¿Cómo influyen las energías negativas, demonios, espíritus y fantasmas en todos nosotros?

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En artículos anteriores, hemos comprobado que son muchas las personas que se ven afectadas por energías negativas. También hemos ofrecido consejos sobre cómo reconocer y reducir el efecto de las energías negativas en uno mismo mediante la curación espiritual y la práctica espiritual.

Uno de los beneficios de la curación espiritual y la práctica espiritual es que lleguemos a comprender la diferencia entre los pensamientos que surgen de nuestra mente subconsciente y los pensamientos que son creados por energías negativas. Además de esto, cuando la influencia de la entidad negativa es muy fuerte, a veces puede tomar meses o años de sanación espiritual y práctica espiritual para determinar de dónde provienen los pensamientos.

Pero lo que muchas personas se preguntan es cómo las energías negativas, demonios, espíritus y fantasmas influyen en nosotros. Si eres de los que crees que puedes estar bajo la influencia de entidades negativas, continúa leyendo.

Influencias negativas

Hay muchas ocasiones en que una persona muere repentinamente con problemas no resueltos y que no llega a cruzar completamente hacia la luz o no completa su viaje al “otro lado”. Ellos, en su forma de energía, permanecen en la Tierra o en el plano material de existencia como energía atrapada.

Es en ese momento en que pasan a ser espíritus. Porque hay que recordar que todos somos energía. La mayoría de la gente no puede ver espíritus a simple vista porque ya no tienen la densidad de un cuerpo humano. Como resultado, pueden pasar por el fino velo que separa nuestros mundos.

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Estos seres pueden sentirse perdidos sin un cuerpo físico, por lo que buscan a una víctima, persona viva, ya que les da la oportunidad de volver a hacer cosas humanas. Un espíritu que tenía malos hábitos mientras vivía, los lleva consigo cuando mueren. Mientras “habitan” en una persona, algo que se conoce comúnmente como posesión, pueden comer, beber, tener relaciones sexuales y sentir todos los placeres físicos normales y los hábitos que sintieron antes de la muerte.

Apegos kármicos

Los apegos kármicos casi siempre implican una conexión directa con la persona a la que se vinculan.La persona que murió siente que continúa habiendo algo pendiente que llegó a cambiar su vida. Como resultado, provocan sentimientos de dolor, ira, venganza, o resentimiento suficientes para vincularse con el individuo que sienten que los perjudicaron en vida. Esto puede ser una experiencia de esta o una vida anterior.

Energías afines

Los espíritus que no son kármicos se sienten atraídos por las personas con las que tienen energías afines. Esta puede ser una persona que les recuerda a alguien que conocían. También puede ser que la víctima comparta problemas emocionales similares, como la depresión y el trauma psicológico. Además, hay que recordar que la personalidad dominante del espíritu no cambia después de que abandone el cuerpo físico.

Miedo a lo desconocido

Otra razón común que las entidades se aferran a los vivos es que tienen miedo. Les preocupa sufrir las consecuencias de la forma en que vivieron sus vidas. Esto es especialmente cierto si tienen remordimientos o vergüenza por la forma en que trataron a las personas, o las acciones que tomaron mientras estaban en nuestro plano. Muchos temen abandonar el dominio familiar, el plano de la Tierra, porque lo que existe “allá afuera” es desconocido. Nuestra sociedad no enseña a las personas cómo prepararse para cuando cambian (mueren). También pueden estar preocupados de que terminarán en “el infierno”, como les inculcaron en sus respectivas religiones.

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Manipulando pensamientos o sentimientos

Sea el motivo que sea, los fantasmas o espíritus pueden manipular o controlar el campo de energía de una persona. Cuando esto ocurre, la persona anfitriona puede experimentar influencias en su campo energético o aura. Los pensamientos, las emociones, las adicciones o los hábitos, incluso los sentimientos físicos del espíritu pueden transferirse al anfitrión. Pero lo que muchas personas desconocen es que las personas pueden “recoger” energías no deseadas de una variedad de lugares públicos, incluidos el lugar de trabajo, bares o discotecas.

Dicho esto, la posesión espiritual puede ser la causa de enfermedades, trastornos mentales o incluso delitos, pero por desgracia este fenómeno no se está tratando adecuadamente ya que la medicina y la ciencia modernas no reconocen la existencia de la posesión espiritual. El hecho es que el fenómeno de la posesión espiritual es algo común y para prevenirlo o contrarrestarlo, las personas deben tener un conocimiento espiritual preciso: deben conocer la Verdad.

Los fantasmas y los espíritus, cuando se unen a nuestro campo de energía pueden afectar nuestros pensamientos, emociones, sentimientos, creencias y, por lo tanto, nuestras acciones. Dado que estas influencias del espíritu vienen a través del campo energético, el anfitrión generalmente no puede distinguir entre sus propios pensamientos o sentimientos y los del espíritu invasor.

El espíritu también puede extraer energía de su víctima para permanecer unido al plano terrestre. A veces, la persona controlada por una de estas entidades negativas tiene la sensación de que algo está “con ellos” y puede incluso a lo largo de los años desarrollar una relación dependiente con el espíritu a un nivel energético. Esto es especialmente cierto sobre todo cuando la persona es joven.

También hay que saber que el impacto de una energía negativa puede variar dependiendo de la situación y la personalidad de la persona. Cualquier emoción o actitud, como la soledad o la tristeza, puede influir en el comportamiento de la persona anfitriona. Si la persona tiene problemas de ira, entonces podría llegar a tener sentimientos de enfados sin razón aparente.

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El impacto en el bienestar físico

Dado que nuestro campo de energía también está interconectado con nuestros cuerpos físicos, una entidad negativa puede tener un impacto en el bienestar físico de la persona. Cualquier problema físico que pueda sufrir la persona, como dolores físicos, dolores de cabeza o problemas intestinales, puede se causado por este tipo de entidades.

La posesión espiritual puede ser la causa de enfermedades, desórdenes mentales o incluso de actos delictivos, pero como hemos comentado anteriormente, este fenómeno no se está tratando de manera apropiada ya que la medicina no reconoce la existencia de la posesión. Es por este motivo que debemos de ser nosotros mismos los que debemos tomar medidas ante la influencia de entidades negativas. Es importante no obsesionarse con el tema, pero tampoco debemos obviarlo.