El misterioso caso de una “entidad alienígena” psíquica en Australia
Uno de los casos más extraños que tiene que ver con extraterrestres, en todo el mundo, proviene de Australia. Un suceso que se relaciona con OVNIs y un enigmático ser psíquico.
Un misterioso caso que fue estudiado por investigadores y ufólogos locales, quienes aseguraron que se trataba de una “entidad alienígena psíquica”.
El caso de Maureen Puddy
Maureen Puddy, de 27 años de edad, manejaba por una carretera rural llamada Alooraduc Road, cerca de Frankston, Victoria. Era la noche del 5 de julio del 72 y volvía de visitar a su hijo en el Royal Children’s Hospital de Melbourne, quien había sufrido un accidente.
Mientras luchaba contra el sueño, una misteriosa luz azul empezó a iluminar la carretera y su auto. Lo primero que pensó fue que era un helicóptero, pero la ausencia de ruido le hizo detenerse para ver que pasaba.
Puddy se sorprendió de que lo que emitía la luz era un enorme objeto circular; “parecían dos platos juntos, uno volteado sobre el otro”. Medía alrededor de 30 metros de ancho y 24 metros de alto, compuesto de un metal liso y uniforme al que no se le veía ninguna irregularidad o unión. Tampoco tenía ventanas, puertas, tornillos ni nada.
Estaba inmóvil, emitiendo un suave zumbido. Maureen, al ver la extrañeza del objeto, se asustó, por lo que volvió al auto y se fue tan rápido como pudo.
En el camino, se dio cuenta que la luz seguía iluminando la carretera, inesperadamente, el extraño objeto la seguía a una velocidad que le permitía seguir manteniendo la misma distancia.
Estuvo durante unos 13 kilómetros persiguiéndola hasta que se elevó bruscamente y desapareció en un intenso rayo de luz. La mujer quedó aturdida y asustada y rápidamente avisó a la policía de Dromana, quien no se tomó en serio la denuncia.
3 semanas más tarde, volvió a visitar a su hijo al hospital y después, se propuso a volver a casa usando el mismo camino. La luz volvió a posarse sobre su auto como esa noche y el enorme OVNI aparecía una vez más suspendido en el aire.
Voces en su cabeza
Maureen no se detuvo esta vez, sino que aceleró todo lo que pudo. Sin embargo, estuvo a punto de perder el control, derrapó por la carretera hasta caer por una de las canales a los costados, deteniéndose de golpe.
El auto no encendió más a pesar de los esfuerzos de Puddy que no podía dejar de mirar el extraño objeto, hasta que una voz se oyó en su cabeza:
“Si tú puedes estar en el vacío, yo he estado en uno”.
La voz sonaba fuerte y clara, pero su modulación era extraña, como si se tratase de una computadora. “No tengas miedo, no queremos hacer daño. Tus pruebas serán negativas, diles a los medios de comunicación que ahora tienes el control…” Acto seguido, el OVNI volvió a desaparecer y el auto encendió.
Maureen volvió a llamar a la policía y, una vez más, la ignoraron y hasta se burlaron. Entonces, decidió comunicarse a la R.A.A.F de Laverton, esperanzada en que le dijeran de alguna aeronave que estaban probando. Sin embargo, en la base le informaron que no había pruebas de ningún tipo en ese momento y le instaron a no mencionar lo que había visto.
Como era de esperarse, esto solo aumentó la extrañeza del suceso, dejándola perpleja ¿Qué había visto y qué eran los mensajes que escuchó?
Semanas más tarde, Judith Magee, investigadora OVNI de la Sociedad Victoriana de Investigación OVNI, o VUFORS, por sus siglas en inglés, entrevistó a Puddy.
La investigadora agregó que Maureen se contactó hasta con 3 medios de comunicación por que el OVNI le ordenó hacerlo; uno se interesó levemente en la noticia solo porque transmitían “Carro de los Dioses”. Los otros 2 solo se burlaron de ella.
Investigando el misterio
Judith Magee y Paul Norman, investigadores de VUFORS, decidieron investigar junto a Puddy. Crédito: xGhostx / Wall Alphacoders
Cuando decidió reunirse con Magee, fue en el National Mutual Theatrette. La sala estaba llena y las personas rápidamente se interesaron en la historia, haciendo preguntas como si había terminado herida o si había otros testigos.
La mujer respondió negativamente, aunque dijo que al menos debía haber otro testigo, ya que cuando se acercaba a un cruce de ferrocarril, vio a un hombre pastoreando una vaca. Más tarde, la esposa del sujeto se comunicó con ella, diciendo que también vio a la luz azul, pero solo eso.
6 meses más tarde, Maureen volvió a escuchar las voces, pidiéndole que volviera al mismo lugar. Eran tan insistentes que no podía concentrarse en ningún aspecto de su vida. Temerosa y deseando que las voces se callaran, decidió ir de nuevo.
Esta vez no fue sola y le solicitó ayuda a Magee quien, junto al investigador llamado Paul Norman, no dudaron en acompañarle.
Al tiempo, la investigadora relató que al entrar al auto de Maureen, sintió un escalofrío en todo el cuerpo y se le instaló la sensación de que algo andaba mal.
“Para entonces, habíamos llegado al ‘lugar de encuentro’, que estaba un poco escondido del tráfico por unos cuantos árboles. Nos detuvimos y Paul se sentó en el asiento trasero de la furgoneta mientras yo me quedaba delante con Maureen”.
Una entidad psíquica
La entidad fue comparada con un «psíquico» con la capacidad de controlar a las personas. Imagen de Pinterest
“Estábamos hablando del último incidente en la carretera, cuando de repente, ella me agarró del brazo y señaló al otro lado del coche, exclamando: ‘¡Ahí está! ¿No lo ves?’. Dijo que se estaba acercando al coche, de hecho, estaba tan cerca que si sacaba el brazo podría tocarlo. Ahora estaba casi al lado del faro delantero, así que le pedí a Paul que diera un pequeño paseo alrededor del coche. Cuando llegó al lugar donde estaba la entidad, ésta retrocedió para permitir que Paul pasara entre él y el coche. En ese momento, la entidad le hizo señas a Maureen para que lo siguiera, pero ella declaró categóricamente que no lo haría. Le dije que iría con ella y traté de sacarla suavemente por la puerta del coche, pero se aferró al volante y no se movió”.
Magee relató que Puddy entró en una especie de trance y le dijo que estaba recibiendo una visión del interior de la nave. Describió una amplia sala circular sin ningún mueble, pero con un enorme objeto en forma de hongo en el centro. Su apariencia era gelatinosa y estaba adornado con símbolos parecidos a números romanos en la parte inferior.
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Después, dijo que estaba caminando por la habitación, rodeando el objeto central, pero repentinamente sufrió un ataque de pánico.
Según la investigadora, Maureen empezó a gritar que «no podía salir» y que no había puertas ni ventanas. Intentó calmarla y, al ver que no podía, dirigió sus pensamientos a la entidad. Le pidió que se apiadara de ella, recibiendo como respuesta: “Dile que cierre los ojos“.
La mujer obedeció y, de inmediato, Magee sintió como estaba se relajaba, como si volviera al trance.
Otra vez empezó a describir el lugar, asustándose de nuevo cuando no encontró como salir. Al rato volvió a tener consciencia propia, por lo que encendieron las luces del auto para hablar con ella.
Le ofrecieron una taza de té para calmarla y, cuando le entregó el vaso, Puddy dijo que «había vuelto a entrar». Una vez más repitió la descripción, esta vez con algo de más de calma, hasta que abrió los ojos y dijo que se había ido.
La mujer se veía mucho más tranquila, pero no entendía que había sucedido. Magee comparó a la entidad con un psíquico, capaz de hipnotizar a una persona.
El caso de Maureen Puddy ha sido investigado por expertos en todo el mundo, pero las conclusiones son muy pocas. Sólo nos hace pensar ¿Qué clase de criaturas con habilidades sorprendentes existirán fuera de nuestro mundo?