El misterioso caso de la “Dama Café” de Raynham Hall

El misterioso caso de la “Dama Café” de Raynham Hall

Probablemente éste, sea uno de los casos más misteriosos en el mundo de la investigación de sucesos paranormales. Esta vez, se trata de un supuesto fantasma al que dos fotógrafos de la revista Country Life, le dieron por nombre La Dama Café de Raynham Hall, en referencia al color oscuro del vestido que lleva. Según cuenta la historia, dos fotógrafos londinenses, Hubert C. Provand e Indre Shira, que trabajaban para la revista Country Life, se habían trasladado a una gran mansión situada en Norfolk, Gran Bretaña -uno de los lugares encantados más famosos- con la finalidad de tomar fotografías para un artículo que se estaba preparando. Ambos fotógrafos iban tomando fotos de los lugares de acuerdo a las historias que presentaría el artículo. Cuentan que el 19 de setiembre de 1936, los dos fotógrafos estaban en la escalera principal, preparándose para tomar más fotos, cuando de pronto Shira, logró ver “una figura vaporosa que poco a poco se convirtió en una mujer”, descendiendo las escaleras en dirección a ellos. Mientras esto sucedía, Hubert logró quitar el lente de la cámara y Shira pudo activar el flash logrando tomar la foto. La historia de Provand y Shira, fue publicada en la revista el 26 de diciembre de 1936. Según dice la leyenda popular, la “Dama Café”, sería el espectro de Lady Dorothy Walpole, cuyo esposo Charles Townsend, tenía fama de ser muy violento e irascible. Cuentan, que la mujer se había cansado de los constantes arrebatos del esposo y se había convertido en la amante de un conocido magnate de la región, Lord Walthon. Al enterarse del engaño, Townsend la encerró en uno de los cuartos en su hogar de Raynham Hall, lugar en el que murió tiempo después, contagiada de viruela. Nunca pudo volver a ver la luz del sol.

 El edificio inglés Raynham Hall (Wikipedia)

Según la escritora británica Mary Wortley Montagu, la condesa de Warthon propició su encierro, ya que invitó a Dorothy a quedarse por unos días y fue encerrada en Raynham Hall hasta su muerte en 1.726. Se cuenta, que el fantasma apareció de manera más o menos recurrente desde principios del siglo XIX. El primer registro de este suceso, aparece en el año 1.835 cuando varios invitados de Lord Charles Townsend (descendiente), habrían visto a la enigmática dama caminando en los pasillos por las noches. El primero que tuvo un encuentro visual con la “Dama Café”, fue un Coronel de apellido Loftus, quien acompañado de un hombre – del que solo se conoce su apellido Hawkins – se dirigían hacia sus respectivos dormitorios. Días después, Loftus volvió a verla y afirmaría que el espectro carecía de ojos y solo presentaba dos huecos y manchas oscuras en un rostro brillante. Estos comentarios propiciaron que las personas que trabajaban en el lugar lo abandonaran. También se cuenta, que en 1.836 el fantasma de la “dama café”, fue visto por el capitán Frederick Marryat, amigo del famoso novelista Charles Dickens. Frederick, ante tanto comentario, quiso pasar la noche en la habitación embrujada para demostrar que no existía tal fantasma y todo era producto de ladrones locales con la finalidad de mantener a la gente alejada del lugar. La historia sobre el encuentro del fantasma con Marryat, fue narrada por su hija Florence Marryat, en el año 1.917: «…Él se instaló en la habitación en la que colgaba el retrato de la aparición. Mi padre dormía con un revólver cargado bajo su almohada y por dos días no vio nada. Es en la tercera noche, cuando dos jóvenes que eran sobrinos de la baronesa, tocaron a su puerta en el momento que él se estaba desvistiendo y le pidieron que fuera con ellos hacia su habitación que se encontraba al otro lado del corredor, para que les diera su opinión sobre una nueva arma que acababa de llegar de Londres. Mi padre, ya en camiseta y ropa interior, pues era muy tarde y todos se habían retirado a descansar; decidió acompañarlos tal y como se encontraba. Antes de dejar la habitación, tomó su revólver y dijo entre risas: «Por si vemos a la Dama Café». Así, los tres caballeros regresaron en grupo. El corredor se encontraba solo y oscuro, pues ya no había luces encendidas; pero al acercarse a la mitad del pasillo, observaron el breve titilar de una lámpara viniendo del otro lado. «Una de las damas de camino a la habitación de los niños», murmuró uno de los jóvenes Townsend. Mi padre, cuenta Florence, buscó algo para cubrirse conforme avanzaba la dama, pues estaba semidesnudo; y fue ahí, cuando a través de una puerta, pudo distinguir los colores y el estilo de su vestido, reconociendo a la figura como la efigie del retrato de la «Dama Café». Florence, cuenta que su padre puso el dedo en el gatillo de su revólver y se encontraba a punto de exigirle que se detuviera y le dijera porqué estaba ahí, cuando la figura se detuvo momentáneamente frente a la puerta en la que se encontraba y levantó la lámpara que llevaba en dirección a su rostro, sonriéndole de manera diabólica y maliciosa. El acto enfureció a mi padre, que saltó al corredor y le disparó directo al rostro. La figura desapareció instantáneamente y la bala atravesó la puerta del lado opuesto del corredor, incrustándose en una de las paredes. Desde entonces, mi padre jamás quiso volver a cruzarse con la “Dama Café». Durante los 90 años siguientes, el fantasma se habría presentado eventualmente ante algunas personas; pero, parecía no estar interesado en lastimar a nadie. La última aparición antes de la fotografía habría sucedido en 1.926, cuando un descendiente de Townsend, que, junto a un amigo, la habría visto rondar uno de los viejos cuartos donde durmiera Lady Dorothy. Dudas sobre la calidad de la fotografía Harry Price, investigador de fantasmas, estaba convencido de que la historia que estaban compartiendo los fotógrafos era cierta, basándose en ciertas conversaciones que sostuvo con ellos y porque había examinado el negativo original, que no había sido manipulado de ninguna manera. Sin embargo, algunas personas han sembrado dudas sobre la calidad de la fotografía y la posibilidad de que la imagen se deba a una toma mal hecha. En 2006 Alan Murdie, escribió para Fortean Times, una serie de “extrañas anomalías” que se pueden detectar en la famosa foto si observamos muy cerca. Sin embargo, la mujer que allí aparece es bastante clara y no parece haber sido generada por ciertas desviaciones que, efectivamente, muestra el resto de objetos capturados. Parece ser, entonces, que Lady Dorothy sigue en el lugar, esperando poder redimirse de alguna manera. La verdad absoluta sobre la historia de la “Dama Café” y su famosa foto, nunca podrá ser conocida. Sin embargo, con respecto a este caso, en vez de cuestionar si la foto simplemente estuvo defectuosa, deberíamos preguntarnos ¿Existe vida después de la muerte? ¿Qué sucede con las almas que no pueden liberarse y quedan vagando en esta dimensión?