El uso de experiencias extracorporales en operaciones de inteligencia: una mirada más cercana

El uso de experiencias extracorporales en operaciones de inteligencia: una mirada más cercana

El uso de experiencias extracorporales en operaciones de inteligencia: una mirada más cercana 1

A pesar de la reticencia de la comunidad científica oficial a reconocer la percepción extrasensorial (ESP), los servicios especiales han adoptado un enfoque más práctico. Su objetivo principal no es demostrar el fenómeno, sino reunir la información necesaria sobre los adversarios.

En la década de 1970, un informe secreto del jefe de la Agencia de Inteligencia de Defensa de Estados Unidos (DIA), el teniente general Daniel Graham, mencionó “operadores psi” que, según se informa, podían abandonar sus cuerpos, completar misiones y regresar con información detallada.

Por ejemplo, en 1973, los psíquicos militares estadounidenses Ingo Swan y Pat Price localizaron con precisión una nueva base submarina soviética en Kamchatka que ni siquiera los satélites espías podían detectar. También describieron con detalle el sistema de radar de un nuevo centro de defensa aérea soviético desplegado más allá de los Urales. Un artículo del periódico “Arguments of the Week” de 2006 proporcionó más información.

En otro caso, los especialistas estadounidenses identificaron correctamente las coordenadas de 20 túneles excavados por los norcoreanos cerca de la zona desmilitarizada. Las sospechas iniciales de que los estadounidenses estaban informando mal a otros se desestimaron tras verificaciones exhaustivas.

La hazaña más impresionante fue cuando los psíquicos evaluaron el sistema de misiles estratégicos MX, basado en silos. Inicialmente considerado altamente confiable debido al movimiento de misiles entre silos, se reveló que los sensitivos expertos podían determinar la ubicación de los misiles con el tiempo. Esto generó dudas sobre la invulnerabilidad de los misiles, lo que llevó al Pentágono a abandonar el sistema basado en silos.

En respuesta, la Unión Soviética desarrolló sus propios psíquicos militares. El entrenamiento acelerado para los “operadores de cosmoenergía” comenzó en una base militar, utilizando el libro de texto de Wolf Messing. Al final del tercer año, se esperaba que los cadetes “vieran” objetos distantes utilizando la visión alternativa.

En los años 70 del siglo XX se celebraron en Moscú los exámenes finales para los primeros psíquicos militares rusos. Los cadetes debían visitar mentalmente determinadas direcciones, donde personal especial verificaba su exactitud.

Según se informa, uno de los participantes del examen “cayó” mentalmente bajo tierra y descubrió un edificio de cinco pisos de profundidad, fuertemente vigilado y con puertas de metal que respondían a sensores electrónicos. Era una de las instalaciones de inteligencia soviéticas más secretas.

A pesar del escepticismo de la Fundación James Randi, estos relatos sugieren que servicios especiales de todo el mundo han explorado y posiblemente utilizado la percepción extrasensorial con fines de inteligencia.


Dimensiones más allá del espacio y el tiempo

Un documento desclasificado de la CIA de la década de 1980, publicado en 2003, revela que el mundo que nos rodea es una ilusión y que hay dimensiones alternativas esperando que accedamos a ellas.

El documento comienza explicando que la realidad es una ilusión creada por el cerebro y los sentidos. El cerebro crea la realidad virtual a través de la percepción, utilizando datos sensoriales en bruto para formar una imagen coherente del mundo, de forma similar a como una computadora procesa el código de un software para crear un videojuego.

El proyecto que se detalla en este documento permite experiencias extracorporales y la conexión con dimensiones más allá del espacio y el tiempo. Ofrece una manera de trascender el mundo físico y descubrir la verdad absoluta sobre uno mismo y todo lo que existe. El Instituto Monroe desarrolló un sistema de entrenamiento llamado Proceso Gateway, que altera las frecuencias cerebrales para inducir estados alterados de conciencia, otorgando acceso a capas ocultas de la realidad más allá del mundo físico.

La CIA se interesó en este proceso debido a su potencial para operaciones militares y de inteligencia. Los oficiales fueron enviados al Instituto Monroe para entrenarse en experiencias extracorporales. Este entrenamiento utiliza señales de sonido a través de auriculares para sincronizar los hemisferios del cerebro, alterando la mente y llevando la conciencia más allá de la realidad física. Este concepto puede ser difícil de entender para aquellos a quienes se les enseña que el cerebro y la mente son lo mismo.

El documento afirma que la materia sólida no existe y que el cerebro no genera conciencia. En cambio, somos sistemas eternos de energía y frecuencias, y el cerebro actúa como un filtro que nos permite experimentar el reino físico. Sugiere considerar el cerebro y el cuerpo como un “vehículo”, en el que la realidad física parece real solo cuando se conecta con él, como un sueño.

El universo, según el documento, es un intrincado sistema de campos de energía que interactúan creando un holograma complejo. Los estados de la materia son desviaciones de los estados de energía. Todo, incluido el universo, el cuerpo y el cerebro, es parte de este sistema de energía no física. El documento también habla de Dios, refiriéndose a él como el Absoluto, una energía consciente infinita que impregna todas las dimensiones, incluido el espacio-tiempo.

El Absoluto se describe como una energía mental en reposo, responsable de todo y que se experimenta a través nuestro. Proyecta el mundo físico y se inserta como seres humanos para comprender su propia creación.

Si este conocimiento se difundiera, se enseñara en las escuelas y fuera conocido por todos, podría conducir a un despertar colectivo a la realidad de que somos Dios experimentando nuestro propio mundo. Esta comprensión podría fomentar la colaboración para construir un mundo nuevo y brillante. El proyecto secreto de la CIA concluyó esto, y ahora le toca al resto de la humanidad comprenderlo.

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