Diez proezas del pasado que la arqueología y ciencia no pueden explicar
Top 10 de proezas antiguas inexplicables
1. Tiwanacu y Puma Punku
Tiwanaku, también conocido como Tiahuanaco, representa un destacado enclave arqueológico prehispánico situado en la región occidental de Bolivia, en Sudamérica. Dentro de este complejo se encuentra Pumapunku, también referido como “Puma Pumku” o “Puma Puncu”, que forma parte del conjunto de estructuras monumentales de Tiwanaku. Este sitio es un testimonio de una arquitectura tan grandiosa que supera incluso a las construcciones aztecas en magnitud. Los megalitos que componen el lugar son de un peso extraordinario, alcanzando varias toneladas, y la ausencia de marcas de herramientas en su superficie hace que el método utilizado para su tallado y ensamblaje continúe siendo un enigma.
Bloques monolíticos de piedra con elementos cortados con precisión. Puma Punku, Bolivia. Crédito de imagen: hiddenincatours.com
El material rocoso fue extraído de dos ubicaciones distintas. La primera proporcionaba piedra arenisca y se encontraba a una distancia de 16 kilómetros, con evidencia de haber extraído bloques de hasta 400 toneladas. La segunda cantera, de donde se extraía la andesita, estaba a 80 kilómetros, lo cual suscita interrogantes sobre el método de transporte de tales masas colosales en tiempos anteriores a la domesticación del caballo en el continente sudamericano.
Un análisis minucioso de las edificaciones revela un método constructivo poco convencional. Se tallaron y ajustaron los bloques de manera que se ensamblaran en tres dimensiones, creando estructuras con la suficiente robustez para soportar sismos.
Portada del Sol. Crédito de imagen: Wikimedia Commons
El sitio arqueológico de Puma Punku se caracteriza por contar con numerosas rocas meticulosamente esculpidas, incluyendo algunas que superan las 100 toneladas de peso. La comprensión completa de las técnicas y tecnologías utilizadas para erigir estos complejos templos aún elude a los expertos contemporáneos. Se invita a profundizar en el estudio sobre Puma Punku para obtener más información.
2. Líneas de Nazca
En las alturas del desierto peruano se encuentra uno de los enigmas más grandes del mundo: los geoglifos de gran tamaño llamados Líneas de Nazca. Estas “líneas” incluyen desde diseños geométricos hasta representaciones de diversos animales y figuras humanas estilizadas.
Para apreciar verdaderamente las antiguas líneas y distinguir sus contornos, es necesario observarlas desde el cielo, lo que ha llevado a muchas personas a preguntarse cómo se lograron estas precisas creaciones mucho antes de que existiera la posibilidad de vuelo para los humanos. ¿Quiénes fueron sus creadores y con qué fin? ¿Podrían ser marcas dejadas por extraterrestres? ¿Similares a los “círculos de los cultivos”? ¿Quizás eran pistas de aterrizaje para deidades o astronautas de otros mundos? ¿O son vestigios de una civilización antigua con capacidades de vuelo que no habíamos considerado? ¿O incluso un inmenso calendario astronómico? Se anima a investigar más sobre las Líneas de Nazca para obtener información adicional en este enlace.
Líneas de Nasca vista desde gran altura. Crédito de imagen: Google Maps
3. Sacsayhuamán
Sacsayhuamán, también referido como Sacsahuaman, es un sitio fortificado situado cerca de la vetusta urbe de Cusco, emplazado a 3.701 metros sobre el nivel del mar. Este complejo es parte de la Ciudad de Cuzco, reconocida como Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1983.
Consta de tres alineaciones murarias paralelas dispuestas en terrazas con bloques de caliza de proporciones colosales. Los muros en zigzag, compuestos por piedras redondeadas, presentan en sus bases los bloques de mayor tamaño; uno de ellos alcanza los 8.5 metros de altura y tiene un peso aproximado de 140 toneladas métricas. Estos elementos otorgan a los muros la categoría de construcciones ciclópeas o megalíticas. No hay estructuras comparables a estas; se distinguen de Stonehenge, de las pirámides egipcias y mayas, y de cualquier otra edificación monolítica de la antigüedad.
Enormes piedras en Sacsayhuamán. Crédito de imagen: Wikimedia Commons
Los investigadores aún no han determinado el método exacto utilizado para trasladar y labrar estas vastas rocas de manera que se ajusten con tal precisión que ni un filamento de hierba ni una hoja de metal puedan interponerse entre ellas. No se empleó ningún tipo de cemento. Frecuentemente, las piedras se ensamblan en superficies intrincadas y desiguales que representarían un gran desafío para cualquier escultor de piedra.
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4. Stonehenge
Stonehenge es un conjunto megalítico ubicado en la llanura de Salisbury, al sur de Inglaterra, que se compone de un arreglo circular de treinta grandes piedras verticales (sarsens), cada una superando los tres metros de altura y pesando alrededor de 26 toneladas. Sobre estas, se apoyan treinta bloques horizontales (dinteles), cada uno pesando 6 toneladas, formando un círculo continuo. En el interior, se encuentra otro círculo hecho con piedras de características similares, dispuestas también en una estructura de poste y dintel.
La orientación de Stonehenge coincide de tal manera que durante los equinoccios y solsticios, el sol emergente se alinea perfectamente con los espacios entre los megalitos. Esta alineación no es casual y ha alimentado diversas teorías sobre los enigmáticos fundamentos de su construcción.
Enormes megalitos en Stonehenge. Crédito de imagen: Public domain
Gerald Hawkins, experto en astronomía, dedujo que Stonehenge funcionaba como un avanzado observatorio para la predicción de eclipses, según se detalla en “Stonehenge Decoded”. La disposición y ubicación de las piedras revelan información valiosa. Entendiendo la alineación, la relación espacial y el propósito de estas piedras, se puede inferir la razón de su construcción. Hawkins y otros astrónomos identificaron un patrón de eclipses cada 56 años al estudiar Stonehenge. Ajustando anualmente la posición de las piedras desde un punto inicial fijo, se podían prever con precisión eventos lunares significativos por siglos. Este “computador” de piedra requeriría recalibración, moviendo las piedras un espacio, cada 300 años aproximadamente. Históricamente, los ciclos lunares han servido como medida del tiempo para la humanidad.
5. Esferas de piedra de Costa Rica
En el Delta del Diquis en Costa Rica, se encontró uno de los enigmas arqueológicos más insólitos. Se han registrado cientos de esferas de piedra desde los años 30, con diámetros que varían desde unos centímetros hasta más de dos metros.
Varias de estas esferas alcanzan las 16 toneladas de peso. La mayoría están talladas en granodiorita, un tipo de roca ígnea muy resistente. Estas esferas son esculturas monolíticas hechas a mano.
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Las enormes esferas de piedra de Costa Rica. Crédito de imagen: Wikimedia Commons
6. Trilito de Baalbek
Las enigmáticas ruinas de Baalbek representan uno de los más imponentes Centros de Energía del mundo antiguo. Sus secretos han permanecido ocultos durante milenios, a menudo oscurecidos o iluminados de manera engañosa por aquellos que proponen explicaciones simplificadas para sus misterios.
Fotografía antigua de Baalbek. Crédito: web archive
El majestuoso Santuario de Júpiter en Baalbek destaca por su tamaño colosal, extendiéndose 88 por 48 metros. Se erige majestuosamente sobre una base elevada, 13 metros sobre el nivel del suelo y 7 metros por encima del área del patio, accesible mediante una gran escalinata. La base del templo es una maravilla arquitectónica, construida con algunos de los bloques de piedra más masivos que se han esculpido. En el costado occidental de esta base reposa el “Trilithon”, un conjunto de tres piedras gigantescas, cada una pesando alrededor de 800 toneladas.
Hay arqueólogos que preferirían que Baalbek permaneciera oculta bajo tierra. Esto se debe a que alberga la piedra tallada más grande conocida, la infame Piedra del Sur, situada en una cantera a solo un breve paseo de diez minutos de la acrópolis del templo. Esta piedra titánica tiene un peso cercano a las 1.000 toneladas, equivalente casi a tres aviones Boeing 747.
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La gran piedra de Baalbek, conocida como la Piedra de la Mujer Embarazada. Crédito de imagen: Ralph Ellis / Wikimedia Commons
7. Gran Pirámide de Giza
La imponente Pirámide de Giza, conocida también como la Pirámide de Keops o Khufu, es la más antigua y grande de las tres pirámides situadas en la Necrópolis de Giza, cerca de la actual ciudad de El Cairo en Egipto. Es notable por ser la única de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo que aún se mantiene en pie, casi en su estado original. Se estima que fue erigida como sepulcro para el faraón Khufu de la Cuarta Dinastía egipcia, conocido como Keops en griego, y su construcción se extendió por un lapso de 20 años, finalizando alrededor del año 2560 a.C., según la cronología tradicional. No obstante, algunos estudiosos sugieren que podría ser mucho más antigua, con estimaciones que alcanzan los cientos de miles de años. Durante más de 3.800 años, la Gran Pirámide ostentó el récord de la estructura hecha por humanos más elevada del planeta.
Gran Pirámide de Giza, Egipto. Crédito de imagen: Wikimedia Commons
En su origen, la Gran Pirámide de Giza estaba revestida con bloques pulidos que le conferían una apariencia externa tersa; lo que observamos actualmente es su núcleo interno. Aún es posible admirar algunos de estos bloques alrededor del fundamento de la pirámide. Hay una variedad de hipótesis, tanto científicas como alternativas, acerca de cómo se erigió esta monumental obra. Las teorías más reconocidas sugieren que se empleó el traslado de enormes bloques de piedra desde una cantera, los cuales se desplazaban y elevaban hasta alcanzar su posición definitiva.
8. Sábana Santa de Turín
El Sudario de Turín es considerado por muchos como el manto que cubrió a Cristo en su sepultura. Desde tiempos medievales, ha sido venerado como una sagrada reliquia. Para los fieles, representa un testimonio divino de la resurrección de Cristo, mientras que para los escépticos es un reflejo de la ingenuidad humana y uno de los fraudes más grandes en la historia del arte. Aunque no se ha comprobado definitivamente que sea el manto mortuorio de Jesucristo, la perturbadora figura de un hombre malherido que muestra es suficiente evidencia para muchos creyentes.
A primera vista, el Lienzo Sagrado muestra la figura en negativo de un hombre con las manos entrelazadas. El lienzo presenta la imagen de un hombre con marcas de lesiones parecidas a las que Jesucristo habría sufrido.
El Sudario de Turín. Crédito de imagen: Pinterest
Una hipótesis sostiene que el Sudario de Turín podría ser una obra de arte, creada con óxido de hierro mezclado en un medio de proteínas animales. Sin embargo, el equipo de investigación del STURP concluyó que no hay evidencia de pigmentos, pinturas, tintes o manchas que formen la imagen que se observa. Se ha especulado si una explosión de radiación, ya sea calor o luz, durante un breve intervalo, pudo haber oscurecido la tela de manera selectiva. A pesar de ello, los científicos no han logrado replicar las propiedades distintivas del Sudario mediante estos métodos, ni tampoco con la teoría de la pintura. Además, la imagen en el Sudario no muestra fluorescencia bajo luz ultravioleta, a diferencia de las quemaduras que datan de 1532, lo que lleva a muchos expertos a rechazar la idea de que la radiación haya creado la imagen.
9. Cráneo del Niño de las Estrellas o Starchild
Durante los años 30, en una aldea remota situada a 160 km al suroeste de Chihuahua, México, se descubrieron en el fondo de un túnel minero dos restos enigmáticos: un esqueleto humano íntegro y otro más pequeño con deformidades. En los últimos días de febrero de 1999, el cráneo conocido como “Starchild” fue revelado por primera vez a Lloyd Pye; un cráneo que destacaba por su forma inusual.
Según las narrativas antiguas de las culturas de América Central y del Sur sobre el Ser Estelar, se ofrece una explicación creíble de cómo un cráneo tan distintivamente anómalo pudo haberse formado biológicamente, en lugar de ser el resultado de una malformación genética o congénita, o de una alteración física intencionada como la deformación craneal.
Vista frontal del cráneo del Starchild (a la izquierda) y del cráneo humano (a la derecha). Compare las notables diferencias entre la profundidad de las cuencas oculares y la forma de la zona temporal situada justo detrás de los bordes exteriores de los ojos. Crédito de imagen: Pinterest
Cráneo de Paracas. Crédito de imagen: hiddenincatours.com
Una alteración de tal magnitud en las regiones occipital (trasera) y parietal (superior) del cráneo no podría derivarse de un vendaje sin que se manifestara alguna distorsión en la parte frontal, la cual no es aparente.
Aunque las anomalías congénitas en estas áreas no son imposibles, su ocurrencia es bastante improbable, especialmente considerando la simetría destacada en todas las áreas del cráneo, incluso en aquellas con deformaciones.
Las sutiles hendiduras y relieves en el hueso de las órbitas oculares, que son simétricas en ambas cuencas, indican que probablemente se originaron por instrucciones genéticas y no por deformaciones externas.
En relación a esto, también se menciona la Enorme Cabeza De Cono De Paracas, Perú, que presenta características similares.
10. El Mecanismo de Anticitera
Este mecanismo, fabricado en bronce y resguardado dentro de una caja de madera, fue hallado en el mar cerca de la isla de Anticitera en 1900.
“Es un artefacto sin parangón, realmente extraordinario”, señala Mike Edmunds de la Universidad de Cardiff en Gales, uno de los investigadores del artefacto. “Su diseño es exquisito. La precisión astronómica es impresionante. La ingeniería mecánica es tan avanzada que te asombra”.
El Mecanismo de Anticitera. Crédito de imagen: Wikimedia Commons
No existe ningún artefacto que se asemeje a este mecanismo en ninguna otra parte del mundo. Tampoco hay referencias a algo similar en los textos científicos o literarios de la antigüedad. De acuerdo con nuestro conocimiento actual sobre la ciencia y tecnología de la era helenística, uno podría pensar que un dispositivo de tal complejidad era imposible. Algunos historiadores opinan que los griegos antiguos no mostraban interés en la experimentación, posiblemente debido a un menosprecio por el trabajo manual, influenciado quizás por la existencia de la esclavitud.
Sin embargo, se ha reconocido desde hace tiempo que los griegos no eran novatos en matemáticas abstractas ni en astronomía matemática, sino verdaderos expertos que lograron un alto nivel de sofisticación. Aunque conocemos varios instrumentos científicos griegos a través de descripciones textuales que demuestran su astucia matemática, la construcción mecánica de estos dispositivos suele ser bastante rudimentaria. Aunque los griegos estaban familiarizados con los engranajes, los empleaban principalmente en mecanismos simples, como el uso de pares de engranajes para alterar la velocidad angular, aumentar la fuerza mecánica o transmitir energía en un ángulo recto, como en los molinos de agua.
Lee mucho más del Mecanismo de Anticitera.
Autor MundoOculto.es