchami está lleno de adoraciones a la cobra y de personas que llevan a cabo ritos religiosos para buscar la protección y buena voluntad de la cobra.

Dentro del yoga kundalini, la figura del Kundalini Sakti, la serpiente enrrollada, cobra gran notoriedad. Esta significa la energía “femenina” enrollada y adormecida, algo así como vasto potencial de energía psíquica presente en cualquiera de nosotros. Generalmente se simboliza como una serpiente enrollada tres veces y media, con su cola en la boca y girando en el axis central (sacro o hueso sagrado) en la base de la columna. La intención reside en tratar de despertar a esta serpiente, ya que su manifestación de poderes es uno de los puntos de partida del yoga kundalini.

Para los Hebreos es simbolismo de Satanas o el Opositor.

En la antigua China, la serpiente era el símbolo de la tierra y de su constante renovación (con frecuencia era representada en bronce en el primer milenio antes de Cristo); cuando los adoradores de la serpiente fueron vencidos por los indoeuropeos, ésta perdió su jerarquía y fue relacionada con el mal y lo negativo.

En la mitología escandinava, aparece como Nidhogg, la serpiente maligna que hostiga a Yggdrasill, el árbol del mundo; mientras tanto, en los pueblos primitivos africanos se la considera una deidad.

Para los antiguos egipcios las serpientes podían ser tanto divinidades protectoras como maléficas.

Entre las protectoras se encontraban Renenutet y Uadyet. La primera era una divinidad con cabeza de serpiente a la que se vinculaba con la fertilidad y por consecuencia a las cosechas; la segunda, representada como una cobra, encarnaba el calor del sol. En su faz negativa se encontraba Apofis, la horrible serpiente del más allá. La reina Cleopatra tenía en su tocado un áspid y según cuentan, ella se suicidó utilizando la picadura de uno de estos animales como arma, lo que da idea de su veneración, ya que una reina sólo puede ser muerta por un dios .

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Los símbolos mesoamericanos del poder y del saber eran el águila, el jaguar y la serpiente. En la civilización azteca, Quetzalcóatl (soberano legendario de México y considerado como el padre de los toltecas) era habitualmente identificado como la Serpiente Emplumada. Originalmente era un dios de la fertilidad de la tierra, luego se lo vinculó con la estrella matutina y vespertina y posteriormente se lo transformó en el símbolo de la muerte y resurrección y en patrono de los sacerdotes.

En la religión minoica, la serpiente estaba presente por medio de una sacerdotisa-serpiente, o diosa-serpiente, cuyo culto estaba asociado a la fertilidad y al ciclo lunar y solar.

Para los griegos era el acompañante sagrado de algunos dioses: Hermes (Mercurio, en la mitología romana), mensajero de los dioses y dios del comercio (entre otros) llevaba un caduceo de oro, o varita mágica, con dos serpientes enrolladas. 10 A su vez, Asclepio (Esculapio), dios de la medicina llevaba una enrollada en su vara. Ambos caduceos representan en la actualidad el símbolo del comercio y de la medicina respectivamente.

Atenea (Minerva), diosa de la sabiduría y de la guerra, llevaba serpientes en su égida y en su escudo, la cabeza de Medusa (seguramente para “paralizar” a sus enemigos). En el lado negativo, Hécate, diosa de la oscuridad y sus terrores, a menudo es representada con serpientes entrelazadas alrededor de su cuello. En la mitología griega también se menciona a Pitón, la gran serpiente que quedó en la tierra después del Diluvio, que vivía en una gruta cerca de Delfos custodiando el oráculo.

En el Antiguo Testamento, aparece como mensajera del pecado y de la desgracia, asociándola con el demonio cuando Satanás se disfraza de serpiente para tentar a Eva. Por eso la primera imagen del Diablo en la iconografía cristiana, fue la serpiente del Edén. A pesar de esto, cuando el pueblo judío fue atacado por “serpientes ardientes” en el desierto, debido a su actitud rebelde, Moisés (por mandato de Yahvé) mandó erigir una serpiente de bronce y todo aquél que mirara esta figura no moría, demostrando con ello fe en el arreglo de Dios. Esta figura con el paso del tiempo se convirtió en objeto de veneración idolátrica, por lo que fue destruida por el rey Ezequías.

En la actualidad son muchos los pueblos del mundo que utilizan rasgos o símbolos de serpientes para sus danzas tribales. Hay sociedades indígenas, en el N. de América, que realizan ritos como la danza de la serpiente donde, luego de un ayuno, se preparan altares y se capturan alrededor de 50 serpientes. Posteriormente cada uno de los participantes se coloca una serpiente en la boca y procede a bailar. Al día siguiente, cada uno de los animales es devuelto a la naturaleza como mensajeros de que los integrantes de esa tribu viven en armonía con ella.

El simbolismo de la cobra en la mitología.

A través de la historia, las cobras y otras serpientes han jugado un papel importante en el simbolismo y la mitología. Cuando veas una imagen de cobras, determina el contexto de la imagen para interpretar su significado.

Egipto antiguo

La cobra que se abalanza, a la cual se refieren como “uraeus” (“la que se abalanza”) con su cabeza dilatada, se utilizaba para simbolizar cosas como el sol, Egipto Inferior, varias deidades y al rey. Una cobra se ve a menudo junto con un buitre, el símbolo de Egipto Superior; juntos representaban la unificación de la tierra. Las cobras también se usaban en asociación con la vida después de la muerte en Egipto. Posiblemente debido a su naturaleza protectora, se decía que dos cobras lanzando flamas cuidaban las puertas del inframundo.

El simbolismo de la cobra en la mitología.

India

En India, tanto los hindúes como los budistas tienen una reverencia especial por la cobra. Los hindúes creen en la inmortalidad de la serpiente por su cambio de piel y una serpiente que se come su cola es el símbolo hindú de la eternidad. La deidad india Vishnu se sienta encima de una serpiente de mil cabezas que también representa la eternidad. Aunque las serpientes se veneran durante todo el año, el día del festival de Nag-Panchami está lleno de adoraciones a la cobra y de personas que llevan a cabo ritos religiosos para buscar la protección y buena voluntad de la cobra.

Dentro del yoga kundalini, la figura del Kundalini Sakti, la serpiente enrrollada, cobra gran notoriedad. Esta significa la energía “femenina” enrollada y adormecida, algo así como vasto potencial de energía psíquica presente en cualquiera de nosotros. Generalmente se simboliza como una serpiente enrollada tres veces y media, con su cola en la boca y girando en el axis central (sacro o hueso sagrado) en la base de la columna. La intención reside en tratar de despertar a esta serpiente, ya que su manifestación de poderes es uno de los puntos de partida del yoga kundalini.

Para los Hebreos es simbolismo de Satanas o el Opositor.

En la antigua China, la serpiente era el símbolo de la tierra y de su constante renovación (con frecuencia era representada en bronce en el primer milenio antes de Cristo); cuando los adoradores de la serpiente fueron vencidos por los indoeuropeos, ésta perdió su jerarquía y fue relacionada con el mal y lo negativo.

En la mitología escandinava, aparece como Nidhogg, la serpiente maligna que hostiga a Yggdrasill, el árbol del mundo; mientras tanto, en los pueblos primitivos africanos se la considera una deidad.

Para los antiguos egipcios las serpientes podían ser tanto divinidades protectoras como maléficas.

Entre las protectoras se encontraban Renenutet y Uadyet. La primera era una divinidad con cabeza de serpiente a la que se vinculaba con la fertilidad y por consecuencia a las cosechas; la segunda, representada como una cobra, encarnaba el calor del sol. En su faz negativa se encontraba Apofis, la horrible serpiente del más allá. La reina Cleopatra tenía en su tocado un áspid y según cuentan, ella se suicidó utilizando la picadura de uno de estos animales como arma, lo que da idea de su veneración, ya que una reina sólo puede ser muerta por un dios .

El simbolismo de la cobra en la mitología.

Los símbolos mesoamericanos del poder y del saber eran el águila, el jaguar y la serpiente. En la civilización azteca, Quetzalcóatl (soberano legendario de México y considerado como el padre de los toltecas) era habitualmente identificado como la Serpiente Emplumada. Originalmente era un dios de la fertilidad de la tierra, luego se lo vinculó con la estrella matutina y vespertina y posteriormente se lo transformó en el símbolo de la muerte y resurrección y en patrono de los sacerdotes.

En la religión minoica, la serpiente estaba presente por medio de una sacerdotisa-serpiente, o diosa-serpiente, cuyo culto estaba asociado a la fertilidad y al ciclo lunar y solar.

Para los griegos era el acompañante sagrado de algunos dioses: Hermes (Mercurio, en la mitología romana), mensajero de los dioses y dios del comercio (entre otros) llevaba un caduceo de oro, o varita mágica, con dos serpientes enrolladas. 10 A su vez, Asclepio (Esculapio), dios de la medicina llevaba una enrollada en su vara. Ambos caduceos representan en la actualidad el símbolo del comercio y de la medicina respectivamente.

Atenea (Minerva), diosa de la sabiduría y de la guerra, llevaba serpientes en su égida y en su escudo, la cabeza de Medusa (seguramente para “paralizar” a sus enemigos). En el lado negativo, Hécate, diosa de la oscuridad y sus terrores, a menudo es representada con serpientes entrelazadas alrededor de su cuello. En la mitología griega también se menciona a Pitón, la gran serpiente que quedó en la tierra después del Diluvio, que vivía en una gruta cerca de Delfos custodiando el oráculo.

En el Antiguo Testamento, aparece como mensajera del pecado y de la desgracia, asociándola con el demonio cuando Satanás se disfraza de serpiente para tentar a Eva. Por eso la primera imagen del Diablo en la iconografía cristiana, fue la serpiente del Edén. A pesar de esto, cuando el pueblo judío fue atacado por “serpientes ardientes” en el desierto, debido a su actitud rebelde, Moisés (por mandato de Yahvé) mandó erigir una serpiente de bronce y todo aquél que mirara esta figura no moría, demostrando con ello fe en el arreglo de Dios. Esta figura con el paso del tiempo se convirtió en objeto de veneración idolátrica, por lo que fue destruida por el rey Ezequías.

En la actualidad son muchos los pueblos del mundo que utilizan rasgos o símbolos de serpientes para sus danzas tribales. Hay sociedades indígenas, en el N. de América, que realizan ritos como la danza de la serpiente donde, luego de un ayuno, se preparan altares y se capturan alrededor de 50 serpientes. Posteriormente cada uno de los participantes se coloca una serpiente en la boca y procede a bailar. Al día siguiente, cada uno de los animales es devuelto a la naturaleza como mensajeros de que los integrantes de esa tribu viven en armonía con ella.