Los discos dropa –

 

 

La historia de los Discos Dropas ha cautivado la imaginación popular durante mucho tiempo y se ha convertido en uno de los misterios favoritos de los internautas actuales. Aunque su hechizo es difícil de explicar, quizás la clave resida en su contenido, que está impregnado de antiguo folklore mitológico.

A pesar de estar rodeada de elementos fantásticos, esta historia aún alberga espacios intrigantes y no resueltos a lo largo de los años, lo que nos lleva a preguntarnos si es posible descubrir algún elemento oculto.

Bajo esta premisa, invito a los lectores a acompañarme en la búsqueda de pistas. Descubramos el trasfondo de este enigma aquí en MundoOculto

Los Dropa y su llegada a la Tierra

¿Es posible que los extraterrestres vinieran a China hace mucho tiempo después del accidente de su nave espacial y se establecieran allí? Esta intrigante pregunta ha capturado la imaginación de muchos. Aunque suene increíble, la historia de los Discos Dropa se ha mantenido en el misterio desde los años sesenta.

Científicos y arqueólogos estudiaron tumbas, restos, objetos extraños, los etnólogos hablaron de su descendencia, un lingüista tradujo sus escritos, pero… por increíble que parezca, no se ha hecho ninguna investigación reciente desde que apareció la historia en los años sesenta. Simplemente sirvió como trama para un episodio de X-Files. Patrick Gross. Dropas, 2006.

Permíteme sumergirte en este enigma:

En 1938, el arqueólogo chino Chi Pu Tei hizo un descubrimiento asombroso en las cuevas del macizo montañoso de Baian Kara Ula, en la zona fronteriza entre China y el Tíbet. Allí encontró pequeños esqueletos de seres con una estructura delicada pero cráneos desproporcionadamente grandes. Las paredes de las cuevas estaban adornadas con dibujos que representaban seres con cascos redondos, y en las rocas se veían grabadas las formas del Sol y la Luna, conectadas por puntos del tamaño de guisantes.

Sin embargo, lo más sorprendente fue el hallazgo de 716 platos de granito, similares a nuestros discos, con un orificio en el centro. Desde ese orificio, un surco en forma de espiral y con un doble canal se extendía hasta el borde del plato. Los arqueólogos chinos sabían que en esta región abandonada habían vivido antiguamente las tribus de los Dropa y los Jham (Silkang). Los antropólogos afirmaban que estas tribus montañesas eran de estatura pequeña, con una altura promedio de solo 1,30 metros.

Aunque la historia de los Discos Dropa ha sido objeto de especulación y debate, sigue siendo un enigma sin resolver. ¿Quiénes eran estos seres? ¿De dónde venían? ¿Qué significan los discos y su misteriosa escritura? Aunque no se ha realizado ninguna investigación reciente, la leyenda persiste y sigue intrigando a quienes se aventuran en su búsqueda.

 

The Vegetarian Universe, una revista alemana, fue la primera en presentar el misterio de los Discos Dropa en 1962. Sin embargo, la historia detrás de estos enigmáticos discos ha sido objeto de debate y especulación.

Erich von Däniken, autor de libros como Regreso a las Estrellas (1969) y El Oro de los Dioses (1972), afirmó que escuchó esta historia durante una visita a Moscú por parte del propio Alexander Kazantsev. Sin embargo, el investigador ruso negó cualquier implicación y declaró que no pudo obtener información confiable directamente de los científicos chinos que supuestamente hicieron este descubrimiento. Däniken, al describir la conversación en su libro, olvidó que él era el narrador y no Kazantsev, quien solo era un oyente interesado.

Volviendo al relato, inicialmente se creyó que los extraños cadáveres encontrados en las cuevas tibetanas pertenecían a monos, pero esta suposición fue rápidamente descartada. Däniken revela la conexión estelar detrás de este inusual descubrimiento: el catedrático chino, el profesor Dr. Tsum Um Nui, logró traducir los misteriosos discos encontrados. Aunque la confiabilidad de la historia sigue siendo un enigma, su fascinante legado persiste en la imaginación de quienes buscan respuestas.

Viatcheslaw Zaitsev, un autor ruso, desempeñó un papel crucial al divulgar mundialmente el enigma de los Discos Dropa en 1967. Su trabajo contribuyó a que esta misteriosa historia llegara a un público más amplio.

En una de las placas encontradas, se podía leer lo siguiente:

“Los Dropa salieron de las nubes en sus aviones. Antes del amanecer, nuestros hombres, mujeres y niños se escondieron en las cuevas diez veces. Cuando finalmente entendieron el lenguaje de señas de los Dropa, se dieron cuenta de que los recién llegados tenían intenciones pacíficas”.

Aunque la veracidad de esta narrativa sigue siendo objeto de debate, su fascinante contenido continúa intrigando a quienes exploran los misterios del pasado.

Este dibujo, en su día, se interpretó como un supuesto grabado rupestre localizado en una roca de Fergana, Uzbekistán, Rusia. Sin embargo, su verdadero autor es A. Brinslow, y fue utilizado para ilustrar el artículo publicado por Sputnik sobre los Dropa, escrito por Viatcheslaw Zaitsev en 1967.

Hace 12,000 años, unos seres llegados de otro mundo, llamados Dropas, se estrellaron en las inaccesibles montañas de Bayan Kara Ula (también conocidas como Bayan Kara Shan o Bayan Har Shan) en la provincia china de Qinghai. Tras sobrevivir al accidente, decidieron establecerse en la Tierra, ya que no podían regresar a su planeta original.

Sin embargo, la convivencia no fue pacífica debido a los desencuentros con los pobladores de la región china, los Han, habitantes de cuevas cercanas, quienes se enfrentaron a los visitantes. Con el tiempo, esta conexión se convirtió en una leyenda. Los Dropas fueron descritos como pequeños seres con rostros amarillentos, demacrados, y portando cabezas enormes y cuerpos esbeltos.

Erich von Däniken siguió la historia, aunque sin muchos resultados concretos, en su búsqueda constante para futuros investigadores. Además de Kasantsev, quien se considera el presunto comunicador de este misterio, otro autor asociado a su temprana divulgación es el escritor ruso Viatcheslaw Zaitsev. Este último fue citado por Däniken en su bibliografía bajo el título “Visitantes del espacio exterior: ciencia versus ficción”, publicado en 1967. A pesar de la impactante revelación, surgieron problemas inmediatos en cuanto a la veracidad del relato Dropa, y algunos estudiosos lo consideran uno de los fraudes más duraderos.

En 1963 los autores rusos Valentín Isaakovich Rich y Mikhail Borisovich Chernenko publicaron Mosqueteros, novela de ciencia ficción, centrada en las creencias de Maatest Agrest. Se sospecha estos autores pudieron ser los verdaderos ideólogos del affaire Dropa

En 1963, los escritores rusos Valentín Isaakovich Rich y Mikhail Borisovich Chernenko lanzaron la novela de ciencia ficción “Mosqueteros”, que se enfoca en las creencias de Maatest Agrest. Se sospecha que estos autores podrían haber sido los verdaderos ideólogos del affaire Dropa. Aunque la historia de los Discos Dropas ha capturado la imaginación popular, su contenido está impregnado de viejo folklore mitológico. A pesar de los años, algunos aspectos de este enigma permanecen sin resolver, lo que nos lleva a preguntarnos si aún es posible descubrir elementos no revelados.

Extraterrestres en la Antigua China ¿Un Caso de Mistificación Moderna?

Enigmáticos discos con inscripciones que relatan encuentros con representantes de una civilización extraterrestre que visitaron China en tiempos prehistóricos, esqueletos con rasgos que sugieren un origen híbrido, pirámides y laberintos sumergidos: todos estos elementos conforman una intrigante leyenda que emergió en las páginas de la revista alemana. “Vegetarian Universe” a principios de la década de 1960. La historia de los Discos Dropas, que capturó la atención de Kosmopoisk en 2014, añade un toque realista a la narrativa.

La incertidumbre rodea el momento exacto del descubrimiento de los discos y cuerpos Dropas por parte de las autoridades chinas. Algunos afirman que ocurrió el 1 de enero de 1938, mientras que otros sostienen que fue en 1937 o 1939. La falta de un informe oficial contribuye al misterio que rodea este enigma, ya que toda la información disponible se basa en artículos publicados casi veinte años. Después del presunto descubrimiento.

La década de 1930 en China estuvo marcada por tensiones internas y el conflicto con Japón, lo que plantea dudas sobre la capacidad del país para realizar expediciones en su propio territorio. No obstante, es en los años sesenta donde la búsqueda de respuestas y la confusión que rodea a los Discos Dropas cobran relevancia, tal vez como parte de la influencia de la época.

La difusión mundial de la leyenda de los Discos Dropas, justo antes del auge de Erich von Däniken, fue iniciada por un autor ruso llamado Viatcheslaw Zaitsev. Aunque se conocen pocos detalles sobre su biografía, se destaca que Zaitsev poseía estudios en filología y filosofía, además de ser un académico destacado en el Instituto de Literatura de la Academia de Ciencias de la URSS. Su contribución despierta la curiosidad sobre la autenticidad de los eventos asociados con los misteriosos discos y su posible conexión con civilizaciones extraterrestres.

Como muchos intelectuales de su época, Zaitsev apoyaba la hipótesis de visitas espaciales en el pasado de la tierra, muy en boga en esos días. En consonancia con estas ideas Zaitsev en 1959 va a publicar dos artículos importantes, Reminisencias Cósmicas en Antiguas Inscripciones Monumentales, y La Evolución del Universo y la RazónZaitsev también estaba interesado en el misterio de los Vimanas.

Por lo tanto, no fue una sorpresa cuando un 1º de junio de 1967, la revista Sputnik (descrita como un magazín sensacionalista), publicara, Visitantes del espacio exterior: ciencia versus ficción, donde Zaitsev daba rienda suelta a sus pasiones, rozando allí las creencias más fronterizas, como, por ejemplo, hipótesis bíblica enlazada al contacto extraterrestre. En aquel extenso artículo Zaitsev introdujo la cuestión Dropa como ratificación de sus ideas, aunque reconociendo no ser el autor intelectual del asunto, que reseñaba de una fuente anterior datada de 1964.

Uno de sus párrafos enuncia:

“La revista ‘The Vegetarian Universe’ informó en 1964 sobre el descubrimiento de un arqueólogo chino. En la frontera entre China y el Tíbet se encuentra la zona montañosa de Bayan-Kara-Ula con sus numerosas cuevas. Durante unos 25 años, los arqueólogos han encontrado extraños discos de piedra con enigmáticos patrones y jeroglíficos en esta zona. Hace miles de años, los habitantes de las cavernas pueden haber tallado estos discos en la piedra usando herramientas desconocidas; el número de herramientas encontradas hasta el momento es de 716 piezas”.

Peter Krassa retratado junto a Erich von Däniken, ambos compartieron la pasión por el misterio Dropa. Cortesía: frostrubin.com

Y aquí nuestra primera pista, puesto The Vegetarian Universe parece corresponderse con la fuente cero en cuanto a los Dropas. Y aquí un primer contrapunto, puesto cuando Zaitsev informa The Vegetarian Universe se hace eco durante 1964 del supuesto accidente en las montañas chinas, el dato en sí es incorrecto, pues en realidad UFO-Nachrichten, otra revista alemana, es quién brinda esta versión cercana. Al parecer The Vegetarian Universe cuenta con la primicia desde julio de 1962, aunque titulado el artículo como, ¿Ufos in der Vorzeit? Die Hieroglyphen von Baian-Kara-Ula (¿Ovnis en la antigüedad? Los jeroglíficos de Bayan Kara Ula), atribuido a un tal Reinhardt Wegemann, quién escribe:

“Tokio, julio (DINA). – En la frontera entre el Tíbet y China, se eleva la cordillera Bayan-Khara-Ula. En las cuevas de esta cresta, hace 25 años, se encontraron tablillas con inscripciones muy extrañas. Las personas, de las cuales los científicos chinos tienen la idea más vaga, hace varios miles de años, utilizando algunas herramientas absolutamente desconocidas, cortaron discos en forma de discos de gramófono de granito extremadamente duro. 716 discos de piedra encontrados hasta ahora en las cuevas de Bayan-Khara-Ula, como discos de gramófono, tienen un agujero en el centro. Una ranura doble se extiende desde él en espiral hasta el borde exterior. Por supuesto, esto no es una pista de sonido, sino una letra, la más inusual de las que se han encontrado en China y, quizás, en todo el mundo.

En 1973 Peter Krassa presentó en Cuando Llegaron los Dioses Amarillos, sus primeras impresiones sobre el misterio Dropa

En 1973 Peter Krassa presentó en Cuando Llegaron los Dioses Amarillos, sus primeras impresiones sobre el misterio Dropa. Cortesía: Amazon

Los arqueólogos y filólogos tardaron más de dos décadas en descifrar los caminos escritos. Su contenido es tan sorprendente que la Academia de Historia Antigua de Beijing al principio incluso se negó a publicar el informe científico del profesor Tsum Um-nui. Pues el arqueólogo Tsum Um-nui, junto a cuatro de sus colegas, llegó a la conclusión: “La letra estriada informa de aeronaves que existieron, según las inscripciones de los discos, hace 12.000 años”. En un lugar del texto, literalmente dice lo siguiente: “Los Dropa descendieron de las nubes en sus planeadores. Diez veces antes del amanecer, los hombres, mujeres y niños del pueblo Kham se escondieron en las cuevas. Entonces entendieron las señales y vio que esta vez la Dropa llegaba con intenciones pacíficas”. Uno puede, por supuesto, suponer que hace miles de años algún alfabetizado de la tribu Ham se permitió bromear o que su mensaje sobre “aviones” se basa en la mitología.

En 1973 Daniel Piret un autor francés publicó una novela de ciencia ficción donde se alude al enigma Dropa

En 1973 Daniel Piret un autor francés publicó una novela de ciencia ficción donde se alude al enigma Dropa. Cortesía: Amazon

Pero entonces, ¿qué pasa con el contenido de otros registros, que son un grito formal de la gente de los boors sobre el hecho de que su propia “flota aérea” se estrelló en una zona montañosa remota y no hay forma de construir una nueva?”.

Un año antes de esta impactante información setiembre de 1961, The Vegetarian Universe había publicado, ¿Ovnis hace 45.000 años? escrito por Walter Von Domgraf denunciando un hallazgo arqueológico increíble:

“Pekín, septiembre (ADA). – “¿Existió en la prehistoria humana un centro de cultura no tan diferente al nuestro?” hace una pregunta sensacional del arqueólogo chino, el profesor Tschi Pen-lao, que enseña el estudio del pasado prehistórico en la Universidad de Pekín. Encuentra en la isla rocosa de Yuto (Jouto) en medio del lago Tunfing-hu (Tunfing-hu) y en el “Valle de granito” entre las montañas de Hunan en la orilla sur del lago, extraños patrones en las piedras y su edad, estimada en al menos 45.000 años, sugieren que tal vez hubo una vez una raza humana que conocía una técnica similar a la tecnología de nuestros días. En octubre de 1959, un arqueólogo y sus asistentes, Hui Tschu-ting y el Dr. Wu To-wai, estaban examinando una pared de roca que se había hundido hace 3.000 años en el lago Tongfin Hu junto con parte de la isla Yuto, tropezaron con cuevas desconocidas en las entrañas de la isla. Dos buzos a una profundidad de 30 m encontraron la entrada a un laberinto subterráneo que conducía a una roca de granito. Una vez fue parte de la cadena montañosa de la meseta de Hunan, que quedó bajo las aguas de Tongfin Hu debido a fuertes terremotos en tiempos prehistóricos. Esta cueva submarina con paredes de granito liso tiene dibujos de ciervos bien conservados, grabados con herramientas de metal muy duro hace muchos miles de años. Es extraño que alrededor de animales obviamente corriendo se represente a personas sosteniendo algo como sarbicans (Blasrohre) en la boca, un arma misteriosa, algo sensacional para un hallazgo de 45,000 años”.

Vemos en ambos trabajos las hipótesis se centran en la existencia de una raza avanzada interactuando con oriente. Como escribe el estudioso alemán Lars A. Fishinger en su investigación sobre el misterio Dropa, ¿Descienden los chinos de los Extraterrestres?, es claro, estamos ante una invención escrita por un mismo autor, desdoblado en dos alias, y a la fecha, sin identificación. Se trataría de una ardid astutamente elaborado, ya que ninguno de los datos expuestos puede ser corroborado. No conducen hacia ningún lugar. Todo es confusión.

 

Otra pista, sugiere 1960 como año clave para el enigma Dropa. Todo se desprende de un artículo publicado en otra revista rusa Литературная газета, donde en febrero de ese 1960, se analizan las ideas de Matest M. Agrest a quién ya conocemos como gran defensor de las visitas extraterrestres en la antigüedad. Un mes después, el artículo se editó como Hipótesis, suposiciones y conjeturas: ¿el rastro conduce al espacio? firmado por Valentin Isaakovich Rich y Mikhail Borisovy Chernenko para la revista Новое Русское Слово. Y aquí atención, porque estos escritores estaban destacando como emergentes de la ciencia ficción rusa.

Como resultado de esta asociación darían a luz una novela de anticipación conocida como Mosqueteros, 1963, seguida por, Descendientes del Cielo, 1964, donde las hipótesis de Matest M. Agrest son desarrolladas dentro de sus tramas futurísticas. Teniendo en cuenta esta actividad ¿podemos imaginar a Rich y Chernenko como los verdaderos artífices tras la cuestión dropa? Nada puede ser descartado.

En 1974 el ingeniero austríaco Ernst Wegerer retrató dos extraños discos en un museo de China. La leyenda los atribuye a los Dropa, aunque nunca se pudo probar su autenticidad. Actualmente se desconoce su localización

En 1974 el ingeniero austríaco Ernst Wegerer retrató dos extraños discos en un museo de China. La leyenda los atribuye a los Dropa, aunque nunca se pudo probar su autenticidad. Actualmente se desconoce su localización. Cortesía: alienigenasdopassado.com.br

Es interesante observar que a pesar de ser China el sitio donde se produjo el contacto alienígena parece quedar al margen en cuanto a divulgación, son otros países quiénes llevan la delantera, siendo Rusia su principal comunicador.

Como ocurre en estos casos a pesar de las dudas el asunto dropa continúo escalando posiciones, y se mantuvo dentro del radar público gracias al empeño de algunos investigadores. Veamos.

Peter Krassa. En busca de los Discos Dropa

“Un enigma evidentemente extraterrestre parece acercarse ahora a una solución: el enigma de los discos de piedra. Desde hace dos años me esfuerzo en dilucidar la identidad de estos artefactos misteriosos. Para ello han sido necesarios dos viajes a China y otro a Rusia, a fin de contactar con personas que también se ocupan de este asunto. Finalmente se encontraron y estudiaron dos de estos objetos en una vitrina del Museo Banpo de la ciudad de Xian. Para mí ya no cabe dudas: esto discos misteriosos de piedra existen realmente y su hallazgo confirma adicionalmente la historia que hace algunos años vaga por las publicaciones”. Peter Krassa. Huellas Extraterrestres en China, artículo publicado por Más Allá de la Ciencia en 1989.

El llamado Erich von Däniken austríaco, vino al mundo en Viena durante 1938, curiosamente, año del supuesto hallazgo Dropa. Desde muy joven destacó como escritor, periodista, y sobre todo, apasionado por los misterios antiguos, destacando como un gran referente de la Paleoastronáutica, así como fan de la ciencia ficción.

El infame libro de David Gamon Los Dioses del Sol en el Exilio publicado en 1978, presentado como una historia real novelada, luego se descubriría una broma de su autor

El infame libro de David Gamon Los Dioses del Sol en el Exilio publicado en 1978, presentado como una historia real novelada, luego se descubriría una broma de su autor. Cortesía: Amazon

Fue durante 1972 que Krassa decide investigar afondo la cuestión de los Discos Dropa, realizando varios viajes hacia China y Rusia con el fin de recopilar datos. Su primer intento fue localizar en Beijing la Academia Arqueológica donde supuestamente fueron almacenados los discos, pero el instituto estaba cerrado. Luego, en su paso por Rusia, logró entrevistarse con Alexander Kazantsev, quién para su sorpresa negó la historia conocida aduciendo posible fraude. Sin darse por vencido decidió intentar contactar otra vez a la Academia Arqueológica, enviado una carta, cuya respuesta llegaría un año después durante 1973.

El Disco Lolladoff fue realizado por David Gamon como burla para su libro Los Dioses del Sol en el Exilio. Cortesía: fallwelt.de

Allí se lee:

“Hasta donde sabemos las placas de piedra que mencionó en su carta nunca se encontraron en China. El informe sobre el hallazgo de la llamada placa de piedra en China en 1938 no tiene fundamento alguno. Tampoco sabemos nada del profesor Tsum Um Nui. Atentamente Wang Chung-Su, secretario del Instituto de Arqueología”.

Aunque desilusionado ante los reiterados fracasos por resolver el enigma DropaKrassa nunca perdió la esperanza. Sus esfuerzos parecieron recompensados cuando en 1975 año en que fuera fue contactado por un ingeniero austríaco llamado Ernst Wegerer, citado a veces como Wegener. Según narrara Krassa, su compatriota había estado en China un año antes, 1974, realizando un viaje turístico junto a su esposa. Sucedió el matrimonio decidió visitar el Museo Banpo, localizado en la ciudad de Xi’an, provincia de Shaanxi, caracterizado por su colección neolítica, donde tuvo lugar un extraño hallazgo. Fue cuando Wegerer reparó en dos enigmáticos discos de piedras exhibidos tras una vitrina, logrando de inmediato capturarlos con su cámara.

En 1998 Harwing Hausdorf quién acompañara a Peter Krassa en su investigación sobre los Dropa, publicó el salvaje The Chinese Roswell donde se intentó reflotar el tema, aunque sin presentarse nuevas pruebas

En 1998 Harwing Hausdorf quién acompañara a Peter Krassa en su investigación sobre los Dropa, publicó el salvaje The Chinese Roswell donde se intentó reflotar el tema, aunque sin presentarse nuevas pruebas. Cortesía: abebooks.com

Tuvieron que transcurrir siete años para que Wegerer acercara el material a Krassa, teniendo lugar finalmente en 1982. En las imágenes se podían observar discos de 28 a 30 cm de diámetros, y unos diez milímetros de espesor, de un peso calculado un kilo cada uno, todos datos aportados por el propio Wegener a quién le fue permitido tocarlos. Una pátina verdosa parecía atravesarlos. Al parecer, según declaró Wegerer, en las muescas de ranuras logró visualizar signos de escritura de tipo jeroglífico, aunque debido al uso del flash estos detalles parecían perderse. Al consultar con los encargados del Museo sobre la procedencia de los discos, estos se echaron del hombro, atinando a responder los objetos estaban clasificados como de culto.  Un alto antes de continuar. Cuando Wegerer emprende su visita al MuseoChina se encuentra atravesando su aclamada Revolución Cultural, por lo cual son tiempos convulsos.

Y esto viene al caso porque algunos estudiosos claman como es posible un extranjero haya accedido a semejante material, teniendo en cuenta estamos ante un gobierno celoso en cuanto a su legado, y en plan destructivo especialmente de todo aquello que recuerde su pasado feudal. Continuemos. Veinte años después que Wegerer reporte su hallazgo, en 1994 Peter Krassa acompañado por otro investigador Harwig Hausdorf, finalmente logran poner en marcha su ansiado viaje hacia el Museo Banpo, aunque nuevamente los resultados no son los esperados.

El actual director del Museo, profesor Wang Zhijun los recibí en persona, y decide conversar con los investigadores austríacos. Se escuchan declaraciones impactantes. Zhijun revela que luego de la visita de Wegerer la antigua encargada del Museo fue despedida sin razón. Y en cuanto a los discos al parecer fueron trasladados. Fin de la conversación. Y esto amerita una ocurrencia. ¿Sino no eran piezas valiosas las exhibidas porque su remoción? ¿Buscando tal vez alimentar un mito, que se sabe falso? Quizás.

Cuando todo parece desmoronarse, Krassa pone la mira en una pista inesperada que como caída del cielo parece resolver parte del misterio Dropa.

 

Los Dioses del Sol en el Exilio. Antecedentes del Roswell Chino

Una carta en Fortean Times en 1995, firmada David Gamon, decía de Sun Gods in Exile que: “El autor de este tirón de piernas recibió correspondencia al respecto desde lugares tan lejanos como Kiev. Desde entonces, se han publicado algunos detalles adicionales en Internet. Se dice que Gamon quería un nombre que fuera un anagrama de ‘carga de bolas’, pero al encontrar esto difícil se decidió por ‘Lolladoff’. Probablemente no sea una coincidencia que uno pueda reorganizar las letras del medio de ‘Robin-Evans’ para obtener bovino, lo que significa que el cuento es un montón de excrementos de vaca”. Gareth Medway. Examina los hechos detrás de las historias de contacto extraterrestres en el antiguo Tíbet, 2017.

En 1978 comenzó a circular un extraño libro llamado Los Dioses del Sol en el ExilioSecretos de los Dzopa del Tíbet, firmado por un tal Karyl-Robin Evans, aunque con el sello de David Agamon. El trabajo se presentó como una historia real, aunque camuflada en forma novelada, y donde el término Dropa es trasmutado a Dzopa. Según se narra un tal Sergei Lolladoff oficial del ejército británico durante su estancia en la India, se va a topar con un misterioso objeto, parecido a un plato circular, que en su superficie tiene grabado jeroglíficos extraños. Posteriores análisis químicos mostrarían una constitución peculiar.

A su vuelta a Oxford Lolladoff decide compartir su descubrimiento con su ayudante Karyl-Robin Evans. Luego de algunas indagaciones, ambos llegan a la conclusión que el disco grabado es originario de una tribu del Tíbet llamada Dzopa. Siguiendo la trama seremos testigos del encuentro de Karyl-Robin Evans con los Dzopa pequeños seres quiénes afirman ser descendientes de expedicionarios estelares, que hace veinte mil años aterrizaron en la tierra tras sufrir un accidente, y ya nunca pudieron volver. Su planeta original estaría cerca del sistema de Sirio. Tal es la síntesis de la fascinante historia.

El texto fue visto como prueba contundente de la existencia de los Dropa y su vieja tecnología, especialmente debido a las fotografías insertadas que parecían tomas reales.

En 2005 la Aldea de los Enanos alimentó los reclamos sobre los Dropas, solo para descubrir se trata de una comunidad de gente pequeña que voluntariamente decidió vivir lejos de la sociedad China para evitar toda burla. Cortesía: vocal.media

Aunque existían dudas, pocos fueron los reclamos. Quiénes más adoptaron su contenido fueron Harwig Hausdorf, y Peter Krassa, que ayudaron a su mayor difusión. Nadie pareció sospechar. No fue hasta 1995 que se descubrió el fraude cuando su propio autor confesó el engaño a Fortean Times, siendo su nombre real David Gamon.

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No obstante, desde 1979 Gamon en correspondencia privada venía alertando sobre su engaño como demuestra su intercambio con un estudioso ruso, Vladimir Rubtsov.

“Estimado Sr. Rubtsov;

Gracias por su carta del 16 de julio (…). No he visto la referencia a mi libro a la que te refieres y eso podría ser engañoso. Escribí “Sungods” con 2 intenciones serias: primero, considerar las implicaciones políticas/religiosas/filosóficas del contacto prehistórico, y segundo, burlarme de aquellos que aceptan con demasiada facilidad tales historias basadas en demasiado débiles o inexistentes. (…) Mi objetivo, en definitiva, ha sido satirizar el tipo de libro de contactados, muy común aquí y en USA, que está dirigido a un público acrítico, así como (satirizar) ciertos aspectos de la vida moderna. (…).

Con mis mejores deseos, David Gamon (“Karil Robin-Evans”)”.

En 1998 se publica The Chinese Roswell: UFO Encounters in the East from Ancient Times to Present, y donde Harwig Hausdorf vuelve a la carga con el tema apoyando aún el libro ficticio de Gamon, como fuente verídica. En cuanto a Krassa, dos libros serán dedicados al tema, Cuando Llegaron los Dioses Amarillos, 1973, y Satélites de los Dioses, 1995. Peter Krassa fallecerá en 2005, sin acertar a resolver el acertijo Dropa.

Como si se tratara de una broma del destino ese mismo 2005, un anuncio recorrerá el planeta, tras el descubrimiento de un pueblo de enanos en China. Pronto se sabrá se trata de la comuna de Kunming, que reúne a los “liliputienses” de toda China, para preservarlos de las burlas y acoso, con el fin de llevar una vida normal, lejos del escrutinio público. El misterio Dropa finalmente se encuentra resuelto, o al menos una parte. Hasta Aquí.

Conclusión

El análisis de este expediente indica, lo difícil que es desterrar un mito tanto tiempo arraigado en el imaginario popular. Y aunque para muchos el asunto Dropa siga teniendo alta adhesión como un caso sin resolver, lo cierto es desde hace mucho tiempo la verdad brilla ante nuestros ojos. Es cuestión de desterrar el polvo de los ojos.