¿Por qué no encontramos rastros de civilizaciones avanzadas que vivieron antes que la humanidad?

Decir que “no somos la primera civilización en la Tierra” no es una afirmación novedosa. Sin embargo, lo más intrigante es entender por qué aún no hemos encontrado evidencia tangible de estas sociedades técnicamente avanzadas. Las respuestas a estas preguntas son desconocidas, y ciertamente no esperamos que los smartphones y cuadernos sean pruebas concluyentes.

En total, existen alrededor de 200 teorías sobre civilizaciones anteriores. Aunque no es posible abordar cada una, nos enfocaremos en las cinco que consideramos más plausibles.

1. La Tierra tiene una antigüedad de 4.500 millones de años, un número astronómicamente grande. La civilización moderna ha evolucionado en aproximadamente 2-3 mil años. Imagina que en 100 mil años podrían surgir 5-7 civilizaciones que eventualmente disminuirían. ¿Qué pasa en millones de años? Existe una noción de historia cíclica donde el desarrollo humano sigue una espiral, pasando por las mismas fases: generación, progreso y, finalmente, declive. Nada es eterno, y la humanidad podría enfrentar la aniquilación algún día.

Según esta teoría, estamos propensos a degenerar inevitablemente. Así, docenas o incluso cientos de civilizaciones podrían haber progresado antes que la nuestra, pero eventualmente desaparecieron debido a cataclismos, guerras o enfermedades mortales. Las ciudades, según una película de ciencia ficción, podrían convertirse en desorden en 250-300 años y estar ocultas bajo tierra y polvo en 500 años. La erosión y destrucción completa de lo construido por nuestra civilización podría llevar hasta 5-6 mil años, dejando solo vidrio, algunos metales anticorrosivos y piedras.

Los artefactos primitivos hechos de piedra y hueso tienen la capacidad de preservarse, pero esto no se aplica al resto. En los Estados Unidos, en 2003, se enterró una computadora portátil a una profundidad de 2 metros. Después de 15 años, al desenterrarla, lo único que quedaba eran algunas partes oxidadas. Por lo tanto, resulta excepcionalmente difícil hallar pruebas tangibles de una civilización altamente avanzada incluso después de 7-10 mil años.

2. No se desanime; esto es simplemente una conjetura. Quizás la historia no sigue un ciclo y civilizaciones anteriores construyeron una nave espacial monumental para explorar el espacio exterior. Adquirieron conocimientos sobre leyes físicas desconocidas para nosotros y viajaron a través de cuásares o agujeros negros.

Por ejemplo, su comprensión avanzada les permitió prever la Edad de Hielo y la extinción masiva de plantas y animales dependientes del calor. Para sobrevivir, emigraron a otras galaxias, mientras la sociedad que permaneció aquí retrocedió a la Edad de Piedra. Las ciudades y demás logros fueron destruidos por la madre naturaleza.

3. Parece que nuestra ruta de progreso está lejos de ser la única vía correcta. ¿Quién dicta que extraer minerales y destruir la naturaleza sea la opción adecuada? El avance tecnológico conduce inexorablemente a la depleción de recursos, desencadenando conflictos por su posesión.

Este podría ser el destino de la Atlántida e Hiperbórea, según varios mitos que mencionan armas devastadoras: climáticas, temporales, químicas, nucleares, de vacío, etéreas, entre otras. Al final, la capacidad de aniquilar ciudades enteras permite borrar incluso las civilizaciones más tecnológicamente avanzadas de la faz de la Tierra. En una guerra así, no hay vencedores.

4. ¡No más conflictos bélicos! Quizás las culturas antiguas estuvieran espiritualmente capacitadas, nutriéndose de la luz solar mientras sus formas abandonaban lo material. A pesar de todo, ¿es necesario? Nuestros cuerpos envejecen, se enferman, generando constantes molestias. ¿Por qué necesitarlos si podemos aprender a explorar el espacio o otros mundos como entidades energéticas-informativas?

Las posesiones materiales son valiosas en nuestro tiempo y mundo, pero ¿qué pasa en otras dimensiones del multiverso? Nadie lo sabe. Si concebimos la existencia de una civilización inteligente que renunció a la riqueza material, probablemente sea imposible rastrearla.

5. La tierra es un gran acuario y todos estamos a prueba. Muchos esoteristas tienden a creer que el sistema solar fue creado por un Creador.

Algunos lo llaman Dios, otros el Creador, otros el Ideal Original. Pero el significado es el mismo. Ellos son los que siembran las semillas de la vida. Quizás ellos mismos creen planetas y galaxias habitables.

O tal vez lo encuentren y luego introduzcan la fórmula para la vida de la que surgirán especies como la nuestra. Si el experimento tiene éxito, los creadores continuarán monitoreando el comportamiento de los sujetos con poca intervención.

Y si no, destruyen lo que no funciona y siembran nuevas especies y que todo vuelva a empezar. Hay mucha gente buena. A veces parece que hay más ,y como civilización no todos estamos desesperados. Por tanto, esta teoría puede estar más cerca de la verdad de lo que queremos creer.

Redacción por MundoOculto.es