Una fuente de luz detectada a 4.37 años luz podría albergar vida

Utilizando una nueva técnica, los astrónomos han descubierto una fuente de luz, a la que han llamado C1, que parece estar en la zona habitable de Alpha Centauri, el sistema estelar más cercano al Sol, situado a 41,3 billones de kilómetros de nuestra estrella.

Aunque todavía se necesitan comprobaciones más profundas, C1 podría ser un planeta del tamaño de Neptuno situado a una distancia de Alpha Centauri A que es similar a la que existe entre la Tierra y el Sol.

Sería una especie de Neptuno envuelto en gas, si bien por la distancia que mantiene con su estrella estaría situado en una zona de este sistema estelar en la que podría existir agua líquida, es decir, algún tipo de vida.

Si esta hipótesis se confirma, sería la segunda vez que se encuentra agua fuera del sistema solar: en 2013, un grupo de científicos consiguió la primera evidencia de agua más allá de los límites del Sistema Solar, exactamente a una distancia de 150 años luz de la Tierra, en una estrella muerta llamada GD61.

Dentro del sistema solar, la Tierra no es el único sitio donde existe agua. Se cree que algunos satélites de Júpiter y Saturno podrían contener grandes cantidades de agua bajo su superficie congelada, sin que en ninguno de ellos haya podido confirmarse por el momento presencia de algún tipo de vida.

C1 orbitaría una estrella conocida como Alfa Centauri A, que es un 10 % más masiva que nuestro Sol, con un radio de aproximadamente 23 % más grande y que forma parte de un sistema triple de estrellas que está a solo 4.37 años luz de nuestra estrella.

Imágenes directas

Hay otra novedad en este descubrimiento: se ha obtenido mediante imágenes directas de ese supuesto planeta, utilizando un telescopio terrestre de 8 metros con un instrumento orientado a buscar en el sistema Alpha Centauri.

Hasta ahora, la mayoría de los exoplanetas que se han descubierto (unos 3.500) han sido detectados a través del efecto que causan sobre sus respectivas estrellas.

Solo en unas pocas ocasiones ha sido posible la observación directa, porque se ha tratado de exoplanetas jóvenes que todavía estaban suficientemente calientes como para percibirlos mediante espectroscopia infrarroja (que mide la interacción de la radiación infrarroja con la materia).

Para esta investigación, los investigadores desarrollaron un sistema novedoso que permite obtener imágenes directas de exoplanetas valiéndose del infrarrojo medio (o térmico) combinado con un tiempo de observación muy largo.

Esta tecnología permite usar telescopios terrestres para capturar directamente imágenes de exoplanetas que tengan alrededor de tres veces el tamaño de la Tierra dentro de las zonas habitables de sus respectivas estrellas. Este método mejora más de diez veces las capacidades actuales para observar directamente exoplanetas, destacan los investigadores en un comunicado.

Descubrimiento

Después de 100 horas de observaciones de más de 5 millones de imágenes, los astrónomos descubrieron una señal reveladora de un planeta, tal como lo describen en un artículo publicado en Nature Communications, del que Kevin Wagner es el autor principal.

Sin embargo, los autores afirman que, sin una verificación posterior, todavía no se puede descartar la posibilidad de que C1 se deba a algún artefacto desconocido causado por el propio instrumento.

El equipo tiene la intención de embarcarse en otra campaña de imágenes dentro de unos años, en un intento de capturar este exoplaneta potencial en el sistema Alpha Centauri en una ubicación diferente, y ver si la nueva observación sería consistente con lo que se descubierto hasta ahora.

Sirius y más allá

Se espera que la próxima generación de grandes telescopios, como el Extremely Large Telescope del European Southern Observatory, y el Giant Magellan Telescope, puedan aumentar las observaciones directas de estrellas cercanas que podrían albergar planetas dentro de zonas habitables, destacan los autores de esta investigación.

Los candidatos a observar incluyen a Sirius, la estrella más brillante en el cielo nocturno, y Tau Ceti, que alberga un sistema planetario observado indirectamente, del que los astrónomos intentarán obtener también imágenes directas usando este nuevo sistema.

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