¿Existió un antiguo mapa de Marte en la Biblioteca de Alejandría?

Cada vez más descubrimos que anteriormente de nuestra civilización pudieron existir diferentes humanidades, con avanzados conocimientos en diferentes aspectos, seguramente tecnológicos. ¿Consiguieron esas culturas perdidas tener acceso a datos astronómicos que inclusive nosotros incluso no poseemos del todo? conforme a expertos, la Biblioteca de Alejandría habría contenido papiros con un mapa del mundo Marte.

Alejandría, como su nombre lo señala, fue creada en 332-331 a. C. por Alejandro Magno. Posteriormente de él, durante la dinastía ptolemaica, se transformó en la capital de Egipto y el puerto más grande del Mediterráneo. La Biblioteca de Alejandría fue creada a principios del siglo III a.C.

Según diferentes fuentes, contenía de 100 mil a un millón de manuscritos. A pesar de los incendios y la barbarie de los fanáticos, ¡la biblioteca existió durante más de mil años! Pero en el siglo VII ocurrió su destrucción.

Durante demasiado tiempo, los historiadores pensaron que el tesoro invaluable del conocimiento antiguo se perdió irremediablemente; pero gradualmente, en distintas naciones de Europa y Asia, empezaron a aparecer informes históricos, obviamente pertenecientes a la biblioteca. Sus curadores, gente muy educada en ese instante, no pudieron impedir ver la amenaza al tesoro de los fanáticos religiosos y tomaron medidas para salvar los manuscritos.

Representación de la Biblioteca de Alejandría.

En incognito de los dirigentes de la casta de los guardianes, con la auxilio de cuantiosos escribas, hicieron copias de los informes históricos más importantes y mandaron los originales en pequeños lotes a diferentes naciones. Según varios informes, varios de los manuscritos inclusive se instalaron en las bibliotecas monásticas del Tíbet.

Echmiadzin, la sede del jefe de la iglesia armenia, se transformó en uno de los centros de almacenamiento de manuscritos viejos. Poco a poco, Matenadaran (Instituto Mashtóts de investigaciones sobre los manuscritos viejos), un centro de almacenamiento de pergaminos viejos, se formó en Armenia. El 17 de diciembre de 1920, mas tarde del establecimiento del poder soviético en Armenia, Matenadaran fue declarado tesoro nacional. En 1939, las autoridades trasladaron la instalación de almacenamiento a Ereván y, en 1960, se colocaron en un edificio sobre todo erigido.

Instituto Mashtóts de estudio sobre los manuscritos viejos Matenadarán. Crédito: Diego Mas (Wikimedia Commons)

En 1939, entre los individuos designadas como culpables del transporte de manuscritos a Ereván desde la residencia de los católicos estaba Viktor Harutyunyan, un adolescente historiador de Moscú, que en verdad era un empleado de la NKVD (Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos). El periódico de Víctor, que llevaba en ese instante, cuenta diferentes sucesos.

En concreto, dice que durante un examen superficial de los pergaminos, en uno de ellos, Harutyunyan se asombró al localizar un mapa … ¡de la superficie de Marte! asimismo, se dibujó un círculo alrededor de Marte, que podría tratarse de un satélite del mundo.

Aturdido por el hallazgo, Viktor se puso a investigar: sacó con atencion el pergamino y lo escondió en su pecho, con la esperanza de analizarla y obtener más datos para despues devolverla a su sitio. Desafortunadamente, la única hoja de mapa proporcionó muy poca información. El escrito se encontraba en latín y parece haber sido una transcripción tardía de un escrito egipcio antiguo. Lo más notable se desconocía: ¿quién hizo el mapa y cuándo?

Si bien las lentes ópticas ya se conocían en el antiguo Egipto, ni siquiera Galileo podía ver los satélites de Marte a través de su telescopio. Esto no se pudo realizar en el siglo XIX. Se necesitó el último telescopio de 26 pulgadas del Observatorio Naval de EE. UU. para encontrarlos en 1877. ¡Pero solo había un satélite en el mapa hallado por Víctor!

La Biblioteca de Alejandría habría contenido un antiguo mapa de Marte, de acuerdo cuenta una cronica.

Desafortunadamente, esta inverosimil cronica se quedó sin continuación. Viktor envió el mapa a la Academia de Ciencias de Armenia indicando de dónde fue tomado. Después de la guerra, fue al frente, donde se esfumó sin dejar rastro. Posteriormente de la guerra, no se publicó ninguna información encima del asombroso mapa y encima del manuscrito del que fue tomado. Lo más posible es que permanezca en el archivo de Matenadaran.

La evidencia indirecta de la presencia del escrito único es que el Diccionario explicativo del conocido investigador y escritor georgiano Suljan-Saba Orbeliani (1658-1725) contiene una referencia del satélite de Marte y tambien señala el radio de su órbita – 24.019 km (hoy en dia 25.459 km).

Es factible que Orbeliani haya visitado la catedral de Echmiadzin y consiguió estos datos de un antiguo manuscrito que se guarda allí. En cualquier suceso, vale la pena buscarlo, si bien es una tarea gran cantidad complicado: en el instante de su traslado al reciente edificio, Matenadaran contenía mas o menos mil manuscritos viejos, 1.850 pedazos, 2.000 páginas de diversos libros y sobre 200.000 informes sobre la cronica de los naciones del Este. en cambio, parece que el incognito del mapa de Marte merece los esfuerzos más minuciosos y laboriosos.

¿Pudo este mapa ser el legado y recuerdo del conocimiento de una antigua civilización perdida que pobló la Tierra anteriormente que nosotros? o, acaso ¿pudo tratarse de un mapa que fue traído por una civilización venida de Marte en el pasado remoto?

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