Los modelos climáticos de todo el mundo advierten sobre la posible aparición de un fenómeno de El Niño a finales de año, un tipo de calentamiento en partes del Océano Pacífico que, como explica The Guardian, podría aumentar los eventos meteorológicos catastróficos en todo el mundo durante año.

Según informa el diario británico, algunos modelos aumentan las posibilidades de que el fenómeno adquiera características extremas en los últimos meses del año, calificándolo de “súper El Niño”. Tal escenario se traduce en temperaturas muy altas en la región del Pacífico central alrededor del Ecuador.

La última vez que el planeta experimentó un fenómeno extremo de El Niño en 2016, la temperatura global batió todos los récords, con la contribución del cambio climático provocado por el hombre. El resultado fueron inundaciones, sequías y epidemias.

Riesgos y precauciones

El Servicio Meteorológico Nacional de Australia dijo el martes que los siete modelos que había revisado, incluidos los de los servicios meteorológicos de Gran Bretaña, Japón y Estados Unidos, mostraron que las temperaturas de la superficie del mar alcanzarían alturas consistentes con el fenómeno de El Niño hasta agosto.

Pero tanto la agencia como los climatólogos advirtieron que los pronósticos durante el otoño del hemisferio sur no son tan confiables y deben “tratarse con cierta precaución”.

En cualquier caso, la agencia concluye que hay un 50% de posibilidades de que ocurra El Niño a finales de año.

¿Cómo se ve un El Niño extremo?

Una de las características del fenómeno es un aumento de la temperatura de la superficie del mar de al menos 0,8 °C (33,44 ° F) en relación con el promedio a largo plazo en una región del Océano Pacífico central a la altura del ecuador. Los eventos extremos de El Niño se traducen en un aumento de las temperaturas regionales de 2 °C (35,6 °F).

Varios pronósticos sugieren que las temperaturas podrían alcanzar esas alturas en octubre, y los científicos nuevamente instan a una lectura cautelosa de sus primeras conclusiones.

“Es hora del próximo gran”

El Dr. Mike McFadden, investigador de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE. UU., le dijo a The Guardian que, históricamente, los eventos de El Niño ocurren aproximadamente cada cuatro años.

“Es hora de la siguiente. Sin embargo, los pronósticos de la intensidad de El Niño muestran grandes discrepancias, de grandes a débiles”, subrayó.

Explicó que los eventos poderosos de El Niño tienden a ocurrir cada 10 a 15 años, por lo que sería “muy inusual” que el planeta experimente incluso uno más después de los eventos fuertes de 2015 y 2016.

“Sin embargo, la naturaleza tiene una forma de sorprendernos cuando creemos que lo sabemos todo”, agregó.

“Debemos estar preparados”

“Los eventos realmente grandes de El Niño afectan a todo el planeta con sequías extremas, inundaciones, olas de calor y tormentas. Si sucede, debemos estar preparados. Sin embargo, también podría debilitarse. Debemos ser cuidadosos y estar preparados para todas las eventualidades”.

Kathryn Gunter, climatóloga de la agencia, le dijo al periódico británico:

“En esta época del año, los pronósticos son nefastos, pero estamos viendo que los modelos climáticos internacionales están de acuerdo con sus predicciones del calentamiento del nivel de El Niño”.

La agencia también está monitoreando las temperaturas que se desarrollan en el Océano Índico, donde existe un “riesgo ligeramente mayor” de desarrollar condiciones que tienden a causar condiciones más secas en el sureste y el centro de Australia, intensificando el efecto de El Niño.

Según explicó el científico, en el caso de Australia la intensidad de El Niño no necesariamente coincide con la intensidad de sus efectos. Pero agregó que “durante El Niño, normalmente vemos una reducción de las precipitaciones en el este de Australia durante el invierno y la primavera, pero también un aumento de las temperaturas en los dos tercios más al sur del país”.

Este tipo de condiciones aumentan el riesgo de incendios y olas de calor, agregó.
Los estudios han demostrado que a medida que las temperaturas globales continúan aumentando, la probabilidad de eventos extremos de El Niño también aumenta. En Australia, El Niño está intensificando el riesgo de sequía, olas de calor e incendios forestales en el este del país, al tiempo que aumenta el riesgo de blanqueamiento masivo de la Gran Barrera de Coral.

En todo el mundo, El Niño ha causado temperaturas récord en el pasado y se ha relacionado con inundaciones y deslizamientos de tierra en América Central y la ausencia o retraso de los monzones en la India. El fenómeno de El Niño más potente registrado este siglo, que duró de 2015 a 2016, estuvo vinculado a brotes de epidemias en todo el mundo, a partir de enfermedades como el cólera o el dengue.

¿Cuándo sabremos con certeza?

McFadden y otros científicos también advierten que en 2014 hubo predicciones de poderosos eventos de El Niño que inicialmente parecían ser refutadas. Pero un año después comenzó el fenómeno de este tipo más fuerte del siglo actual, como señaló a The Guardian el Dr. Angus Santoso, experto en cambio climático del Pacífico de la Universidad de Nueva Gales del Sur.

Desde que las predicciones científicas se volvieron más confiables en la década de 1950, dijo, solo se han registrado tres eventos extremos de El Niño: de 1982 a 1983, de 1997 a 1998 y de 2015 a 2016. Algunos científicos creen que el fenómeno de El Niño de 1972-73 puede también ser caracterizado como extremo.

En declaraciones a The Guardian, Santoso señaló que “los pronósticos muestran que lo más probable es que tengamos un El Niño, pero tendremos que esperar un poco más para ver si será débil o fuerte”.

Además, agregó que debemos prepararnos para el escenario de un El Niño extremo, pero también que para junio los modelos serán mucho más precisos.