Vida extraterrestre en la Luna

Los misterios e inquietudes que genera la vida fuera de nuestro planeta han sido siempre objeto de diversos debates y teorías. Parece que la posibilidad de encontrar evidencias definitivas de vida extraterrestre cada vez está más cerca de producirse. Sin embargo, un reciente estudio puede cambiar radicalmente la manera de aproximarse a esta posibilidad.

James Benford, físico de Microwave Sciences (Lafayette, California) ha publicado un interesante estudio en la revista Astrobiología en donde establece la que considera la clave principal para encontrar vida extraterrestre ¿De qué se trata? De buscar artefactos en el sistema solar, esencialmente en la Luna, que puedan dar indicios esclarecedores de la presencia de extraterrestres en nuestra galaxia. Como alega el físico, los artefactos tienen una mayor duración que las señales y, por tanto, se podría realizar un estudio más directo de ellos que de posibles señales emitidas por parte de civilizaciones extraterrestres.

Una de las propuestas de Benford consiste analizar las imágenes lunares en busca de sondas extraterrestres

Esta idea de Benford parte de una adaptación de la ecuación de Drake, en la que incluye la efectividad en la búsqueda de artefactos frente a las señales. Esta ecuación (Frank Drake, Instituto SETI, 1961) sirve para estimar la cantidad de civilizaciones que pueden poblar nuestra galaxia a partir de la susceptibilidad de estas para emitir señales. En definitiva, permite determinar las posibilidades que tenemos de encontrar vida inteligente alrededor de nosotros a partir de una serie de variables, como pueden ser el número de planetas con un entorno apto para la vida o la tasa de formación de estrellas y la adecuación de estas para desarrollar vida.

La primera sugerencia de Benford en este estudio se basa en la idea de analizar las imágenes lunares en busca de sondas extraterrestres o de cualquier señal que pueda asemejarse como tal. “Con una resolución de hasta aproximadamente un pie (0,3 metros) puedes ver las huellas de Neil Armstrong en la luna en algunas fotos, pero solo un puñado de estas imágenes han sido inspeccionadas por ojos humanos. Necesitamos usar software de IA (Inteligencia Artificial) para buscar estructuras, signos de artificialidad, que podrían beneficiar a las ciencias de la Tierra, como la arqueología”, contó Benford en una entrevista para Space.com.

Benford considera más interesante el rastreo de posibles artefactos extraterrestres que la búsqueda de señales de radio

Posteriormente, una vez se hayan realizado estos estudios sobre las imágenes lunares, sugiere que se busquen artefactos extraterrestres que puedan estar presentes en otros cuerpos cercanos a la Tierra. Con esto, el físico hace alusión tanto a objetos troyanos de la Tierra, es decir, situados en la zona de atracción gravitacional en donde la Tierra y el Sol se encuentran en equilibrio, como en objetos coorbitales terrestres, los cuales comparten la órbita de la Tierra alrededor del sol.

Sin embargo, Benford descarta la Tierra como zona de observación y de estudio: “Si un artefacto ha estado aquí en la Tierra durante mucho tiempo, está sujeto a condiciones climáticas, daños, robo o deterioro debido a los elementos. Durante cientos, miles o millones de años, es probable que no se descubran realmente, mientras que, en algún lugar como la Luna, es posible que todavía estén allí”.

En definitiva, casi todos los experimentos SETI (Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre) a día de hoy buscan señales de radio o de luz que puedan haber sido emitidas por algún tipo de vida inteligente. Sin embargo, progresivamente, se pone más de manifiesto que, para poder llegar a detectar verdaderas evidencias de vida fuera de nuestro planeta, hay que tener un enfoque SETA (Búsqueda de Artefactos Extraterrestres). De hecho, en los propios proyectos SETI se está planteando la idea de… ¿Y si las civilizaciones extraterrestres pudieran estar muertas cuando seamos capaces de recibir y desencriptar sus señales?

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