El cuadro del niño que llora

EL CUADRO DEL “NIÑO QUE LLORA”

Durante muchos años, la historia del cuadro del «Niño que Llora» se le vincula a desastres y tragedias. Todo se remonta a 1911, cuando nació su creador Bruno Amadio, un artista italiano de Venecia y que fue conocido posteriormente por su seudónimo de Giovanni Bragolin. 
Una leyenda que nació en Europa pero que llegó a Latinoamérica de la mano de un popular cuadro que estuvo (o está) en el living de muchas familias
Poco se sabe a ciencia cierta del enigmático pintor y veterano de la Segunda Guerra Mundial. Pero su historia y la de sus míticos cuadros, cada cierto tiempo se vuelve viral. Se dice que en su juventud adhirió al fascismo.
De joven se enroló en el Ejército italiano para la Segunda Guerra Mundial. Durante esta experiencia vio el sufrimiento de los niños de diversas aldeas y ciudades a causa del conflicto. Esto sería la inspiración para crear la serie de pinturas llamadas «Los Niños Llorones».
Bragolin pronto se ganó el apodo de pintor maldito. Se decía que, frustrado por su nula fama como artista, el pintor habría hecho un pacto con el demonio para que sus pinturas alcanzaran celebridad, cosa que indudablemente ocurrió.
Origen del mal 
Durante la década de los 80, comenzaron a suceder las tragedias ligadas a estas pinturas. Las primeras fueron informadas en el Reino Unido y publicadas en el diario The Sun. 
El 4 de septiembre de 1985, The Sun informaba que un bombero de Yorkshire afirmaba en las casas donde estaba alguno de estas pinturas de los Niños Llorones, las copias eran encontradas intactas, mientras que todo alrededor estaba incendiado. Él mismo bombero afirmó que ninguno tenía permitido poseer una copia del cuadro en su casa. 

Durante los meses siguientes, varios periódicos publicaron artículos sobre incendios de casas cuyos propietarios habían tenido el cuadro. 
Hacia finales de noviembre, la creencia en la maldición de la pintura estaba tan extendida, que el mismo «The Sun» organizó quemas masivas de los cuadros enviados por sus lectores. 
Se dice que este era el retrato de un niño que vivía en un orfanato. Bragolin habría regalado el cuadro a la misma institución pero, al poco tiempo, habría ocurrido un voraz incendio en el lugar que acabó con la vida de todos los menores.
Lo cierto es que cuando esta pintura en particular se comenzó a comercializar en diferentes países, las historias comenzaron a surgir. Ya no solo se trataba de incendios, también de que el cuadro trae mala suerte, que aparecían gusanos detrás de el y que si uno lo gira en 90 grados, parecía que un pez se comía la cabeza del niño.
De hecho, en Latinoamérica, los reportes de eventos paranormales ligados al cuadro proliferaron. Muchas  historias de las familias que aseguran que el cuadro les trae mala suerte se conocieron en los últimos años. Pese a que esta leyenda urbana lleva décadas.
Los testimonios van desde desgracias personales e infortunios de todo tipo.La historia del cuadro del «Niño que Llora» se extiende por diferentes lugares y épocas. Ahora solo queda en quien lo ve reconocer si esta pintura trae mala suerte o no.

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