El radar natural de los delfines: cómo su visión sonora crea imágenes precisas

El radar natural de los delfines: cómo su visión sonora crea imágenes precisas
En las profundidades del océano, donde la luz apenas llega, los delfines han desarrollado una habilidad extraordinaria: la ecolocalización. Este sistema biológico, perfeccionado durante millones de años de evolución, les permite «ver» a través del sonido con gran precisión. Los delfines emiten hasta 1.000 clics por segundo a través de su melón, una estructura grasa en la frente que actúa como transmisor acústico.
Lo sorprendente es la resolución que consiguen. Mientras que las ecografías médicas operan a frecuencias de 3 a 20 MHz, los delfines emiten y procesan sonidos de hasta 150 kHz, lo que les permite detectar objetos pequeños y distinguir detalles sutiles a distancias considerables.
Investigaciones han demostrado que estos mamíferos marinos pueden percibir mínimas diferencias en la densidad de los tejidos, lo que les ayuda a diferenciar entre especies de peces. Además, esta capacidad para reconocer cambios en su entorno ha inspirado a ingenieros en el desarrollo de innovadoras técnicas de diagnóstico.
La mandíbula inferior de los delfines actúa como antena receptora, canalizando las ondas sonoras hacia su oído interno a través de un camino graso especial. Su cerebro procesa estos ecos en tiempo real, construyendo una imagen sonora tridimensional que les permite cazar en completa oscuridad, detectar objetos ocultos bajo la arena e incluso percibir detalles en el interior de sus presas.
Esta sofisticada tecnología natural no solo les ayuda a navegar y cazar, sino también a comunicarse mediante un complejo lenguaje de silbidos y clics, en gran parte desconocido para nosotros.