Cómo el Efecto Mandela revela errores en nuestra memoria geográfica

 

 

El Efecto Mandela es un fenómeno extraño que ocurre cuando muchas personas tienen recuerdos vívidos de cosas, personas o eventos que son diferentes a los hechos reales. Puede referirse a biografías de personas famosas, eventos históricos o incluso películas.

Por ejemplo, algunas personas están convencidas de que Nelson Mandela, el activista y presidente sudafricano contra el apartheid, murió en prisión en la década de 1980, aunque estuvo vivo hasta 2013. El término fue acuñado por Fiona Broome, investigadora de fenómenos anómalos, quien descubrió que ella no era la única que tenía este falso recuerdo.

Una de las áreas donde más se nota el Efecto Mandela es la geografía. Mucha gente tiene ideas erróneas sobre la ubicación o la forma de los países en los mapas mundiales. Creen que los países solían estar en un lugar diferente al que están ahora, o que tenían un tamaño o forma diferente.

Un ejemplo de esto es Nueva Zelanda. ¿Puedes determinar su ubicación sin mirar el mapa? ¿Está en el noreste o sureste de Australia? ¿O tal vez en el oeste o incluso en el este?

La respuesta correcta es que Nueva Zelanda se encuentra en el extremo sureste de Australia, a unas 1200 millas del continente. Sin embargo, para muchas personas esta respuesta parece ser incorrecta. Tienen diferentes ideas sobre la ubicación de Nueva Zelanda, que se han formado desde la infancia. Algunos creen que se encuentra mucho más al sur, mientras que otros creen que Nueva Zelanda se encuentra casi frente a la costa de Australia en el noreste.

Un usuario de Reddit describió su punto de vista y otro usuario se sorprendió por sus conceptos erróneos.

“Recuerdo muy bien que fue al oeste de Australia. Tenía 16 años cuando me compré un globo terráqueo de sobremesa para la autoeducación y en él se ubicaba Nueva Zelanda precisamente al oeste de Australia. También recuerdo haber pensado que sería fácil de recordar, ya que está en el oeste, del mismo lado que Estados Unidos”. “Cuando leí sobre esto, fui específicamente al mapa mural de mi hermana, que había estado mirando durante muchos años. Estaba seguro de que Nueva Zelanda estaba ubicada en el noreste de Australia”.

Nueva Zelanda no es el único país que sufre el Efecto Mandela. Muchas personas también tienen impresiones erróneas sobre la ubicación o la forma de países como Sri Lanka, Japón, Mongolia, Finlandia, Suecia y Noruega. Algunos incluso afirman que continentes enteros han cambiado de posición o tamaño con el tiempo.

¿Cómo podemos explicar estos errores en nuestra memoria geográfica? Hay varios factores posibles que contribuyen a ellos. Uno de ellos es la distorsión que provocan las distintas proyecciones cartográficas.

La Tierra es una esfera, pero los mapas son representaciones planas de su superficie. Para que esto sea posible, los cartógrafos utilizan varias técnicas para proyectar la superficie esférica sobre un plano. Sin embargo, estas técnicas inevitablemente introducen alguna distorsión en términos de distancia, área, forma o dirección.

Por ejemplo, una de las proyecciones de mapa más comunes es la proyección de Mercator, que conserva ángulos y formas pero distorsiona áreas y distancias.

Esta proyección hace que los países cercanos a los polos parezcan mucho más grandes de lo que realmente son, mientras que los países cercanos al ecuador parecen mucho más pequeños. Por ejemplo, Groenlandia parece ser casi tan grande como África en un mapa de Mercator, aunque África es en realidad 14 veces más grande que Groenlandia.

Otro factor que influye en nuestra memoria geográfica es nuestra exposición a diferentes fuentes de información y medios. Dependiendo de dónde vivamos y de lo que aprendamos en la escuela oa través de libros, programas de televisión o películas, podemos desarrollar diferentes imágenes mentales de países y regiones. También podemos estar influenciados por estereotipos o prejuicios que afectan nuestra percepción de otras culturas y lugares.

Por ejemplo, algunas personas pueden asociar Nueva Zelanda con las películas de El señor de los anillos y pensar que es una tierra de montañas y bosques. Otros pueden asociarlo con el rugby y pensar que es una nación deportiva. Estas asociaciones pueden afectar la forma en que recordamos su ubicación o forma en un mapa.

Un tercer factor que juega un papel en nuestra memoria geográfica son nuestras limitaciones y sesgos cognitivos. Nuestra memoria no es un dispositivo de grabación perfecto que almacena todo lo que vemos o escuchamos.

Es un proceso reconstructivo que implica seleccionar, codificar, almacenar y recuperar información de nuestras experiencias. Sin embargo, este proceso es propenso a errores y distorsiones debido a diversos factores como la atención, la interferencia, el olvido o la confabulación.

Confabulación es un término utilizado para describir la fabricación inconsciente de recuerdos fabricados o malinterpretados. Ocurre cuando nuestro cerebro llena los vacíos en nuestra memoria con información que parece plausible o consistente con nuestro conocimiento o creencias existentes.

Por ejemplo, si no recordamos exactamente dónde está Nueva Zelanda en un mapa, podemos inventar su ubicación en función de lo que creemos que tiene sentido o lo que hemos escuchado de otros.

La confabulación también puede verse influenciada por factores sociales como la conformidad o la sugestión. Podemos adoptar recuerdos falsos de otras personas que los comparten con nosotros o nos persuaden a creerlos. Esto puede crear una ilusión colectiva de la realidad que refuerza nuestras falsas creencias.

El Efecto Mandela puede verse como un ejemplo de confabulación a gran escala. Muestra cómo nuestra memoria puede ser poco fiable e influenciada por varios factores que distorsionan nuestra percepción de la realidad. También nos desafía a cuestionar lo que creemos saber y buscar fuentes de información más precisas.

Sin embargo, algunas personas prefieren explicar el Efecto Mandela con teorías más exóticas como realidades paralelas o multiversos. Afirman que las diferencias surgen del movimiento entre versiones alternativas de eventos y objetos que existen dentro de cada universo. Creen que algunas personas tienen recuerdos de diferentes líneas de tiempo o dimensiones que otras.

Argumentan que hay una gran cantidad de mundos paralelos a nuestro alrededor, en los que nuestra realidad tiene innumerables versiones alternativas. En uno de estos mundos, por ejemplo, puede que te guste el verde en lugar del rojo, mientras que en otro, los países pueden tener ubicaciones completamente diferentes en el mapa.

Estas teorías se basan en interpretaciones especulativas de la física cuántica y la cosmología que no se han probado ni verificado empíricamente. También plantean muchos problemas lógicos y filosóficos, como cómo y por qué las personas cambian de realidad y cómo pueden comunicarse entre sí a través de ellas.

Si bien estas teorías pueden atraer la imaginación y la curiosidad de algunas personas, no están respaldadas por evidencia científica o argumentos racionales. Es más probable que reflejen ilusiones o fantasías que la realidad.

El Efecto Mandela es un fenómeno fascinante que revela cómo funciona nuestra memoria y cómo puede fallarnos a veces. También nos recuerda ser humildes y críticos con lo que creemos que sabemos y buscar fuentes de información más confiables.

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