Talismanes y reliquias como fuentes de poder

Talismanes y reliquias como fuentes de poder
Talismanes y reliquias como fuentes de poder

 

Objetos de Poder
Son muchos los objetos a los que, desde tiempos pretéritos se atribuye un poder indescriptible, sobrenatural; piezas buscadas con ahinco por diversos pueblos a lo largo de la historia, por cazatesoros y aventureros. Desde el Arca de la Alianza al Grial, la Lanza del Destino u otros menos conocidos como el bastón de mando o la piedra Chintamani, los objetos de poder constituyen un aspecto fascinante de una historia impregnada de misterio.

 

Revista española Enigmas Nº 177


Talismanes y reliquias como fuentes de poder

 

 

 

Las tradiciones de todo el mundo se encargan de advertirnos que ciertos objetos mágicos pueden cambiar la historia del mundo. No hay una definición oficial sobre lo que se debería entender como un objeto de poder pero, desde mi punto de vista, serían aquellos elementos físicos que están revestidos de veneración y sacralidad, bien por haber pertenecido a una persona excepcional o haber estado en contacto con ella -por ejemplo, las reliquias estarían en esta categoría, tanto paganas como cristianas-, o bien porque su mera posesión otorga un cierta superioridad mental o incluso tecnológica sobre el resto de los ciudadanos. Y como dice Richard Cavendish en su libro El reyArturoyel Grial: “Una cosa no es sagrada porque es buena. Es sagrada porque contiene un poder misterioso y terrible. Es tan poderosa para el bien o el mal como una fuerte descarga eléctrica. Si es mal usada, por importantes y comprensibles que sean las razones, las consecuencias pueden ser catastróficas para personas totalmente inocentes”. Ese poder misterioso y terrible es el que hace que esos objetos de poder sean codiciados por muchos…

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Los nazis tras la pista de los objetos perdidos

 

José Lesta en El enigma Nazi (2009) menciona algunos objetos de poder que buscaron los miembros de Ahnenerbe o Sociedad para la Herencia Ancestral, una sección cultural de las SS creada por Himmler que poseía hasta 43 departamentos dedicados a las más diversas tareas: lingüística, simbología, danzas populares, leyendas, geografía sagrada, ciencias paranormales… y arqueología germánica. Sobre este último recayó la tarea de realizar excavaciones, comprar o saquear si era preciso los objetos más importantes de cada religión, dando especial prioridad a la Lanza de Longinos. O mejor dicho las lanzas, porque como toda buena reliquia que se precie, son varias las que se disputan la verdadera “paternidad” Hay hasta cinco Santas Lanzas censadas actualmente y ninguna se conserva entera. Una ha deido, otra está guardada y las tres restantes son las que se exhiben al público en tres museos: en Cracovia, en Echmiadzin y en Viena.

 

¿Qué más objetos perseguía la Ahnenerbe? Las Calaveras de la Diosa de la Muerte en Centroamérica, al Martillo de Wotan.el Arca de la Alianza o el Santo Grial estaban en su lista. Todos ellos fueron en un momento u otro los principales objetos de poder en los que Hitler y Himmler invirtieron la mayor parte de sus recursos económicos y logísticos en aras de seguir alimentando la fascinación que sentía el régimen nazi por todo lo relacionado con el mundooculto.esérico. Todas esas reliquias, en el caso de encontrarse, tenían un destino: ubicarlas en salas especiales del castillo de Wewelsburg, en Westfalia. El Reichs-füh-rer-SS quena que fuese un “centro de poder” oculto, similar a Stonehenge.

Consiguieron la Lanza de Longinos -la misma que se puede ver en el Museo HofburgdeViena-, pero otros objetos “mágicos” se les resistieron, como el Santo Grial o el Arca de la Alianza. Cualquier esfuerzo valía la pena con tal de conseguir algo que afianzara el poder esotérico del Tercer Reich. Como escribe Janire Rámila en el libro España y los enigmas nazis: “Sus agentes viajaron alTibet, a España, a las arenas egipcias, a los altos riscos andinos, siempre en pos de un objeto, de un elemento, de una figura, de un icono sobre el que circularan increíbles leyendas sobrenaturales. Así fue como se persiguió el Arca de la Alianza, el Santo Grial, la Lanza de Longinos, Las Calaveras de Cristal o la Piedra del Destino. Hitler sabía que de ser ciertos los relatos bíblicos y de conseguir alguna de estas reliquias, ningún ejército, ninguna bomba, nada podría frenarsusansias de conquista porque… ¿qué se podría hacer ante el poder emanado del mismísimo Dios?”.
Y esa es una de las claves. Su origen se considera divino y por eso las leyendas que hablan de ellos suelen añadir la palabra “destino” para dar a entender que su posesión marca no sólo el devenir de su propietario sino del resto de la humanidad, al menos por un tiempo. Hemos hablado de la Lanza del Destino, que sería la legendaria lanza del centurión Longinos con la que atravesó el costado a Jesús en la cruz; tenemos también la Mesa del Destino que no sena otra que la Mesa-Espejo de Salomón, con la que se podían verlos siete climas del Universo”. Se nombra como Cráneo del Destino a una de las perfectas calaveras de cristal de cuarzo de origen maya encontrada en las Honduras británicas, hoy Belice, en el año 1927, por Mitchell-Hedges.Ytambién se menciona a la Piedra del Destino en la que se coronaba a los reyes escoceses e ingleses.
Estos cuatro objetos, sagrados por antonomasia, tienen en común la leyenda de que aquel que los obtiene también posee en sus manos el “destino” del mundo hasta que lo pierde… Los nazis y otros grupos lo sabían y aún así se arriesgaron en su aventura de conseguirlos para afianzar la llamada “superioridad de la raza aria” que les ayudara a crear el tan ansiado superhombre. Se envió una expedición de la Ahnenerbe en 1943 a México dirigida por Kart María Willigut, el “Rasputín nazi”, para localizar las calaveras de cristal y todos fueron capturados. Su misterio está enriquecido además por una leyenda maya que dice que existen únicamente 13 calaveras de esta clase, de tamaño natural, y cuando todas sean descubiertas y estén reunidas en un lugar concreto revelarán el secreto de la vida y transmitirán a los hombres todo su conocimiento.
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La Piedra del Destino: la Silla Fatal

 

Es la piedra mítica que también fue buscada por los agentes alemanes de Ahnenerbe ya que sabían de su importancia para la realeza escocesa, pero que por diversos avalares había estado en manos inglesas durante 700 años desde que la robaron en el año 1296 de la abadía escocesa de Scone -hoy Palacio de Scone-por el rey Eduardo I de Inglaterra, que la robó y la trasladó a la Abadía de Westmister. Desde entonces, sobre la Piedra del Destino o Piedra de Scone -también Silla Fatal o Piedra de Tara- han sido coronados todos los reyes británicos desde finales del siglo XIII, excepto Mana II de Inglaterra. Con la unificación de las coronas de Escocia e Inglaterra bajo la dinastía de los Estuardo, los reyes de Escocia volvieron a ser coronados sobre la Piedra del Destino, aunque sin que ésta se desplazase de su ubicación en ningún momento.

 

Los nazis la tenían en su punto de mira y la buscaron en 1940 sin éxito, porque antes necesitaban que las Islas Británicas estuvieran bajo su poder, algo que, evidentemente, no lograron. ¿Por qué una piedra de arenisca de 152 kilos tiene el tratamiento de tesoro real? La leyenda afirma que la Piedra del Destino es la misma que utilizó Jacob para recostar su cabeza en el pasaje del Génesis en el que sueña con una escalera que ascendía al cielo y de la que Moisés hizo brotar agua durante su peregrinación por el desierto.

Otra leyenda sostiene que esta roca fue traída a Escocia por la hija de un faraón, llamada Scota o Scotia, a través de España e Irlanda. Provenga de un sitio o de otro, lo cierto es que la leyenda habla del poder divino y mágico que confiere a quien la posea. Los primeros en usarla fueron los monarcas de la Dalriada, reyes escoceses, ingleses y británicos, como una pieza fundamental en las ceremonias de coronación durante los últimos 1.000 años. Hoy en día la única inscripción que aparece en la piedra es una cruz latina, pero hace siglos aseguran que había inscrita una frase en latín. En el libro Monuments Celtiques (1805), Jacques Cambray asegura haber visto esta inscripción sobre la piedra: Ni fallat fatum, Scoti quocumque locatum Inveníent lapidiem, regnasse tenetur ¡bidem -“Si el destino es verdadero, los escoceses serán conocidos por haber sido reyes donde sus hombres encuentren esta piedra”-. Y en Westmister permaneció hasta 1996, cuando el gobierno británico de John Major llevó la Piedra a Edimburgo y la devolvió al pueblo escocés con la condición de que volviera a Londres para su uso en futuras coronaciones. Ahora puede ser vista en el castillo de Edimburgojunto al resto de las joyas de la Corona escocesa.

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Excalibur

 

y san Galgano

 

En cuanto a espadas mágicas habría mucho que decir, pero entre todas ellas, más famosa que la Colada del Cid o la Durandel de Carlomagno, está la Excalibur de Arturo porque a diferencia de las otras, no tuvo una existencia real y, sin embargo, ha generado más literatura y ha sido buscada por los mundos visibles e invisibles. ¿Y si existió? Excalibur puede compararse con el Gai Bolga o el “arma secreta” de Cuchulainn y con Calaclbolg. la espada mágica de los Tuatha De Danann -con su increíble poder, llevada por algunos de los mayores héroes irlandeses- y como tal era un objeto de poder que iba más lejos de un arma punzante o cortante.

Geoffrey de Monmouth dice que la espada fue forjada en Avalon y que descansa junto con el rey aguardando el día de su regreso. Pero, ¿todo es fruto de la fantasía de unos poetas medievales? No del todo. En el corazón de la Toscana, a unos 40 kilómetros de Siena, se encuentra sobre la colina de Montesiepi una pequeña capilla en forma circular en cuyo interior se custodia una de las reliquias más fascinantes de toda Italia: la espada de san Galgano. El caballero Galgano Guidotto existió y, en una crisis de fe, alzó su espada e intentó clavarla en la roca para mostrar cómo la hoja se rompía. En vez de eso, la espada se incrustó hasta casi la empuñadura, fundiéndose en la roca.
Él se hizo santo y la espada se convirtió en un objeto de peregrinación y allí sigue, clavada en la piedra desde 1180, y casi con total seguridad dio origen a la posterior leyenda de Excalibur.

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Amuletos y símbolos egipcios

 

Dada la concepción mágica de la vida que tenían los antiguos egipcios, cada escultura, cada pintura, cada objeto artístico de sus templos contenía una enseñanza simbólica referida, sobre todo, a los misterios divinos y funerarios. Los vivos y los muertos gozaban de la protección de determinados amuletos. Sin ellos se sentían inseguros tanto para su viaje de ultratumba -los muertos- como para sus quehaceres cotidianos -los vivos-.

 

A menudo estos objetos representaban a grandes divinidades -Ra, Horus, Isis, Osiris- que garantizaban la salud y toda suerte de felicidades. La vida social y religiosa del antiguo Egipto estaba influida por estos símbolos y objetos mágicos representados en los jeroglíficos de las paredes de los templos sagrados, y en las tumbas del valle de los Reyes y de las Reinas. Su finalidad era ponernos en contacto con realidades invisibles de orden superior. Veamos algunos de ellos:

 

• Cetro Waas O Uas: Era una vara con el extremo inferior bifurcado que remataba con la figura de la cabeza de un animal, descrito unas veces como un zorro, otras como un perro o un ave Fénix. Lo llevaban tanto los dioses como los reyes y era símbolo de buena salud, felicidad, fecundidad, prosperidad y fuerza.

• Cruz Egipcia Ank -o Cruz Ansada-: Es la llave de la vida y está considerado el amuleto más antiguo de Egipto. El signo jeroglífico significa vida, vivo o vida eterna. Su símbolo combina los principios generadores del hombre -la línea recta- y de la mujer -el círculo- en un mismo diseño.

• Pilar Djed: Era el símbolo del dios Osiris y representaba su columna vertebral. D/ed significa “ascensión de la vida” y como jeroglífico significa estabilidad. Cada faraón nuevo mandaba erigir una columna djecl a gran escala para conferir una estabilidad a su reinado, conforme al modelo divino. Él mismo la enderezaba cuando la columna estaba tumbada en el suelo. De este modo recreaba la columna vertebral de su reino. Debido a su vínculo con Osiris se convirtió en uno de los amuletos fúnebres más populares.

• Escarabajo: Llevar el amuleto del escarabajo encima le daba al portador la protección de las deidades solares. Se depositaba en las tumbas para simbolizar el renacimiento en la vida posterior. A este amuleto le atribuían todo tipo de poderes mágicos. Era símbolo de la resurrección y de la inmortalidad.
• Ojo de Horus -Wadjet u Oudjat-: Según la leyenda, Set le arrancó este ojo a Horus y al caérsele al suelo se rompió en mil pedazos. Thot los encontró y los reunió en un proceso casi ai-químico. Este ojo era un amuleto muy popular y se llevaba como protección contra el mal. Simbolizaba el poder de la luz encarnado en el dios solar Horus. Era símbolo de creación a través de la mirada. Estaba pintado en las paredes en los ataúdes y sarcófagos para proteger el cuerpo que había dentro.

• Sistro: Es un instrumento musical que consiste en un aro que contiene tres o cuatro varas y cada una lleva una cierta cantidad de discos de metal sueltos. Cuando se le agita emite un sonido para ahuyentar los poderes del mal. Está asociado con las diosas Isis, Hathor y Bastet. El historiador griego Plutarco daba una curiosa explicación del sistro: su aro representaba la órbita de la Luna alrededor de la Tierra, mientras que las cuatro varas simbolizaban los cuatro elementos.

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La escurridiza Arca de la Alianza y la fiesta del Timket 

 

El Arca, como no podía ser menos, fue buscada igualmente por Ahnenerbe. ¿Dónde? Pues por diversas zonas de Oriente Medio. Incluso se dio nombre a dicha búsqueda: “Operación Trompetas de Jericó”. Como la Biblia dice que sólo la puede manipular un judío, Himmler contrató los servicios de un cabalista que estaba prisionero en el campo de concentración de Auschwitz, quien aceptó colaborar a cambio de la libertad de toda su familia. Fueron a Toledo y al Museo Arqueológico Nacional de Madrid y con las pistas que encontraron se pusieron a excavar en el norte de Egipto bajo la dirección del arqueólogo Herbert Braum.

 

No la localizaron porque desconocían, entre otras cosas, la leyenda de que realmente se encuentra en la localidad etíope de Aksum. Los etíopes están tan convencidos de ello que todas las iglesias ortodoxas del país albergan un taboí, es decir, una réplica de las tablas que se guardan en el Arca de la Alianza original. El taboíes sacado en procesión una vez al año en la gran fiesta de Timket -la Epifanía-. Hacen eso porque, según la tradición narrada en su libro sagrado Kebra Nagast, en la iglesia de Santa Mana de Sión, en Aksum, se custodia la verdadera Arca de la Alianza que habría sido llevada a Etiopía por Menelik I, hijo de Salomón y de la reina de Saba.

En julio de 2009, el patriarca copto ortodoxo de Etiopía, Abuna Paulos, aseguró haber visto el Arca de la Alianza y que su estado de conservación es “bueno”. El patriarca señaló que no podía decir del lugar exacto donde se encuentra el objeto sagrado, pero sí asegurar que es como está descrito en la Biblia. “No está hecha por la mano del hombre, es algo que Dios bendijo para que sea así. La he visto con un sentimiento de humildad, no con orgullo”. Paulos agregó que el Arca es un objeto de culto, sagrado, y que sólo puede dar testimonio de ello. Y los nazis sin enterarse…

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Bastón de mando

 

Lanzas, Piedras, Arcas y Bastones de poder y mando que dan satisfacciones y dolores de cabeza a partes iguales. Resulta que en 1934, en las cercanías del cerro Uritorco (Córdoba, Argentina) fue encontrado un objeto hecho de piedra basáltica negra pulida, similar a un bastón, que medía poco más de un metro. Fue bautizado como el nombre de “Bastón de Mando” o “Piedra que Habla”, esta última denominación a causa de las vibraciones que emitía el objeto.También como “Piedra Imán” o “Piedra de la Sabiduría”, buscada por hombres de ciencia, aventureros, místicos e incluso expedicionarios militares nazis que estaban en todos los sitios. Quien tuvo más suerte fue Orfelio Ulises. Había permanecido ocho años en el Tíbet, donde escuchó hablar a los lamas y a los “maestros de Shambhala” por primera vez de ese bastón. Años después, ya de regreso en Argentina, lo desenterró del escondite en el cual había permanecido oculto durante siglos: en el cerro Uritorco de Capilla del Monte, junto a otros dos objetos, una piedra circular parecida a un moledor y un tercero que el descubridor quiso que quedara enterrado allí.

 

Por alguna razón, Orfelio Ulises consideró que el depositario de aquella singular pieza arqueológica debía ser el doctor Guillermo Alfredo Terrera, profesor en Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Córdoba. El destino quiso que fuera el custodio del Bastón Austral o Simihuinqui desde 1948 hasta el día de su muerte, el 19 de noviembre de 1998, dándolo a conocer a varios medios de comunicación.
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Por revelación,Terrera determinó que el pulido del basalto estaba datado en más de 7.000 años y que fue construido por orden del gran cacique Voltán -o Multan- de los indios comechingones. Para él no suponía ningún problema aceptar esa datación,ya que relacionaba el Bastón de Mando o Toqui Utico, con el origen de los comechingones -aborígenes barbados y de rasgos nórdicos que poblaban la región antes de la llegada de los españoles- con las leyendas que hablan de las visitas de dioses extraterrestres en el pasado y con la ciudad subterránea de Erks, poblada supuestamente por seres de otra dimensión que, según explica en su libro Antropología metafísica (1987), se encontraría en las entrañas del cerro Uritorco. El bastón ser-viria para entrar en contacto con esos seres intraterrenos, Termina su libro con una frase lapidaria: “El poseedor del Bastón de Mando es un elegido de la leyenda y de los milenios, como lo fue Jesús, José de Arimatea o Parsifal, el iluminado caballero de la eternidad”. Ahí queda eso.
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La extraña Piedra Chintamani

 

Según Orfelio Ulises, unos lamas le revelaron dónde encontrar el Simihuinqui, y no era la única “piedra sabia” que poseía cualidades extraordinarias. Cuando el pintor y explorador ruso Nicholas Roerich viajó hasta el Tíbet vio muchas cosas raras, entre ellas resplandores y columnas de luz en plena noche. Al preguntar qué era aquello, algunos lamas le respondieron que se trataba de los “rayos luminosos que emite la Torre de Shambhala”, y le dijeron que procedían de una piedra colocada en la torre que brillaba como el diamante. En sánscrito lleva el nombre de Chintamani, o también “Piedra del Destino”.

 

En el Tíbet creen que durante el reinado de Tho-tho ri, en el 331 d.C., cayó de los cielos un cofre en el que había cuatro objetos sagrados, entre ellos esta prodigiosa piedra. Le aseguraron a Roerich que la materia de la que estaba compuesta provenía de otro planeta, uno de los que orbitan en la constelación de Can Mayor, probablemente de la estrella Sirio. La mayor parte de la piedra se conservaría en la Torre de Shambhala, mientras que pequeños fragmentos de la misma habrían sido repartidos por ciertos puntos del planeta. La tradición oculta de Asia nos dice que muchos reyes y jefes poseyeron esta piedra mágica en épocas históricas: Tazlavu, emperador de la Atlántida, Akbar en la India, y Salomón en Judea, son citados en la lista de los poseedores temporales de tan excepcional objeto mítico y místico.

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En la piedra, según Roerich, yace la siguiente inscripción -traducida del sánscrito-: “A través de las estrellas he venido. Traigo el cáliz cubierto con el escudo”. Uno de sus cuadros, conocido como “Chintamani”, representa un potro que lleva a cuestas un baúl ornamentado. Se dice que en este baúl viajaba el “fragmento de las estrellas”. Las órdenes impartidas a Roerich por los “jefes secretos” consistían, supuestamente, en transportar el fragmento a Europa para ayudar a la formación de la Sociedad de las Naciones en 1919, hasta que, una vez cumplida la misión, lo tuvo que devolver a sus legítimos propietarios. Y esa esotra historia, como la de la “piedra negra” de la Kaaba, en La Meca, que un día cayó del cielo y hoy es el objeto más sagrado y poderoso de los musulmanes…

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El cetro que vino de los cielos

 

Roerich oyó hablar de otros objetos celestes y de libros budistas del Tíbet que explican que uno de sus símbolos más queridos y emblemáticos, el Dordíe o Dorje -el “bastón o varita del porvenir”-, cayó milagrosamente del cielo en Lhasa, cerca del monasterio de Sera. A diferencia de Chintamani, no proceden’a de Sirio sino de la constelación de Orion. Este cetro, de apariencia metálica se halla bajo la custodia del Dalai Lama, que tiene el título de “poseedor del Rayo”, ya que se atribuye a este artefacto el poder de dominar el fuego. Aparte el bastón original, existen numerosas réplicas hechas en plata.

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Los objetos de culto del paganismo

 

Si el martillo de “mor fascinaba a los humanos, también lo hacía el secreto de la coraza mágica que Vulcano había forjado para Aquiles, una coraza que resistía todas las armas y cuya sola visión era capaz de ahuyentar al enemigo. Se hablaba de una misteriosa materia llamada electrum, pero nadie podía descifrar su fórmula. En algunos templos se exhibían esos objetos de los dioses o semidioses como auténticas reliquias para que fueran tocadas por los visitantes. Otra cosa es que fueran lo que decían ser. Pero daba igual.

 

Algo parecido pasa con los lignum cru-cis -maderas de la cruz- de la cristiandad, y por eso no decae la devoción a esta clase de astillas. Tocar uno de esos objetos otorgaba el contacto con lo supremo, con lo sagrado, motivo más que suficiente para ir en peregrinación a alguno de esos templos sumerios, egipcios, vikingos, griegos o romanos y verlos in sítu, acariciarlos y rezar ante ellos. En el Diccionario Filosófico, deVoltaire, podemos leerque antes de que se empezaran a popularizar las reliquias en las iglesias cristianas ya se hacía lo mismo en los templos paganos: “Las ofrendas que estaban colgadas en los templos son pruebas evidentes de que los que pedían con fe habían conseguido realizar sus deseos y la curación de sus enfermedades. Colgaban en los templos ojos, pies y manos de oro y de plata, que eran monumentos que pregonaban la virtud de los que estaban encerrados en aquellos sepulcros”.

Había reliquias de toda clase, incluidas las de los míticos héroes militares. A saber, el escudo de Pirro -que se mostraba en el Santuario de Démeter-; la espada de Agamenón, con la que éste luchó en la Guerra de Troya; la Lanza de Aquiles, que también fue usada en la misma batalla, y que tenía la virtud de curar, si él lo deseaba, las heridas que producía. También la Lanza de Heracles… Ciertas leyendas griegas refieren que clavó su famosa lanza, hecha con madera de ace-buche, en el templo dedicado a Zeus en el monte Olimpia, la cual rebrotó y se convirtió en un árbol sagrado venerado como tal durante siglos.
Y si miramos dentro del panteón de los dioses griegos, todos aquellos objetos, huesos o armas que estuvieran asociados a alguno de ellos ya adquirían el calificativo de objeto de poder.Y hubo varios, a cuál más curioso: el huevo de Leda; la cabeza de Orfeo; un pelo de la cabeza de Medusa; arcilla con la que Prometeo hizo al hombre; huesos de Tántalo…
Cuenta la leyenda queTántalo descuartizó a su hijo Pélope, lo cocinó y lo hizo servir a sus huéspedes. Los dioses que lo sabían no probaron bocado, excepto Deméter, que no se dio cuenta y probó un trozo. El irreverente Tántalo fue castigado y Hermes devolvió la vida a Pélope, por orden de Zeus. Su tumba y sus huesos, contenidos en un cofre de bronce, se enseñaban antiguamente en la ciudad de Olimpia, en el templo de Pélope -el que dio nombre al Peloponeso-.

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Mjolnir, el Martillo de Thor

 

Todos los objetos que proceden del cielo tienen un valor añadido. Eso mismo le pasa al Mjolnir -el aplastador- que es descrito en las sagas islandesas como una de las armas más temidas del arsenal de los dioses nórdicos del Asgard. Aunque generalmente es representado y descrito como un martillo perteneciente aThor, uno de los hijos de Odín, a veces se le menciona como un hacha o un garrote que poseía la maravillosa propiedad de regresar siempre a su mano, sin importar lo lejos que lo hubiese lanzado.

 

Este enorme martillo, emblema de los truenos, estaba por lo general incandescente y Thor poseía un guantelete de hierro, llamado larngreiper, que le permitía agarrarlo firmemente. El dios era capaz de arrojar a Mjolnir a una gran distancia y su fuerza se multiplicaba por dos cuando se ponía su cinturón mágico, llamado Meging¡órd. El martillo era su arma principal a la hora de combatir a los gigantes, siendo calificada por los dioses como el más precioso de todos los trabajos de los enanos.

El martillo se convirtió en un símbolo del dios, en un amuleto poderoso y en una pieza de ornamento muy popular durante la era vikinga e icono del paganismo nórdico y germánico. Ese martillo deThor es el mismo que en la mitología germana se asocia con el dios Wotan -equivalente a Odín en las sagas escandinavas- y una vez más los nazis al servicio de la Ahnenerbe, lo buscaron; pero no en las montañas de Escandinavia, sino en Sudamérica, en concreto en Argentina, porque pensaban que el martillo de Wotan era un Bastón de Mando o “bastón austral” que poseía ciertos poderes; sí, esos mismos que describía el profesor Guillermo Terrera relacionado con el Simihuinqui…

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