“Enoc, El Libro Que No Quieren Que Leas”

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“Enoc, El Libro Que No Quieren Que Leas”

Enoc, habitante de los días antiguos, vagaba entre las sombras del mundo pre-diluviano. Sus ojos no se posaban en los artefactos cotidianos que ahora llenan nuestras vidas; no conocía la luz eléctrica que danza en las esquinas de nuestras ciudades ni los dispositivos que nos conectan a través de hilos invisibles.

En cambio, sus pensamientos se elevaban hacia los cielos, donde las estrellas eran los únicos faros en la vastedad de la noche. En su corazón, latía la nostalgia por un tiempo olvidado, cuando la tierra y el cielo aún compartían secretos y los sueños se tejían con hilos de mito y misterio. Así, Enoc caminaba, un puente entre dos eras, con los pies en la arcilla y la mirada en las estrellas. En su libro escribió el siguiente versículo:

“Y me tomaron y me llevaron a un lugar en el cual los que estaban allí eran como llamas de fuego, y cuando querían, se aparecían como hombres.”

Estas llamas, que parecían arder con una luz celestial, podrían interpretarse como una pantalla. En ella, el líder de los Vigilantes, aquellos seres misteriosos que velan por la humanidad, pronunciaba un discurso.

Para Enoc, esta visión era fascinante e indescriptible; creía estar viendo a un ser de otra dimensión. Pero luego, en un asombro aún mayor, la figura en la pantalla se materializó ante él en carne y hueso.