NASA anuncia el descubrimiento de un planeta colosal llamado «Tatooine»

Más allá del Sistema Solar hay un Universo entero repleto de planetas extraños. Entre los 40.000 millones de planetas que algunos calculan que puede haber, podrían encontrarse todo tipo de cosas: desde pequeños planetas helados, a gigantes gaseosos o a auténticos «infiernos» sacudidos por el efecto invernadero. Probablemente, esa variedad no tenga nada que envidiar a lo visto en la saga «Star Wars». De hecho, dentro de los exoplanetas hay incluso planetas que tienen dos soles, porque orbitan alrededor de estrellas binarias (dobles), tal como le ocurre en la ficción a Tatooine, el planeta natal de Luke Skywalker.

Este lunes 14 de junio (2016), la NASA ha anunciado, en el encuentro de la Sociedad Americana de Astronomía, el hallazgo del mayor planeta de entre los que orbitan estrellas binarias. El cuerpo se encuentra en la constelacción de Cygnus, y se le ha dado el nombre de Kepler-1647 b. El hallazgo será publicado en Astrophysical Journal.

«Encontrar planetas circumbinarios (que orbitan estrellas dobles) es mucho más difícil que encontrar planetas que orbitan estrellas individuales», ha disho William Welsh, astrónomo en la Universidad Estatal de San Diego (EE.UU), y coautor del estudio. El motivo es que «los tránsitos no son regulares en el tiempo ni en su profundidad».

El tránsito es el método que usan los telescopios «cazaplanetas» para detectar la presencia de nuevos exoplanetas. Vigilan la luz de cientos de estrellas durante varios años, con el objetivo de detectar pérdidas de brillo que se puedan achacar al paso de un pequeño planeta delante de ellas. Cuando eso ocurre, y un planeta «tapa» parte de la luz de su estrella, no solo se detecta, sino que se obtiene mucha información sobre él. De hecho, y una vez que se producen dos tránsitos sucesivos, se puede saber cuánto duran los años de ese planeta y qué masa tienen tanto él como su estrella.

Kepler-1647 b está a 3.700 años luz de la Tierra y tiene una edad de 4.400 millones de años, prácticamente lo mismo que la Tierra. Sus estrella son similares al Sol, con la pequeña diferencia de que una es ligeramente mayor a nuestro astro, y la otra un poco menor. En cuanto al tampo del planeta, parece ser que tiene una masa y un radio similar a los de Júpiter, convirtiéndole en el mayor exoplaneta de estrellas binarias nunca descubierto.

Un Júpiter en la zona habitable

Este planeta se detectó en 2011, pero han hecho falta cinco años para confirmarlo. El motivo ha sido su largo periodo orbital, o sea, la elevada duración de sus años. Básicamente, un año de Kepler-1647 b dura tres años terrestres, básicamente a causa de estar muy lejos de sus estrellas.

Esto es importante porque hasta ahora los exoplanetas de estrellas binarias siempre se han detectado en órbitas próximas a sus estrellas. Aparte de eso, Kepler 1647 b ca dentro de la zona de habitabilidad, una región no situada ni muy cerca ni muy lejos de su estrella y en la que sería posible que hubiera agua líquida en su superficie.

Pero, tal como han dicho los investigadores, el hecho de que este planeta sea un gigante gaseoso, como Júpiter, dificulta mucho que pueda albergar vida. Sin embargo, podría ser que tuviera alguna, y en ese caso sí podría ser posible que hubiera vida en ellas.

«Aparte de la cuestión de la habitabilidad, Kepler-1647 b es importante porque es la punta del iceber de la enorme población de grandes planetas circumbinarios», ha explicado Welsh. El trabajo de hacer un mapa de planetas habitables en el Universo sigue en marcha.

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