¿la Luna es artificial? la hipótesis de Mijail Vasin y Alexander Sherbakov


En otras palabras, todo lo necesario para que esta “carabela del universo” sirviera como una especie de Arca de Noé de la inteligencia, quizá incluso como el hogar de una civilización que se enfrentaba a una existencia prolongada (miles de millones de años) y a largos recorridos por el espacio (miles de millones de kilómetros). Como el diámetro de la Luna es de unos 3.250 kilómetros, si la miramos desde nuestro punto de vista aparece como una esfera con las paredes muy finas. Y, comprensiblemente, no está vacía. Puede tener todo tipo de materiales y equipos en su interior. Pero la proporción mayor de masa lunar está concentrada en la parte central de la esfera, en su corazón, que tiene un diámetro de unos 3.100 Km. Así pues, entre el fruto y la cáscara de esta nuez hay una distancia de unos cien kilómetros.
Este espacio estaba sin duda lleno de gases necesarios para la respiración y para otros fines tecnológicos. Hasta aquí una breve introducción de esta hipótesis que trata de explicar los misterios lunares. Pasemos ahora a analizar las bases en la que se sustentan las afirmaciones hechas por Vasin y Sherbakov.
Si nos fijamos en los demás satélites que conocemos, son mucho más pequeños que el planeta alrededor del cual giran: eran planetoides un día atrapados por la gravedad del mismo, o producto del material expulsado por dicho planeta en algún choque con un asteroide. Por el tamaño, nuestra Luna nunca podría haber sido atrapada por la gravedad de la Tierra: es demasiado grande. Debido a eso, la hipótesis comúnmente más aceptada es que la Luna es producto de un hipotético choque entre un planeta, aproximadamente del tamaño de Marte, y la Tierra. El material expulsado de tan violento cataclismo quedó flotando durante millones de años alrededor de la Tierra en forma de anillo (como en Saturno) y, posteriormente, dicho material terminaría agrupándose en lo que hoy constituye nuestro satélite ¿?
La perfecta sincronía en la Luna entre sus movimientos de rotación y traslación alrededor de la Tierra, de manera que siempre veamos la misma cara, no tiene parangón en ninguna parte del universo conocido. La imaginación se escapa y sueña con una Luna artificial que oculta alguna clase de equipos de observación dirigidos hacia nuestro planeta y situados en su cara visible ¿Nos observaban?
Por esa razón, la mayor parte de las veces en que hay un eclipse de Sol, la Luna tapa milimétricamente el disco solar, aunque también se producen de vez en cuando eclipses de tipo anular, por las periódicas variaciones de distancia entre los tres astros. Algunos matemáticos y físicos han hecho cálculos de probabilidades en relación con este tema y han llegado a la conclusión de que la probabilidad de que astros con diámetros tan diferentes y situados a tan distintas distancias de nuestro planeta se vean con el mismo tamaño desde aquí son casi infinitesimales por no decir nulas.
La hipótesis de la “luna hueca”.
Dos han sido las razones que han conducido a algunas personas a hablar de la posibilidad de que nuestro satélite esté hueco: Por un lado, cuando en la desatrosa misión Apolo XIII, los astronautas tuvieron que desprenderse de partes del cohete-módulo que orbitaba alrededor de la Luna, para poder regresar a la Tierra, éstas cayeron sobre nuestro satélite y las vibraciones causadas por el impacto captadas por distintos sistemas de medición se asemejaban a las vibraciones de una campana.
Por otra parte, la Luna presenta diversidad de densidades en sus diferentes zonas. Es decir, hay más atracción gravitatoria en unas partes de la Luna que en otras, como si tuviera algunas zonas más huecas que otras. Este hecho generó una serie de problemas en el inicio de la exploración de nuestro satélite, pues dificultaba el alunizaje en el mismo o la posibilidad de dejar satélites orbitando alrededor de ella, pues los equipos necesitaban realizar un continuo recálculo de las condiciones gravitatorias, para no acabar estrellándose sobre la misma o saliéndose fuera de la órbita.
Puede que Vasin y Sherbakov no acierten al ciento por ciento con su teoría, pero también pudiera ser que se hayan acercado mucho a la verdad. Sin duda, las evidencias aportadas por uno y otro lado acercan más que alejan a esta teoría de su posible veracidad.