“Me he convertido en la muerte, el destructor de mundos”, historia de la infame cita de Oppenheimer

“Me he convertido en la muerte, el destructor de mundos”, historia de la infame cita de Oppenheimer

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La línea, que proviene del texto sagrado hindú Bhagavad-Gita, ha llegado a definir a Robert Oppenheimer, el padre de la bomba atómica, pero su significado es más complejo de lo que muchos creen.
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A photograph on display at The Bradbury Science Museum shows the first thermonuclear test on October 31, 1952.BRADBURY SCIENCE MUSEUM / GETTY IMAGES \

Cuando presenciaba la primera detonación de un arma nuclear, el 16 de julio de 1945, una antiquísima escritura hindú pasó por la mente de Robert Oppenheimer: “Me he convertido en la muerte, el destructor de mundos”. Es probablemente la línea más conocida del Bhagavad-Gita, pero también la más incomprendida.

Oppenheimer murió con sesenta y dos años en Princeton, Nueva Jersey, el 18 de febrero de 1967. Como jefe durante la guerra del Laboratorio de Los Álamos, el lugar de nacimiento del Proyecto Manhattan, se le considera, con razón, el padre de la bomba atómica. “Sabíamos que el mundo no sería el mismo”, recordó más tarde. “Algunas personas se rieron, algunas lloraron, la mayoría guardó silencio”. Oppenheimer, al observar la bola de fuego de la prueba nuclear Trinity, miró hacia el hinduismo. Si bien nunca se convirtió en hindú en el sentido devocional, Oppenheimer encontró en él una filosofía útil para estructurar su vida. “Obviamente, se sintió muy atraído por esta filosofía”, dice el reverendo Dr. Stephen Thompson, quien tiene un doctorado en gramática sánscrita. El interés de Oppenheimer en el hinduismo era más que una cita, era una forma de dar sentido a sus acciones.

El tiempo que todo lo destruye

El Bhagavad-Gita es un texto sagrado hinduista de 700 versos, escrito en sánscrito, que se centra en un diálogo entre un gran príncipe guerrero llamado Arjuna y su aurigael Señor Krishna, una encarnación de Vishnu. Al enfrentarse a un ejército contrario que contiene a sus amigos y parientes, Arjuna está desgarrado. Pero Krishna le enseña acerca de una filosofía superior que le permitirá llevar a cabo sus deberes como guerrero, independientemente de sus preocupaciones personales. Esto se conoce como el dharma, o deber sagrado. Es una de las cuatro lecciones clave del Bhagavad-Gita: deseo o lujuria, poder, el deseo de rectitud o dharma, y el estado final de liberación total, o moksha.

Robert Oppenheimer ms que un destructor de mundos fue un hombre de ciencia.

Robert Oppenheimer, más que un destructor de mundos, fue un hombre de ciencia.

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Buscando su consejo, Arjuna le pide a Krishna que le revele su forma universal. Krishna obedece, y en el verso doce del Gita se manifiesta como un ser sublime y aterrador de muchas bocas y ojos. Es este momento el que entró en la mente de Oppenheimer en julio de 1945. “Si el resplandor de mil soles estallara de una vez en el cielosería como el esplendor del poderoso”; así fue como tradujo Oppenheimer ese momento en el desierto de Nuevo México.

En el hinduismo, que tiene un concepto no lineal del tiempo, el gran dios no solo está involucrado en la creación, sino también en la disolución. En el verso treinta y dos, Krishna menciona la línea que Oppenheimer trajo a la atención de todo el mundo. “La cita ‘Me he convertido en la muerte, el destructor de mundos’ es literalmente el tiempo que destruye el mundo“, explica Thompson, y agrega que el maestro de sánscrito de Oppenheimer eligió traducir “tiempo que destruye el mundo” como “muerte”, una interpretación común. Su significado es simple: independientemente de lo que haga Arjuna, todo está en manos de lo divino.

Que no nacemos y no morimos. Que la muerte es una ilusión

“Arjuna es un soldado, tiene el deber de luchar. Krishna, no Arjuna, determinará quién vive y quién muere y Arjuna no debe llorar ni regocijarse por lo que el destino le depare, sino que debe estar sublimemente desapegado de tales resultados”, refiere Thompson. “Y, en última instancia, lo más importante es que debe ser devoto de Krishna. Su fe salvará el alma de Arjuna”. Pero Oppenheimer, aparentemente, nunca pudo lograr esta paz. “En una especie de sentido crudo que ninguna vulgaridad, ningún humor, ninguna exageración puede extinguir por completo”, expresó dos años después de la explosión de Trinity, “los físicos han conocido el pecado; y este es un conocimiento que no pueden perder”.

La primera detonación de un dispositivo nuclear realizada el 16 de julio de 1945 fue el resultado del Proyecto Manhattan...

La primera detonación de un dispositivo nuclear, realizada el 16 de julio de 1945, fue el resultado del Proyecto Manhattan que lideró Oppenheimer.

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La bomba atómica en la cabeza

“Él no parece creer que el alma es eterna, mientras que Arjuna sí”, destaca Thompson. “El cuarto argumento en el Gita es que la muerte es una ilusiónque no nacemos y no morimos. Esa es realmente la filosofía: que solo hay una conciencia y que toda la creación es una obra maravillosa”. Oppenheimer, se puede inferir, nunca creyó que las personas asesinadas en Hiroshima y Nagasaki no sufrirían. Si bien llevó a cabo su trabajo con diligencia, nunca pudo aceptar que esto podría liberarlo del ciclo de la vida y la muerte. En un marcado contraste, Arjuna se da cuenta de su error y decide unirse a la batalla.

“Krishna está diciendo que simplemente tienes que cumplir con tu deber como guerrero”, explica Thompson. “Si fueras un sacerdote no tendrías que hacer esto, pero eres un guerrero y tienes que hacerlo. En el esquema más amplio de las cosas, presumiblemente La bomba representó el camino de la batalla contra las fuerzas del malque fueron personificadas por las fuerzas del fascismo”.

Para Arjuna, puede haber sido relativamente fácil ser indiferente a la guerra porque creía que las almas de sus oponentes vivirían a pesar de todo. Pero Oppenheimer sintió agudamente las consecuencias de la bomba atómica. “No tenía la confianza de que la destrucción, en última instancia, era una ilusión”, aclara Thompson. La aparente incapacidad de Oppenheimer para aceptar la idea de un alma inmortal siempre pesaría mucho en su mente.

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