En la década de 1980, Art Barbara no era lo que se dice popular. Era un estudiante solitario que escuchaba hair metal, tenía que dormir con un monstruoso aparato ortopédico por su escoliosis y había iniciado un club extraescolar de voluntarios en funerales poco concurridos. Por eso fue una sorpresa cuando una chica se apuntó al Club de los Portaféretros y le dijo que era una idea genial. ¡Si hasta se llevó su Polaroid para hacer fotos de los cadáveres!
¿Te gustó este artículo?
Te invito a compartir el artículo y a formar parte de la comunidad del Misterio: Fan page para no perderte ninguno.
No olvides buscar en Google: MundoOculto.es para ver todo lo que te ofrecemos.
Para recibir notificaciones al instante a través de Telegram Click Aquí y no te perderás ninguno.
Descarga nuestra app para Android y no te perderás ninguno.

Este obra cuyo autor es https://mundooculto.es está bajo una licencia de Reconocimiento 4.0 Internacional de Creative Commons.
COMMENTS