Escritos de Execración: viejos egipcios arrojaron hechizos contra sus adversarios
En la civilización del Nilo, la brujería era parte de la vida diaria de sus ciudadanos. Nada en el cosmos se concebía sin ella y se encontraba en todas partes. No sólo servía para sanar a los enfermos, adivinar el futuro o conseguir a la pareja deseada; además era un arma que se usaba para terminar con los adversarios.
La magia poseía un papel fundamental para los residentes del antiguo Egipto. No sólo era de vital importancia para el buen funcionamiento del estado, sino además del propio Cosmos. Según la cosmovisión egipcia, todo el Cosmos había aparecido a partir de las aguas del Nun, un océano primordial que contenía en potencia todas las cosas, incluidos a los mismos dioses. La tierra había emergido de ese océano y sobre la primera colina había aparecido la primera deidad y creó el resto del planeta por medio un acto de autoerotismo, o por medio la palabra, pronunciando las cosas que concebía su corazón y trayéndolas así a la presencia.
Cortesía: MundoOculto.es
La fuerza vital primigenia que permitía preservar el delicado equilibrio universal era un poder ancestral que los egipcios imaginaban incluso más antiguo que los mismos dioses: Heka, la palabra con la que las deidades designaban a la magia. Las deidades, los magos y el faraón poseían heka, el poder mágico vinculado a la propia Creación, que la sostenía en pie, y que les permitía manipular el Cosmos.
Algunas categorías de sacerdotes egipcios, sobre todo los Jery-Hebet, los sacerdotes lectores instruidos en las Viviendas de la Vida, eran más que intermediarios entre los hombres y dioses. Fueron magos poderosos que sabían manejar el heka en los ritos para preservar el equilibrio del Cosmos.
Entretanto las deidades utilizaban heka, para enfrentarse a Apep y salvaguardar la barca del dios Sol y al Cosmos, en la tierra, los sacerdotes magos realizaban ritos y actos de magia para auxiliar al dios y a sus acompañantes. Modelaban figuras de la monstruosa Apep para increparla, maldecirla, y proyectar sus hechizos sobre ella.
La Magia Cotidiana
La magia formaba parte de todos los ámbitos de la vida de los egipcios de todos los estamentos sociales. Había una magia estatal, encargada de la medicina y la curación, de preservar el equilibrio cósmico, de sojuzgar a los adversarios del país; pero entre las personas de la villa además existían personas que se dedicaban a la adivinación, a la curación, a hacer hechizos protectores, etc. Los principios en los que se basa la magia practicada por los sacerdotes y aquella a la que recurrían los ciudadanos de a pie consultando a magos, curanderos y videntes locales eran básicamente los mismos y se aplicaban tanto en situaciones extraordinarias como cotidianas.
Existía una magia protectora que se aplicaba para defenderse de los bastantes entes que resultaban ser una amenaza para los vivos. En la imaginación de los egipcios el planeta invisible estaba habitado por una caterva de genios, de demonios, de emisarios y enviados de las deidades, de difuntos peligrosos que sobrevivían comiendo inmundicias, descritos como entes deformes que caminan con los pies y la cabeza mirando hacia atrás, personajes temibles que, según pensaban, eran los culpables de los insolitos sonidos de la noche, de diversos tipos de terroríficas manifestaciones, apareciéndose ante los vivos o visitándoles en sus pesadillas.
Se realizaban conjuros y ritos para mantenerlos a raya y lejos de los más débiles, sobre todo los niños, las mujeres que estaban a punto de parir, y las madres que habían alumbrado hacía poco.
Amuleto Ba de oro de la era ptolemaica utilizado en el pasado para alejar el mal y llamar la buena suerte. (Public domain)
Los objetos conocidos como «cuchillos mágicos» encontrados en gran numero en cuantiosos yacimientos arqueológicos, poseían el objetivo de defender a la mamá y a su hijo de los genios y criaturas maléficas. Envueltos de dibujos que representaban a deidades terribles, armadas de grandes cuchillos para enfrentarse a los demonios, estas «varas» construidas a partir de marfil de hipopótamo hembra parecen haber sido usadas para dibujar sigilos o jeroglíficos mágicos en el suelo en el peligroso instante del alumbramiento y después se dejaban en la casa para que siguieran ejerciendo su labor protectora.
Los Escritos de Execración contra los adversarios
Los Escritos de Execración egipcios, además conocidos como Escritos de Proscripción, se utilizaron durante el Imperio Medio entre los siglos XIX-XVIII a. C. De este lapso se conocen los remanentes de unas figurillas que los egipcios emplearon la magia para contrarrestar la acción de sus adversarios. Estos ritos consistían en escribir los nombres de nubios, asiáticos, libios y egipcios hostiles sobre vasos de cerámica que después se rompían, o en estatuillas de arcilla que se enterraban, a veces en el interior de sarcófagos en miniatura, atadas y rotas a objetivo durante el transcurso de alguna ceremonia mágica para «activar» su poder.
igualmente conocidos como listas de proscripción, los Escritos de Execración, son inscripciones hieráticas del antiguo Egipto, que enumeran tanto a los adversarios del faraón como a los adversarios del estado egipcio o a los conflictivos vecinos extranjeros. Los escritos se escribieron con mayor frecuencia en estatuillas, cuencos o bloques de arcilla o roca, que posteriormente fueron destruidos. El ritual de romper los nombres y enterrarlos estaba destinado a ser un tipo de magia simpática que tendría efecto sobre los individuos o seres nombradas en los escritos. Los pedazos se colocaron normalmente en las proximidades de sepulturas o sitios rituales. Esta práctica fue más habitual durante tiempos de enfrentamiento con los vecinos asiáticos de Egipto.
Tras la redacción, esos objetos eran destruidos para impedir su reutilización, recurriendo a un ritual que podía tener propiedades variables. En varios sucesos se aplastaban las figurillas; en diferentes se pisoteaban; a veces eran quemadas y a veces se cortaban; diferentes, sencillamente se las ataba e introducía en pequeños sarcófagos, pero los procedimientos eran tan diferentes que podía incluir escupirles y tambien hacer necesidades fisiológicas sobre los objetos. Al final se colocaban los pedazos resultantes en pozos próximos a los enterramientos y zonas dedicados al culto religioso.
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Un rito registrado daba instrucciones de «escupirle cuatro veces … pisotearlo con el pie izquierdo … golpearlo con una lanza … matarlo con un cuchillo … ponerlo en el fuego … escupir sobre él en el fuego múltiples veces».
Cuantiosos Descubrimientos en Egipto
En el cementerio de Giza fueron encontradas más de 400 estatuillas, mientras que diferentes han sido desenterradas en los asentamientos de Elefantina y Balat. Como ejemplo, en la necrópolis de Saqqara se excavó un grupo de figurillas tanto grandes como pequeñas que datan de finales de la XII dinastía. Los egipcios del Imperio Medio empezaron a usar vasijas de cerámica para los escritos de execración, como lo prueba el descubrimiento de más de 175 vasijas fuera de la fortaleza egipcia en Mirgissa en la Baja Nubia. Estas vasijas estaban inscritas con extensos escritos de execración y rotas aposta.
Se han hallado más de 1.000 depósitos de execración, en zonas como Semna, Uronarti, Mirgissa, Elefantina, Tebas, Balat, Abydos, Helwan, Saqqara y Giza. Debido a que los recipientes, las figurillas, los jarrones y las estatuas casi fueron destruidos durante las ceremonias, los arqueólogos poseen la complicada labor de volver a juntar todas las piezas para aprender sobre los rituales. Se han desvelado cuatro depósitos en Giza, que incluían figurillas empaquetadas en frascos de cerámica. En la fortaleza de Mirgissa del Reino Medio, los remanentes de execración incluían 200 jarrones rojos rotos con inscripciones, más de 400 jarrones rojos rotos sin inscripciones, casi 350 estatuillas de barro, cuatro figuras de roca caliza, pequeños rastros de cera de abejas teñida de rojo, quizá los remanentes de estatuillas derretidas y un humano -cuya cabeza fue cortada ritualmente. En Avaris se localizaron diferentes pruebas de víctimas de sacrificios humanos y execraciones, al igual que de animales. Se localizaron dos pozos de execración: uno con cráneos y dedos, mientras que el otro poseía dos esqueletos masculinos completos.
La Magia contra las Naciones Enemigas
Los escritos de execración y los ritos que estaban conducidos a diferentes pueblos fueron una práctica que conjugaba los datos geopolítica y la pelea contra los adversarios de Egipto. A través de su destrucción debido a un proceso de magia simpática, se perseguía el consiguiente aniquilamiento de líderes, etnias y territorios citados en ellos. El soporte encima del que eran escritos eran tanto recipientes de cerámica como con formas humanas realizadas en distintas componentes (madera, cera, cerámica o roca). No se conocen los detalles de estas ceremonias, pero se estima que pudieron haber existido múltiples diferencias según el período histórico, la oportunidad o el motivo en el que se hicieron. A través de varios escritos gran cantidad explícitos se han comprobado prácticas como la quema de figuras de cera o la rotura de figuras de cerámica.
El egiptólogo Georges Posener, publicó sus descubrimientos de Saqqara en 1957, que más tarde se conocieron como los escritos de Bruselas. las figuras eran de tamaño variable, grandes y pequeñas, representando a prisioneros y con más datos geográficos: los nombres de siete naciones y sesenta y cuatro metrópolis, pueblos y tribus enemigas, además de una treintena de gobernantes.
No resulta asombroso la frecuencia con la que se citan nombres cananeos, fenicios, nubios, libios y sirios, dado que a veces sus tribus estuvieron en pie de guerra con Egipto, de ahí que reseñe a centenares de soberanos de esos pueblos. Las antiguas desgracias de los egipcios se convierten paradójicamente en una invaluable fuente de información para los arqueólogos y, sobre todo, para los investigadores de la historia bíblica. En realidad, hay múltiples execraciones en la Biblia, como en Daniel 11:41; Isaías 11:14; Jeremías 48-49; Sofonías 2: 8-9; Ezequiel 25: 1-14 y Nehemías 13: 1-2: 23.
Tampoco se conoce si los escritos de execración y los rituales realizaban sólo en era de guerra o además de paz; de forma regular o espontánea; o si constituían parte de ceremonias oficiales o de carácter privado. A pesar de la escasa información sobre los detalles concretos de estos actos, la finalidad es clara: la destrucción de los adversarios. Este hecho se confirma por el contenido de los escritos y por la figura de algunas figuras que simbolizaban prisioneros atados.
Cada reciente hallazgo nos enseña un Egipto que no está tan perdido en las arenas del tiempo como podríamos creer. Egipto nos dejó un legado del cual a veces somos inconscientes en nuestras propias supersticiones, en nuestras creencias, inclusive en el desarrollo de nuestras artes y ciencias. Las investigaciones contribuyen a redescubrir los tesoros que se ocultan en ellos con los ojos con los que los vería un egipcio. Le invita asimismo a identificar la huella de aquella civilización en nuestra vida cotidiana, inclusive de nuestra religión y de nuestras creencias.