El santuario mesopotámico que andaba buscando alcanzar a las deidades

Para los viejos sumerios, babilonios y asirios, un zigurat era mucho más que un sitio de veneración. En estos templos sagrados, soberanos y dignatarios buscaban aproximarse a sus dioses en un intento de complacerlos y ganarse su aprobación. Toda la estructura estaba envuelta en un halo de enigma y era considerada un puente entre el planeta terrenal y el divino.

Zigurat: Los inexplicables templos de la antigua Mesopotamia

El nombre ‘zigurat’ procede de un verbo acadio que simboliza «edificar en alto», haciendo una clara alusión a las dimensiones de estos templos sagrados. Aparte de eso, el vocablo no nos menciona absolutamente nada más sobre su autentica función. En total se conocen unos 32 zigurats, la mayor parte de ellos ubicados en lo que hoy sabemos como Irak.

Antiguo zigurat situado en la base aérea de Ali en Irak. Crédito: Wikimedia Commons / Hardnfast

En la antigüedad, cada metrópoli de Mesopotamia poseía una deidad que era el patrón o gobernador de sitio. Los zigurats se construían como un santuario para que los pobladores del sitio le rindieran culto a su deidad patrona. asimismo, estas construcciones eran monumentos que le conferían identidad y resaltaban el poder de la entera nación.

La deidad de la luna Nanna-Sin visita su Zigurat. Crédito: John 

Algunas propiedades sobresalientes de los zigurats

Los zigurats eran edificios en forma de pirámide cuyo boceto iba desde una gigantesca base hasta un recinto divino en su cima, un santuario donde moraban las deidades. Para acceder a él se usaban escaleras laterales que recorrían toda la estructura dibujando una espiral. Una escalera principal en línea recta le daba acceso inmediato a sacerdotes y soberanos.

En el presente son escasos los zigurats que conservan toda su estructura original, pero es factible hacerse una idea gran cantidad clara del particular boceto que tenían. La base era amplia y podía tener forma cuadrada, ovalada o circular. A cierta separación se construían terrazas de menores dimensiones hasta llegar a la última plataforma, en donde se erigía el autentico santuario.

Todo el interior del zigurat se edificaba utilizando ladrillos secados al sol como materia prima. Estos eran revestidos con una gruesa capa compuesta de ladrillos cocidos al horno, dándole una apariencia sólida e inexpugnable. Por su parte, el santuario de la cuspide estaba hecho de ladrillos esmaltados y hermosamente decorados.

Por qué se construyeron

Estas increibles construcciones no aparecieron en seguida como recinto divino de las deidades. Es muy posible que los primeros zigurats estuvieran hechos a nivel del suelo. Actualmente bien, a medida que se deterioraban o derrumbaban, modernos templos iban siendo levantados encima de los cimientos de los construcciones viejos.

Los constructores preferían reedificar encima de los primeros cimientos debido al carácter enigmatico de la presencia divina en los templos. A fin de no profanar la morada de las deidades, empezaban a edificar sin retirar escombros o remover elementos deteriorados.

De tal forma que con el paso del tiempo, los templos se alejaban más del suelo. Al final, este boceto siguió usándose para edificar diferentes zigurats, hasta llegar al punto de que la plataforma final se elevaba centenares de metros. Entretanto más alto estuviera el santuario, más cerca de las deidades estaría el adorador.

Monumentos habituales en la antigua Mesopotamia

Zigurat

Los primeros zigurats de los que se posee constancia verídica se remontan a la III dinastía de Ur (siglo XXI a.C.), y fueron construidos por el primer soberano de dicha dinastía, Ur-Nammu. Este enérgico constructor fue el responsable de edificar el zigurat de su capital Ur, además de los de Nippur y Uruk.

Los registros históricos señalan que desde finales del III milenio a.C. había en cada metrópoli un zigurat habitado por sus respectivos dioses, patrones de la metrópoli. En realidad, varios núcleos urbanos contaban con dos o más de estas construcciones.

Una representación de algo superior

Pintura de Pieter Bruegel el Viejo de 1563 (Public domain).

Varios investigadores opinan que el zigurat es una representación simbólica del cosmos primitivo donde las deidades formaron al hombre. igualmente se le considera como un puente entre el planeta celestial y el terrenal.

Múltiples de estas edificios contaban con siete niveles o terraplenes, los cuales representaban los siete cielos o planos de la presencia.

Es factible que el zigurat más conocido sea la Torre de Babel mencionada en la Biblia. Según el registro divino, este sitio fue declarante de sucesos trascendentales para la casta humana, como la desconcierto de los idiomas y la dispersión del hombre encima del mundo.