William H. Mumler: El controvertido fotógrafo de espíritus que capturó la imagen del fantasma de Abraham Lincoln

En 1861, el norteamericano William H. Mumler era un joyero de Boston que en sus ratos libres se dedicaba a su otra gran pasión: La fotografía. Un día, tomando fotos con su cámara, hizo un descubrimiento que cambiaría para siempre su carrera y le daría fama internacional; podía, supuestamente, fotografiar los espíritus de personas muertas.

“Hace algún tiempo que en mi laboratorio ensayaba un nuevo aparato fotográfico haciendo reproducir mi propia fotografía; de pronto sentí que se ejercía cierta presión sobre mi brazo derecho y una especie de cansancio general en todo mi cuerpo. Pero quién describiría mi admiración cuando miré y vi reproducido mi retrato, encontrando a su derecha la imagen de una segunda persona, la cual no era otra que mi difunta prima”, describió Mumler el momento en el que supuestamente capturó por primera vez a un espectro con su cámara fotográfica.

El fotógrafo William H. Mumler junto al supuesto fantasma de su fallecida prima.

Sus críticos, de inmediato, sostuvieron que la fotografía era un fraude, arguyendo que la imagen del fantasma era el residuo de un anterior negativo capturado con la misma placa, lo que no impidió que Mumler se convirtiera en el pionero de la fotografía de espíritus.

Mumler dejó de inmediato su trabajo como joyero y se dedicaría a fotografiar fantasmas en Boston y, posteriormente, en Nueva York. Era un negocio que prometía fama y ganancias, dado el enorme número de personas que habían perdido a sus familiares en la reciente Guerra de Secesión de Estados Unidos (1861-1865) y por el auge que por esa época vivía el espiritismo.

Los clientes de Mumler crecerían como la espuma y poco importaba que las imágenes de los supuestos fantasmas fueran “un poco empañadas y oscuras” y con las “facciones bastante difíciles de reconocer”, pues los clientes las consideraban auténticas.

Mumler boston

James Wallace Black, un respetable fotógrafo de mediana edad que llevaba 20 años sacando fotografías, y quien en 1860 sería el primer fotógrafo en los Estados Unidos en tomar instantáneas aéreas, tras captar con su cámara unas imágenes de la ciudad de Boston desde un globo aerostático, convencido de que William Mumler era un completo fraude, se presentó dos años más tarde en su estudio para desenmascararlo.

James Wallace Black se dejó tomar una fotografía por William Mumler, pero antes había supervisado todo el proceso fotográfico, desde revisar concienzudamente la cámara de Mumler y las placas que este había utilizado hasta acompañarlo al cuarto oscuro para revelar la fotografía. “No eres lo suficientemente inteligente como para poner algo en ese negativo sin que yo lo detecte”, le dijo Black a Mumler, a lo que éste respondió: “Soy muy consciente de eso”.

Mumler 7

De pie en la oscuridad de la pequeña habitación del cuarto oscuro, Mumler abrió una botella de revelador y vertió la solución química sobre un vaso, para producir el negativo. Black observó cómo su propio contorno oscuro aparecía en el revelado, pero luego comenzó a surgir otra forma humana.

“¡Dios mío!” -dijo Black- “¿Es posible?”

Como William Mumler recordaría más tarde, “otra forma se hizo evidente, volviéndose más y más clara a cada momento, hasta que apareció un hombre, apoyando su brazo sobre el hombro del Sr. Black”. El señor Wallace Black, quien había quedado huérfano a la edad de 13 años, se retiró consternado del lugar, llevándose la fotografía donde aparecía él y el supuesto fantasma de su padre.

Las acusaciones de otros fotógrafos, finalmente, llevarían a William Mumler a juicio en Nueva York en 1869. Durante los siete días que duró el proceso judicial se escucharon las declaraciones de varios testigos, incluyendo a varios profesionales y un prominente exjuez que también era espiritista. El fiscal, por su parte, denunció que Mumler había retratado al “mismo fantasma” en fotografías tomadas en Boston y Nueva York.

Sin embargo, en vista que los análisis de expertos en fotografía no lograron encontrar ninguna evidencia de que las imágenes fueran fraudulentas, el juez decidió finalmente retirar los cargos contra Mumler por falta de pruebas, aunque “de mala gana”, asegurando que aunque él creía que había truco o engaño, no había evidencias que así lo demostraran.

Mumler 5

Aunque William H. Mumler fue absuelto de todos los cargos, el juicio afectó su prestigio y sus finanzas, pues debió gastar más de US$ 3 mil de la época en abogados. Casi arruinado, regresó a Boston, donde continuó con su “fotografía espiritual”, aunque de forma más modesta. Fue en esta época cuando Mumler tomaría su foto más famosa. En 1872, recibió la visita de una mujer que se presentó como señora Tundall, que deseaba ser fotografiada junto al espíritu de su difunto marido.

Mary Todd Lincoln, retratada por William H. Mumler, con el supuesto "fantasma" de su marido, el presidente de los Estados Unidos Abraham Lincoln.

Mary Todd Lincoln, retratada por William H. Mumler, con el supuesto “fantasma” de su marido, el presidente de los Estados Unidos Abraham Lincoln.

Lo que William Mumler no sabía era que la señora Tundall era en realidad Mary Todd Lincoln, la viuda del Presidente estadounidense Abraham Lincoln, quien había perdido a sus dos hijos y a su marido en los años recientes y debido a esa tragedia se había visto atraída por el espiritismo. Luego que Mumler le tomara la fotografía, el supuesto fantasma de Abraham Lincoln apareció de pie detrás de la ex primera dama, con sus manos en los hombros, siete años después de su muerte.

William H. Mumler moriría en la pobreza en 1884, no sin antes destruir todas sus placas y sus negativos. Hasta el día de hoy se desconoce si sus famosas fotos de espíritus eran falsas o verdaderas, pues a pesar de los mejores esfuerzos de numerosos investigadores y expertos en fotografía, nadie pudo resolver el acertijo de cómo exactamente Mumler había creado sus apariciones. Los más escépticos aseguran que una posible explicación era que Mumler estaba empezando a encontrar nuevas formas de controlar las reacciones químicas de las que dependía toda la fotografía en ese momento.

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