La vida avanzada en el universo alcanzó su punto máximo hace miles de millones de años

Según un nuevo estudio de David Garofalo, profesor asociado de física en la Universidad Estatal de Kennesaw en Georgia, la existencia de vida avanzada en el universo puede depender de la influencia de los agujeros negros en la formación de estrellas.

El estudio, titulado ” La vida avanzada alcanzó su punto máximo hace miles de millones de años según los agujeros negros “, se publicará en la revista Galaxies y está disponible en el servidor de preimpresión arXiv.

Garofalo argumenta que los agujeros negros pueden impulsar o suprimir la formación de estrellas, dependiendo de si se encuentran en entornos ricos o escasos de gas. En entornos ricos en gas, los agujeros negros pueden crear poderosos chorros y vientos que expulsan el gas y evitan que se formen nuevas estrellas.

En entornos con escasez de gas, los agujeros negros pueden girar más rápido y crear más radiación que calienta el gas y desencadena la formación de estrellas.

El vínculo entre los agujeros negros y la formación de estrellas tiene implicaciones para el surgimiento de inteligencias extraterrestres (ETI), que requieren miles de millones de años de evolución y sistemas planetarios estables.

Garofalo afirma que “la vida avanzada alcanzó su punto máximo hace miles de millones de años”, cuando el universo era más rico en gas y era más probable que los agujeros negros suprimieran la formación de estrellas. Esto crearía una ventana de oportunidad para que surgieran ETI en galaxias que tuvieran suficientes estrellas pero no demasiadas.

Garofalo sugiere que “nosotros, como vida avanzada, podríamos ser reliquias de una época pasada” en el universo, y que es posible que nos hayamos perdido la fiesta cuando existían la mayoría de las ETI.

También desafía las suposiciones detrás de SETI, la Ecuación de Drake y la Paradoja de Fermi, que se basan en la idea de que los planetas individuales son la clave para encontrar vida.

Propone que deberíamos buscar galaxias que tengan el equilibrio adecuado entre la retroalimentación de los agujeros negros y la formación de estrellas, y que deberíamos considerar la posibilidad de que las ETI se hayan extinguido o trascendido sus formas físicas.

El estudio se basa en modelos teóricos y observaciones de agujeros negros y galaxias, y plantea muchas preguntas e incertidumbres. Por ejemplo, ¿cómo definimos la vida avanzada?

¿Cómo medimos la retroalimentación de los agujeros negros y la formación de estrellas? ¿Cómo explicamos otros factores que afectan la habitabilidad, como las supernovas, los rayos cósmicos y la dinámica planetaria? ¿Cómo probamos empíricamente las predicciones del estudio?

Garofalo reconoce que su estudio es especulativo y provocativo, pero espera que estimule más investigación y discusión sobre el papel de los agujeros negros en la evolución de la vida en el universo.

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