La tierra sonó como una campana durante 20 minutos y los científicos no saben por qué

Extrañas olas de sonido recorrieron el mundo, y los científicos no pueden entender por qué

El 11 de noviembre del 2018 estuvo marcado por un fenómeno extraño e inexplicable, los instrumentos científicos captaron ondas sísmicas a más de 10,000 millas de distancia, pero extrañamente nadie las sintió.

No fue un terremoto.
De hecho, nadie sabe lo que era.
¿Meteorito?
¿Volcán submarino?
¿Prueba nuclear?
¿Extraterrestres?
Nosotros no sabemos

Según los informes, las ondas sísmicas aparecieron a unos 24 kilómetros de la costa de una isla francesa entre África y Madagascar.
A medida que las olas se alejaban de las costas de Mayotte, los sensores sísmicos comenzaron a sonar en Zambia, Kenia y Etiopía.

Pero no se detuvieron allí, las ondas sísmicas ya que continuaron a través de vastos océanos y finalmente fueron capturadas por científicos en Chile, Nueva Zelanda, Canadá e incluso Hawai, a casi 18,000 millas de distancia.

Nuestro planeta sonó como una campana

Extrañamente, las olas de sonido hicieron que nuestro planeta sonara como una campana durante más de 20 minutos, y mientras todo sucedió, nadie se dio cuenta, ya que ni un solo ser humano sintió los extraños fenómenos.

Según el sismólogo de la Universidad de Colombia, Göran Ekström, fue como si nuestro planeta sonara como una campana, manteniendo un tono monótono de baja frecuencia mientras se extendía.

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Todo esto es extremadamente extraño.

Debido a la liberación de tensiones en la corteza terrestre, pulsos de ondas sísmicas identificables se irradian hacia afuera desde donde ocurre el terremoto.

Los científicos dicen que la primera señal se llama onda primaria: la onda P u onda primaria es el tipo de onda sísmica más rápida y, en consecuencia, la primera en ‘llegar’ a una estación sísmica. La onda P puede moverse a través de rocas sólidas y fluidos, como el agua o las capas líquidas de la tierra. Empuja y tira de la roca por la que se mueve, al igual que las ondas sonoras empujan y tiran del aire.

Después de la onda P, vemos la llamada onda secundaria: estas ondas de alta frecuencia tienden a ‘moverse’ un poco más. Las ondas S mueven las partículas de roca hacia arriba y hacia abajo.

Luego vienen las ondas sísmicas superficiales que son lentas y profundas, que tienden a demorarse y pueden dar la vuelta a la Tierra varias veces.

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Lo extraño del evento del 11 de noviembre es que no se detectaron ondas primarias ni secundarias.

Todo lo que se registró fueron ondas superficiales profundas y resonantes, y esto tomó a los expertos completamente por sorpresa.

Lo que es aún más extraño es que las ondas sísmicas superficiales no «retumban» como suele hacerlo la onda superficial de un terremoto.

En cambio, mantuvo una frecuencia mucho más limpia, casi musical

 

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