De esta manera podría construirse una máquina del tiempo, según la física

De esta manera podría construirse una máquina del tiempo, según la física

Desde los motores warp hasta los trucos cuánticos, he aquí cinco maneras que los físicos han descubierto para viajar teóricamente atrás en el tiempo. En algún momento, la mayoría de nosotros hemos deseado poder viajar atrás en el tiempo para reparar algún paso en falso. Pero es imposible, ¿verdad? Pues no necesariamente. La teoría general de la relatividad de Albert Einstein sugiere que sí es posible viajar en el tiempo. Sabemos que la materia puede curvar el espacio-tiempo y, si lo curvas lo suficiente, puedes crear un bucle temporal. Los investigadores aún no han descubierto una máquina del tiempo que funcione. Pero eso no les ha impedido explorar las posibilidades. He aquí cinco maneras de viajar en el tiempo que podrían ser factibles, desde los clásicos de la ciencia ficción hasta nuevas y sorprendentes ideas, así como algunos molestos obstáculos prácticos que tendríamos que superar.

1. Preparar un anillo galáctico de láseres

El principal obstáculo para el viaje en el tiempo es que nada puede superar la velocidad de la luz, que es de 299.792.458 metros por segundo. Este límite de velocidad mantiene la causalidad, es decir, la idea de que la causa siempre debe preceder al efecto. Viajar más rápido que la luz rompería esta idea, debido a una peculiaridad de la relatividad especial de Einstein y al hecho de que el espacio y el tiempo están intrínsecamente conectados. Si pudiéramos superar la velocidad de la luz, viajaríamos al pasado. Pero no podemos.

La mejor opción es manipular el tejido del espacio-tiempo. En 2003, Ron Mallett, de la Universidad de Connecticut, descubrió que un anillo giratorio de láseres puede deformar el espacio-tiempo hasta curvarlo sobre sí mismo, creando un bucle temporal. Esto es posible porque la luz puede generar una atracción gravitatoria similar a la de la materia.

Ken Olum, de la Universidad Tufts de Massachusetts, explicó:

“La luz giratoria arrastraría consigo el espacio-tiempo”.

Desafortunadamente, no basta con usar unos cuantos punteros láser: el anillo láser tendría que ser de proporciones galácticas. Además, aunque fuera posible, un vórtice láser cósmico crearía una singularidad, un punto donde el espacio-tiempo se deformaría tanto que las leyes de la física se romperían, según Olum.

Eso sería un problema.

Toby Wiseman, del Imperial College de Londres, comentó:

“Cuando se permiten las singularidades, se desata el caos y todo es posible”.

Los físicos no comprenden completamente las singularidades, pero lo que está claro es que sería improbable que sobreviviéramos a un encuentro con una de ellas.

2. Columpiarse en una cuerda cósmica

Pasemos a la siguiente idea, que podría ser viable en teoría. Se trata de unos filamentos hipotéticos que atraviesan el tejido del espacio-tiempo, conocidos como cuerdas cósmicas, y de una materia muy peculiar.

La teoría sugiere que las cuerdas cósmicas podrían haberse formado instantes después del Big Bang, cuando el universo recién nacido cambió de fase, similar a cómo el agua se congela, pasando de una energía más alta a una más baja. Si existen, aunque aún no lo hemos confirmado, serían esencialmente largas y delgadas hebras de altísima densidad energética, remanentes de los primeros momentos del universo.

En 1991, J. Richard Gott, de la Universidad de Princeton, calculó que dos cuerdas cósmicas infinitamente largas en movimiento podrían crear un bucle temporal si estuvieran correctamente alineadas. Este bucle temporal se formaría cuando las cuerdas se cruzaran mientras se mueven en direcciones opuestas. Para retroceder en el tiempo, sería necesario viajar alrededor de ellas al 99.99% de la velocidad de la luz. ¡Parece sencillo!

O tal vez no.

Olum sostiene:

“No se podría construir una máquina del tiempo de esta manera”.

Olum ha demostrado que para ello se necesitarían cantidades infinitas de materia con densidad de energía negativa, lo que implica que la materia tendría menos energía que el vacío. Aunque hemos producido esta forma extraña de materia en experimentos a escala cuántica, estamos lejos de alcanzar los volúmenes necesarios.

Olum añade:

“Un vórtice láser cósmico de este tipo crearía una singularidad. Eso sería un problema”.

Katy Clough, de la Universidad Queen Mary de Londres, comentó:

“Sólo se crea una cantidad muy pequeña”.

Además, se requieren grandes cantidades de energía positiva para mantener el efecto, por lo que crear una cantidad macroscópica puede no ser plausible, y mucho menos un suministro infinito.

Máquina del tiempo.

Máquina del tiempo. Crédito de imagen: TheDigitalArtist / Public domain

3. Conseguir un motor warp

Hasta ahora, nuestras teorías sobre máquinas del tiempo han enfrentado numerosos desafíos prácticos. ¿Será este también el caso del método más famoso de viajar en el tiempo, los motores warp popularizados por Star Trek, que nos permitirían viajar más rápido que la luz?

Un motor warp es un concepto teórico que genera su propia burbuja espacio-temporal. No necesita motores o propulsión tradicionales, sino que se basa en la manipulación del espacio-tiempo mismo. Este motor hipotético consistiría en una estructura de materia que podría comprimir el espacio-tiempo frente a él y expandirlo detrás, permitiendo cambiar de ubicación sin moverse en el sentido convencional.

El límite de velocidad cósmica se aplica únicamente a los objetos que se desplazan a través del espacio-tiempo. Por lo tanto, una nave espacial dentro de una burbuja de impulso warp podría superar la velocidad de la luz sin violar las leyes de la física. Además, según el físico Jared Fuchs, quien ha investigado los motores warp en la Universidad de Alabama en Huntsville, este método sería seguro para los pasajeros, quienes no experimentarían ninguna sensación adversa.

En teoría, esto podría permitir el viaje en el tiempo. Sin embargo, al igual que con la máquina del tiempo basada en cuerdas cósmicas, un motor warp que permitiera viajar más rápido que la luz requeriría cantidades enormes de materia con densidad de energía negativa.

4. Saltar a través de un agujero de gusano

Quizás todo este proyecto sería más sencillo si, en lugar de intentar construir tu propia máquina del tiempo, utilizaras una que ya existe en el universo: un agujero de gusano.

Estos hipotéticos túneles a través del espacio-tiempo tienen dos o más bocas de conexión, generalmente agujeros negros. Si pudieras viajar a través de uno de estos túneles, teóricamente podrías llegar a un lugar distante tanto en el espacio como en el tiempo.

La buena noticia es que los agujeros de gusano transitables “podrían existir ya en nuestro universo”, según Wiseman. La forma más plausible de que surja uno, sin necesidad de energía negativa, es entre dos agujeros negros diminutos y cargados que orbitan entre sí. Sin embargo, hay un inconveniente: el túnel sería subatómico, demasiado pequeño para que un ser humano pudiera atravesarlo, por lo que probablemente no sea el mejor mecanismo para viajar en el tiempo. Además, incluso si encontráramos un agujero de gusano lo suficientemente grande, no está claro si sobreviviríamos al viaje debido a la increíble aceleración y la radiación, que podrían ser mortales.

Dicho esto, podría haber una opción más segura: los agujeros de gusano anulares, que no serían túneles sino portales planos hechos de energía negativa. La energía negativa deformaría el espacio-tiempo para permitir el viaje como en un agujero de gusano normal, pero sin los peligrosos agujeros negros.

Andrei Zelnikov, de la Universidad de Alberta en Canadá, explica:

“Si atravesaras uno, no experimentarías nada en particular. Sería como atravesar una puerta”.

5. Enviar un mensaje al pasado

Si la idea de adentrarse en la oscuridad de un agujero de gusano resulta demasiado aterradora, existe una alternativa mucho más segura. La mecánica cuántica podría ofrecernos una manera de enviar mensajes al pasado, lo cual es lo más cercano a viajar en el tiempo.

Las ecuaciones de la mecánica cuántica, que describen el comportamiento de átomos y partículas subatómicas, funcionan tanto hacia adelante como hacia atrás en el tiempo. Esto permite interpretar ciertos efectos cuánticos como señales enviadas al pasado, aunque no está claro si esto es lo que realmente sucede.

El año pasado, un equipo de investigadores liderado por David Arvidsson-Shukur del Hitachi Cambridge Laboratory en el Reino Unido, demostró que el proceso de teletransporte cuántico, que permite enviar una partícula entre dos puntos en el espacio, también podría interpretarse como el envío de una partícula entre dos puntos en el tiempo. Actualmente, están trabajando en un experimento para verificar esta teoría enviando una partícula real al pasado.

Este proceso no funcionaría con algo tan grande como una persona.

Arvidsson-Shukur comenta:

“Parece tecnológicamente imposible, ya que un ser humano necesita muchas partículas para teletransportarse. Sin embargo, con la configuración adecuada, podríamos imaginar enviar una serie de partículas al pasado y codificar patrones en sus propiedades. Sería como enviar un código Morse cuántico al pasado, lo cual no es muy glamuroso, pero probablemente sea nuestra mejor opción por ahora”.

Quizás dentro de muchas décadas o incluso siglos, cuando tengamos la tecnología necesaria, cualquiera de estas técnicas, que hoy parecen ciencia ficción, podría permitirnos viajar en el tiempo.

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