Otra Tierra puede existir en un sistema planetario a sólo 16 años luz

Los científicos tienen la vista puesta en las estrellas para encontrar mundos habitables similares al nuestro. De acuerdo con un estudio que ha llevado a cabo un equipo de astrónomos estadounidenses y alemanes, uno de ellos podría encontrarse en un sistema planetario que está a 16 años luz de distancia. Los investigadores llevan varios años estudiando el sistema planetario presidido por Gliese 832, una enana roja con la mitad de tamaño que el Sol. 

La estrella está orbitada por dos cuerpos celestes: Gliese 832-B, que es un exoplaneta gigante de características parecidas a las de Júpiter, y Gliese 832-C, un planeta rocoso que se cree que puede contar con atmósfera. Los científicos valoraron a Gliese 832-C mediante el Índice de Similitud con la Tierra (IST) y su puntuación fue del 81%, una cifra que lo convertía en uno de los mundos más parecidos a nuestro planeta azul. Sin embargo, después de estudiarlo más a fondo, se han dado cuenta de que su gran tamaño (unas cinco veces la Tierra), unido a su proximidad a la estrella, provocaría que la atmósfera sea excesivamente densa y por tanto no apto para la vida. 

Con la esperanza de encontrar otros cuerpos celestes, los astrónomos retomaron el estudio de Gliese 832 y, a través de simulaciones matemáticas, han inferido la existencia de otro planeta más en este sistema. De acuerdo con sus cálculos, este nuevo planeta, que todavía no tiene nombre, sí sería similar al nuestro y contaría con una masa entre 1 y 15 veces la de la Tierra. Para llevar a cabo este descubrimiento han utilizado la técnica de velocidad radial, un método que permite extraer los parámetros orbitales, combinándolo con los datos de la curva de velocidad radial sintética de planetas conocidos. Sus cálculos les han permitido determinar que el cuerpo celeste se encontraría orbitando entre 0,25 y 2.0 UA (Unidad Astronómica que equivale a la distancia del Sol con la Tierra). 

No obstante, aunque la existencia de este planeta está apoyada por la estabilidad orbital, los investigadores señalan que necesitan mucho más tiempo de observación para confirmar las características de este nuevo mundo.

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