En Chile, Misteriosa Criatura Mató A 50 Animales Chupando Su Sangre

En Chile, un agricultor perdió unas 50 llamas y alpacas en una noche, después de haber descubierto sus cadáveres sin sangre. El hombre asustado culpa al Chupacabras de todo, informan medios locales.

Los periodistas se enteraron de que al menos desde noviembre de 2020, un misterioso depredador que ataca al ganado ha aparecido en la localidad de Center-Chitani (Chile) y sus alrededores, en la frontera con Bolivia. Le gustaban especialmente las llamas y las alpacas, y las mata succionando sangre a través de pequeños pinchazos.

El último ataque resultó ser el más masivo. En solo una noche, un granjero llamado Juan Choque perdió inmediatamente una manada de cincuenta animales, incluidos los cachorros.

El campesino asegura que la sangre fue succionada, ya que no se encontraron rastros de sangre cerca de los cadáveres. Inicialmente, los agricultores locales creían que algunas personas malvadas mataban animales que se vengaban de los agricultores por agravios sin nombre.

Pero ahora la mayoría está convencida de que la culpa es de algún “animal malvado” o mítico Chupacabras.

La descripción local del Chupacabras es ligeramente diferente a la tradicional. La gente cree que es análogo a un zombi que se alimenta de sangre animal para mantenerse vivo.

En un intento por ahuyentar a un depredador nocturno, el agricultor instaló linternas de energía solar cerca de los corrales con alpacas y llamas, que deberían iluminar los corrales por la noche. Pero aún no está claro si tal medida ayudará.

Mientras tanto, el veterinario local examinó el estado de los animales muertos y hasta ahora solo pudo informar que no había encontrado ningún rastro de que fueran asesinados por depredadores locales familiares como un puma o un zorro.

“A la altura del pecho, solo tienen dos pequeños agujeros y no hay más rastros. Obviamente, se succionó sangre a través de estos agujeros, pero se necesita una investigación más exhaustiva ”, dijo la veterinaria Andrea Nieto.

También en los corrales con llamas y alpacas no se encontró ni una sola huella extraña.

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