El petrificador de venas

La propia capilla de Santa Maria della Pietà es en sí un misterio, salvo el Cristo velado el resto de estatuas que adornan la capilla están completamente fuera de lugar en una iglesia: un hombre que lucha por desasirse de una red, un sujeto que sale con la armadura puesta de su tumba con la espada en mano, estatuas cubiertas con un velo y finalmente un joven delicado con caderas de mujer que lleva en un pie una sandalia griega y en otro una romana, etc. ¿Qué clase de simbolismo o locura adorna aquella capilla?
El artífice de todo ello Raimondo di Sangro, príncipe de San Severo fue uno de los personajes más brillantes y enigmáticos de su época. Destacó como inventor de máquinas y armas que merecieron los elogios del rey Federico II de Prusia. Entre los inventos de este espíritu creativo figuran un vehículo anfibio y una misteriosa “lámpara eterna”, entre otros. Pero si por algo destacó, tanto para lo bueno como para lo malo, fue por un apasionado interés por la alquimia: se habla de los descubrimientos que realizó en su laboratorio uno con pinturas de un brillo y una solidez sorprendentes, con las que Francesco Maria Russo pintó el fresco del techo de la capilla, y otro un mármol artificial de color que hizo colocar en el suelo de la capilla.
Asimismo, y dentro del terreno de la especulación, dicen que Raimondo de Sangro halló un proceso para petrificar diversos materiales, un arte que supuestamente materializó en dos esculturas de la capilla: la estatua de una mujer y una red sobre la de un hombre, se especula con que colocó una tela fina sobre la estatua de mármol de Jesucristo muerto, de Giuseppe Sanmartino, y la impregnó con una sustancia fruto de su trabajo alquímico, que hizo que la tela se petrificara, lo que daría explicación a su increíble realismo.
Pero cuando la “petrificación” se produce en el sistema circulatorio humano la realidad se torna inquietante y macabra, en los sótanos de la Capilla (la capilla de San Severo era propiedad de la familia Di Sangro) se encontraron las mal llamadas máquinas anatómicas, se trata dos esqueletos humanos, hombre y mujer, y que tienen la peculiaridad de conservar prácticamente intacto todo su sistema circulatorio así como algunas de sus vísceras blandas. Se desconoce el método empleado para esta petrificación (debido a que los actuales propietarios de la Capilla no permiten ningún análisis científico de los restos), se cree que se utilizó una solución de mercurio que “petrificó” las venas.
La gran pregunta es si esta petrificación se practicó sobre una pareja viva o muerta. Para engrosar la leyenda negra de Di Sangro existen teorías que desde una óptica médica afirman que resulta indispensable que el corazón de estos dos cuerpos bombease en vida el presunto líquido petrificante que se les inyectó, para que sus efectos se dejaran notar en todo su organismo de manera tan uniforme.
No podemos menos que recordar los trabajos de momificación del Dr. Gunther von Hagens creador del método de momificación conocido como Plastinación, mediante el cual se extrae el agua del cuerpo por acetona fría y luego se sustituye por una solución plástica con capacidad de endurecimiento.
Pero volviendo a las transparencias marmóreas, la técnica que emplean los artistas a este fin se llama de los paños mojados, siendo conocida ya en el Antiguo Egipto, pero debo confesar que la perfección que se observa en el Cristo Velado es difícilmente explicable.
Dos ejemplos de transparencia en la escultura, la estatua de Isis encontrada sumergida en las costas de Alejandría y la Amazona de Fidias el Griego