El misterio del timbre eléctrico que funciona desde hace 175 años “sin recargarse”

 

Si no ves correctamente las imágenes visita nuestra página web mundooculto.es

¿Puede una batería eléctrica durar para siempre sin recargarse? Es posible que la respuesta a este misterio sin resolver se encuentre en un antiguo timbre eléctrico que lleva funcionando desde hace 175 años.

No podemos vivir sin los teléfonos móviles hoy en día. Y no hay nada más frustrante cuando la batería se agota en el momento más inoportuno. Pero, ¿cuánto dura la batería de un móvil?

La duración de la batería se ve afectada por muchos factores como el uso, el clima, los ciclos de carga, etc. Por ejemplo, según Apple, se espera que las baterías de los iPhone duren al menos 500 ciclos de carga completos, y si se carga el teléfono al menos una vez al día, se verá una disminución notable del rendimiento después de 8 meses, 16 meses y 32 meses.

Ahora vayamos a la pregunta candente: ¿puede cualquier batería durar para siempre sin recargarse? La respuesta es sí, y se encuentra en una estantería en el vestíbulo del Laboratorio Clarendon de la Universidad de Oxford, en el Reino Unido.

El dispositivo, conocido oficialmente como pila seca de Clarendon, consiste en una bola metálica suspendida que se mueve de un lado a otro entre dos pequeñas campanas. Si la bola golpea las campanas, se produce un sonido de timbre. Aunque parece un dispositivo sencillo, dista mucho de serlo.

Más de 175 años después de su fabricación, el timbre eléctrico de Oxford (como suele llamarse) ha sonado más de 10.000 millones de veces. Y el secreto está en la batería que alimenta este aparato. Nadie ha averiguado aún la composición de la pila, y los científicos esperan desesperadamente a que se agote para investigar su contenido.

Vista de la campana eléctrica de Oxford. (Wikimedia Commons)

Por el momento, la batería no muestra signos de descarga, y en el Libro Guinness de los Récords se la ha calificado como la “batería más duradera del mundo” por un tiempo de funcionamiento tan prolongado.

 

Historia del timbre eléctrico de Oxford

En el siglo XIX, Robert Walker, profesor de física de la Universidad de Oxford, adquirió un dispositivo muy interesante.

El dispositivo, fabricado por los constructores de instrumentos Watkins & Hill, consistía en dos campanas de latón, cada una de ellas bajo una pila seca, entre las que colgaba una esfera metálica que producía un sonido de timbre. El dispositivo se creó originalmente como parte de un experimento similar a muchos otros que se llevaban a cabo en laboratorios de toda Europa.

Pero esta campana era especial, y lo que la hacía especial era su batería.

Cuando un timbre golpea una de las campanas, la batería de cerdas secas correspondiente libera una pequeña carga, lanzando el timbre a la otra campana. El proceso se repite una y otra vez, creando así un sonido de timbre.

Y como sólo pasa una pequeña cantidad de carga entre las campanas, la batería se agota muy poco mientras sigue sonando, lo que lo convierte en uno de los experimentos científicos más duraderos del mundo.

Pero aquí está el truco: Desde entonces, la batería lleva funcionando más de 175 años, y su secreto reside en la composición interna de la batería de “pelusa seca”.

Vista de la campana eléctrica de Oxford. (Wikimedia Commons)

Los científicos sugieren que la composición puede consistir en capas alternas de lámina metálica y papel recubierto de dióxido de manganeso, de varios miles de capas o discos de espesor. La batería también está recubierta de una capa aislante de azufre fundido para protegerla de las inclemencias del tiempo.

Como investigador, AJ Croft escribió sobre la campana en su artículo de 1984 enviado al European Journal of Physics:

“No se sabe de qué están hechas las baterías, pero está claro que el revestimiento exterior está compuesto de azufre, y esto compacta las celdas y el electrolito. Pilas similares a éstas fueron fabricadas por Zamboni, cuyas baterías consistían en unos 2.000 pares de discos de papel de aluminio pegados a un papel impregnado de sulfato de zinc y recubierto por el otro lado con dióxido de manganeso.”

Hasta la fecha, la campana ha sonado aproximadamente 10.000 millones de veces, pero el sonido es apenas audible porque la carga generada es tan pequeña que la bola metálica apenas toca las campanas de metal. Sin embargo, ¿cómo ha funcionado exactamente durante tanto tiempo? Nadie lo sabe con certeza.

SÍGUENOS EN TELEGRAM

¿Se resolverá el misterio?

El equipo de Oxford está esperando a que la batería se agote y el mecanismo sea desmontado para su investigación, pero por ahora no tienen más remedio que hacer conjeturas sobre su composición.

Campana eléctrica de Oxford. (Wikimedia Commons)

La campana encerrada en el cristal suena sin parar y aún no muestra signos de detenerse, y los investigadores temen que abrir la caja antes de tiempo pueda dañar la batería.

En lugar de ello, decidieron esperar para ver cuánto duraba. Sí, esta batería tiene una vida útil increíble, y si los científicos tienen razón, aún sobrevivirá al resto de nosotros.

Sin embargo, la batería de Oxford nos da una valiosa lección de humildad. Hay mucho que aprender de la simplicidad funcional de la tecnología antigua, y todas las innovaciones futuras se basan en experimentos fiables y detallados del pasado.

Aunque el audio del siguiente vídeo se encuentra en inglés, usted puede activar los subtítulos en español. En caso desconozca cómo hacerlo, puede consultar esta Guia