Ceres: nuestro “tercer hogar extraterrestre” después de la Luna y Marte

Ceres es el planeta más rico en agua del sistema solar después de la Tierra, lo que le permite proporcionar hábitats para la vida. Esto lo convierte en nuestro tercer hogar extraterrestre después de la Luna y Marte.

Ceres, el objeto más grande en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter, tiene el 27% del tamaño y el 1,3% de la masa de la Luna. Su gravedad es igual al 3% de la aceleración de la Tierra. ¿Es realmente beneficioso para la humanidad?

Ceres, nuestra “tercera opción”

Descubierto el 1 de enero de 1801, gracias a Giuseppe Piazzi en el Observatorio Astronómico de Palermo en Sicilia. Su radio orbital es 2,77 veces mayor que la separación Tierra-Sol y su período orbital alrededor del Sol es de 4,6 años.

Un día solo dura 9 horas y 4 minutos. Según los datos de Dawn de la NASA, prácticamente no hay variación estacional en la luz del sol con la latitud.

El hielo de agua en su regolito varía desde alrededor del 10% en las latitudes polares hasta niveles mucho más secos en el ecuador. En total, se compone de aproximadamente la mitad de agua en volumen, en comparación con el 0,1% en la Tierra, y el 73% de roca en masa. Su geología está determinada por el hielo.

Ceres es también el planeta más rico en agua del sistema solar después de la Tierra. Cualquier bolsa de agua salada debajo de su superficie podría proporcionar hábitats para la vida.

Su temperatura superficial máxima es de -38 grados centígrados, que es similar a la temperatura invernal de la costa antártica. Aunque es más alta que la de Europa y Encelado, las lunas heladas de Saturno, las cuales tienen océanos subterráneos.

Tiene isótopos radiactivos de larga duración que ayudan a preservar el agua líquida debajo de su superficie durante largos períodos de tiempo, lo que podría conducir a la química orgánica. Incluso se han detectado compuestos orgánicos en el cráter Ernutet.

Se han detectado en la superficie algunos compuestos similares a los que se encuentran en Encelado, como carbonatos, silicatos hidratados y cloruro de amonio.

Un artículo de 2018 concluyó que, aunque la vida clandestina enfrenta desafíos, estos se pueden superar. Se estima que el número de tales mundos podría superar en número a los planetas rocosos habitables por algunos órdenes de magnitud, creando algunos de los hábitats más abundantes para la vida.

Un nuevo mundo habitable

En agosto de 2020, la NASA confirmó que Ceres es un cuerpo rico en agua, con un depósito profundo de salmuera que se filtra en la superficie en varios lugares, causando “puntos brillantes”. Esto incluye el cráter Occator, como se ve en la imagen de la sonda Dawn.

Esto confirmaría que Ceres podría ser el próximo destino de una base humana después de la Luna y Marte.

Para que Ceres sea habitable, se deben construir cúpulas sobre sus cráteres. En el interior, la temperatura se calentaría gradualmente y se introducirían moléculas orgánicas, creando un entorno similar al de la Tierra. Se recolectaría agua de la superficie y se usaría para irrigación, y se podría tratar el oxígeno gaseoso.

Establecerse en Ceres tiene muchas ventajas. La base es rica en recursos, incluidos hielo de agua, moléculas orgánicas y amoníaco. Su superficie recibe alrededor de 150 vatios por metro cuadrado de radiación solar, o alrededor de una novena parte de la de la Tierra.

Esta tasa de suministro de energía limpia es lo suficientemente alta como para que la instalación pueda funcionar únicamente con energía solar.

Podría convertirse en el centro de transporte para la futura infraestructura minera de asteroides, pudiendo transportar minerales a Marte, la Luna y la Tierra. Su baja velocidad de escape, junto con su gran suministro de hielo de agua, podría convertir el combustible para cohetes, el agua y el oxígeno en gas para las naves espaciales que atraviesan el cinturón de asteroides.

Sin embargo, los expertos dicen que es probable que también se encuentren en sus aguas subterráneas otras formas de vida que nos han precedido.

Podría decirse que Ceres podría convertirse en la tercera opción de la humanidad para colonizar el sistema solar. Con sus ventajas y sus riesgos, sería un lugar ideal para nuestra expansión como especie.

Deja una respuesta