La NASA financia discretamente la búsqueda de megaestructuras extraterrestres

En los últimos diez años, se han desarrollado instrumentos asombrosos para observar las estrellas y hemos descubierto que muchas de ellas albergan exoplanetas a su alrededor. La astrobiología trata de responder ahora a la pregunta de si alguno de estos mundos puede tener vida o civilizaciones inteligentes. Para ello buscan biofirmas, como el oxígeno, pero también firmas tecnológicas, ya sean señales de radio o megaestructuras; es decir, objetos artificiales a escala gigantesca, como las llamadas esferas de Dyson, que consisten en una hipotética cubierta esférica de talla astronómica (equivalente al de una órbita planetaria) que permitiría a una civilización avanzada aprovechar al máximo la energía lumínica y térmica de su astro.

Pues bien, la NASA ha comenzado a financiar discretamente la búsqueda de megaestructuras alienígenas por primera vez en la historia de la agencia. 

Han detectado un patrón de comportamiento extraño en torno a la estrella de Boyajian, en la constelación de Cygnus

Y es que, en 2015, mientras se analizaban los datos del telescopio Kepler, los científicos detectaron un patrón de comportamiento extraño en torno a la estrella de Boyajian, situada a 1.500 años luz de la Tierra, en la constelación de Cygnus. Se producía un oscurecimiento irregular que podría corresponder con una esfera de Dyson.

Según publica VICE, la NASA ha otorgado cuatro subvenciones para financiar la búsqueda de firmas tecnológicas desde 2019 y, una de ellas, fue otorgada a Ann Marie Cody del Centro de Investigación Ames de la NASA, para estudiar todo el cielo en busca de objetos anómalos que transiten a través de las estrellas.

El cambio en la política de la NASA radica en que una organización privada como Breakthrough Listen, financiada por el filántropo ruso Yuri Milner con 100 millones de dólares durante diez años, ha permitido realizar una gran cantidad de trabajo y publicado artículos en las principales revistas de astronomía sobre tecnofirmas.  

Así las cosas, la NASA llevó a cabo un Taller de firmas tecnológicas en septiembre de 2018, en el que incluso se propuso la búsqueda de posibles artefactos extraterrestres en la superficie lunar y en la Tierra y, a principios de 2021, la NASA concedió la financiación para la búsqueda de megaestructuras alienígenas.

“Me alienta que tengamos fondos de la NASA para apoyar esto”, dice Steve Croft, radioastrónomo del Centro de Investigación SETI en Berkeley. “Si la NASA continúa adoptando la misión de encontrar vida biológica en otros planetas –añade–, entonces debe aceptar la posibilidad de encontrar civilizaciones avanzadas y distantes”.  Y añade: “Estamos utilizando una misión de la NASA para cumplir un objetivo declarado de la NASA: la búsqueda de vida en el universo. Pero lo estamos haciendo a través de una búsqueda de firma tecnológica que no es muy costosa para la NASA en comparación con algunos de sus trabajos de firma biológica. Creo que es beneficioso para todos”.

En los próximos dos años Cody y Croft tienen la ardua tarea de examinar los datos del satélite de exploración de exoplanetas en tránsito de la NASA, el TESS, cuyas lecturas cubren entre 60 y 150 millones de estrellas

Los astrobiólogos se valdrán para ello de una supercomputadora de la NASA con el fin de extraer los datos de la curva de luz de cada una de las decenas de millones de estrellas y mostrar cómo su luz varía con el tiempo, un posible signo de vecinos cósmicos. 

Deja una respuesta