Los secretos ocultos del “Libro de los Libros”
La palabra Biblia traduce “los libros sagrados” y es el texto sagrado de varias corrientes religiosas: los judíos, los católicos y los protestantes. Este libro está dividido en varias secciones y una de las más importantes es la Torá o Pentateuco, es decir, los 5 primeros libros que la componen:
- Génesis — Bereshit (בְּרֵאשִׁית), “En el comienzo”
- Éxodo — Shemot (שְׁמוֹת), “Nombres”
- Levítico — Vayikrá (וַיִּקְרָא), “Y llamó”
- Números — Bemidbar (בְּמִדְבַּר), “En el desierto”
- Deuteronomio — Devarim (דְּבָרִים), “Palabras”/”Cosas”/”Leyes”
Estos textos son importantes además de su contenido, porque se dice que en su idioma original contienen mucho más que aquello que se puede leer a simple vista. En su época, Isaac Newton transformó la física, las matemáticas y la astronomía, formulando la ley de gravedad universal y las tres leyes de la dinámica (inercia, interacción y acción-reacción) que llevan su nombre. Pero, sorprendentemente la mayoría de sus trabajos no estaban dedicados a lo que en la actualidad se considera la ciencia pura, sino a la teología y el misticismo. Era un apasionado estudioso de la Biblia, convencido de que en los textos sagrados se ocultan las soluciones para todos los secretos del Universo.
Isaac Newton ya había hablado de la existencia del código de la Biblia, a pesar de ser cristiano y no judío. Durante toda su vida trató de demostrar al mundo que el libro contenía información sobre el destino de toda la humanidad, estaba convencido de la existencia de un código cifrado para estos primeros 5 libros, pero no pudo “entender cómo funcionaba”, pues manualmente, la interpretación habría requerido cientos de años.
Los archivos manuscritos de Newton llegaron a Cambridge gracias a sus descendientes un siglo y medio después de su muerte. La Universidad conservó los textos científicos y devolvió los demás a la familia. En 1936, Sotheby’s los subastó en Londres siendo adquiridos por dos coleccionistas. Uno de ellos era una celebridad británica: el economista John Maynard Keynes, que conservó los textos sobre la alquimia. Los teológicos fueron comprados por Abraham Shalom Yehuda y, tras su muerte, donados a la Universidad de Jerusalén.
En 1983, en el marco del “Proyecto Newton” de la Universidad de Cambridge, una comisión de expertos empezó a estudiar y descifrar el conjunto de sus escritos. En total 7.500 páginas manuscritas de archivos digitalizados que se puede consultar ahora online en este link.
Para este científico comprender las leyes de la naturaleza implicaba entender cómo funcionaba el mundo, por tanto, en sus estudios de la biblia, Newton era un convencido creyente de que en este texto se hallaban predicciones acerca de sucesos que resultarían de importancia para toda la humanidad. Partiendo del libro de Daniel, donde encontró las instrucciones correspondientes, indicó que debían pasar 1.260 años entre la refundación del Santo Imperio Romano por Carlomagno, ocurrida en el año 800, y el Apocalipsis, una suma que da como resultado el año 2060 después de Cristo, fecha que él indicó como el del fin del mundo.
Pese a su habilidad y esfuerzo, Newton no logró descifrar el código, ya que hacerlo de forma manual requería demasiado tiempo y esfuerzo. Solo sería hasta el invento de las Computadoras (y su rapidez para calcular y detectar patrones) que el código y sus contenidos serían dados a conocer.
¿Te gustó este artículo?
Te invito a compartir el artículo y a formar parte de la comunidad del Misterio: Fan page para no perderte ninguno.
No olvides buscar en Google: MundoOculto.es para ver todo lo que te ofrecemos.
Para recibir notificaciones al instante a través de Telegram Click Aquí y no te perderás ninguno.
Descarga nuestra app para Android y no te perderás ninguno.

Este obra cuyo autor es https://mundooculto.es está bajo una licencia de Reconocimiento 4.0 Internacional de Creative Commons.
COMMENTS