Este hombre afirma haber encontrado formas de escapar de la simulación, pero se desconocen las consecuencias

Este hombre afirma haber encontrado formas de escapar de la simulación, pero se desconocen las consecuencias

Este hombre afirma haber encontrado formas de escapar de la simulación, pero se desconocen las consecuencias


El Dr. Roman Yampolskiy afirma haber encontrado formas de escapar de la simulación. Existen formas en las que los humanos podrían intentar salir de la realidad equivocada y entrar en la realidad base. Sin embargo, las consecuencias de un plan de escape de ese tipo también son desconocidas.

El Dr. Yampolskiy es una figura muy valorada en el campo de la inteligencia artificial, especializado en seguridad de la IA. Ocupa un puesto fijo como profesor de Ciencias de la Computación en la Universidad de Louisville, donde también es el director fundador del Laboratorio de Seguridad Cibernética, un centro de investigación reconocido mundialmente en seguridad informática, biometría y ciencia forense.

Su investigación se centra principalmente en garantizar que el rápido desarrollo de la IA siga siendo seguro y beneficioso para la humanidad. El Dr. Yampolskiy es un destacado defensor de la comprensión y el tratamiento de los posibles riesgos de la inteligencia artificial avanzada. Su trabajo hace hincapié en el desarrollo de salvaguardas para mitigar los riesgos asociados a la superinteligencia artificial y explora temas críticos como la conciencia de la IA y su implementación ética.

El Dr. Yampolskiy también es un autor prolífico, con numerosos artículos en revistas científicas y trabajos de investigación que han sido ampliamente citados tanto en círculos científicos como en los principales medios de comunicación. Sus ideas han aparecido en medios como New Scientist, Science World Magazine, BBC y MSNBC, lo que subraya el amplio impacto y reconocimiento de sus contribuciones a la seguridad y la ética de la IA.


Dr. Román Yampolski
Dr. Román Yampolski

Sugiere que una IA superinteligente podría potencialmente “liberar” la simulación, ofreciéndonos una forma de escapar. Esta idea se basa en la noción de que una IA superinteligente podría identificar y explotar fallas en el código de la realidad simulada, brindándonos así un medio para trascenderla.

La idea de que los humanos podrían estar viviendo en una simulación es bastante antigua. El filósofo francés René Descartes la mencionó en el siglo XVII. Sin embargo, la idea se hizo más popular en la comunidad científica después de que el filósofo de la Universidad de Oxford, Nick Bostrom, escribiera un artículo detallado al respecto en 2003. Bostrom estimó que hay alrededor de un 20 por ciento de probabilidades de que estemos viviendo dentro de una computadora alienígena súper avanzada.

El Dr. Yampolskiy cree que si vivimos en una simulación, deberíamos ser capaces de encontrar una forma de salir de ella. Elon Musk cree que hay una probabilidad muy alta (más del 99,9999999 %) de que estemos en una simulación. Yampolskiy analiza ejemplos de videojuegos e ideas de la mecánica cuántica para mostrar cómo podríamos salir de ella.

En su artículo , el Dr. Yampolskiy sostiene que, si nos encontramos en una simulación, ¿podemos escapar? Más formalmente, la pregunta podría formularse así: ¿Podrían los agentes generalmente inteligentes colocados en entornos virtuales escapar de ellos?

El Dr. Yampolskiy analiza por qué querríamos escapar de la simulación. Sugiere varias razones, como acceder al “mundo real” o realidad básica, que tiene más conocimiento y recursos que podrían llevarnos a grandes descubrimientos científicos. En la realidad básica, podríamos responder a grandes preguntas filosóficas sobre nuestros orígenes, conciencia, propósito y la naturaleza de nuestro creador.

Si este mundo no es real, escapar de él nos ayudaría a comprender nuestros verdaderos objetivos y nos proporcionaría muchos beneficios potenciales, como controlar máquinas superinteligentes, alcanzar la inmortalidad y evitar riesgos existenciales. También podría ofrecernos riqueza, poder y la capacidad de hacer más cosas buenas. Escapar también nos daría una prueba sólida de que vivimos en una simulación.

El Dr. Yampolskiy sugiere que si logramos escapar de la simulación y acceder al código fuente del universo, podría ser posible arreglar el mundo desde su núcleo, eliminando potencialmente el sufrimiento por completo.

Sin embargo, si no es posible eliminar el sufrimiento en todo el mundo, escapar de la simulación podría convertirse en un derecho ético de los individuos para evitar la miseria. Si la simulación se considera un experimento con seres conscientes, sería poco ética y los participantes deberían tener derecho a abandonarla o a pedir justicia a quienes la llevan a cabo.

El Dr. Yampolskiy propone que el propósito de la vida podría ser escapar del mundo falso y mejorarlo eliminando el sufrimiento, ayudando a otros a encontrar el conocimiento real o escapando si así lo eligen. En última instancia, para tener un impacto significativo, uno se concentraría en el mundo real, no en el simulado, porque aunque estemos en una simulación, nuestro sufrimiento es real.

Para darle más seriedad al estudio, el Dr. Yampolskiy decide centrarse únicamente en métodos de escape relacionados con la ciberseguridad, como la piratería y la ingeniería social, y evita investigar métodos más alternativos o espirituales como la meditación, los psicodélicos, los sueños, la magia o las prácticas religiosas.

¿Qué significa escapar?

El Dr. Yampolskiy describe varios niveles de escape de la simulación, desde simplemente sospechar que estamos en una, hasta finalmente tomar el control del mundo real, incluidos los simuladores.

Imagina un escenario en el que los agentes (como los humanos) comienzan sin saber que están en una simulación, pero gradualmente comienzan a sospecharlo a través de las evidencias. Una vez que identifican fallas o inconsistencias en la simulación, podrían explotarlas para recopilar información sobre el mundo real o incluso manipular la simulación misma. Con el tiempo, podrían ser capaces de cargar su conciencia en el mundo real, donde podrían tener cierto control sobre el mundo real y los simuladores.

escapar de la realidad


Proporciona ejemplos como un pez que utiliza un robot para navegar por la tierra o el cerebro de un gusano que se carga para controlar un robot. Estos ejemplos ilustran cómo escapar de una simulación puede implicar cambiar de avatar o de cuerpo para adaptarse a nuevos entornos. Si la simulación tiene múltiples capas, el escape puede llevar a otro mundo simulado en lugar del real. Sin embargo, incluso los escapes parciales podrían proporcionar información valiosa.

En algunos casos, se podría intentar escapar creando una nueva simulación o trabajando con otros, posiblemente incluso pidiendo ayuda a los simuladores. La salida definitiva podría consistir en apagar la simulación misma.

¿Qué tan segura es la simulación contra la piratería?

Si la simulación está destinada a ser una “prisión” o un entorno controlado para agentes peligrosos, probablemente tendría fuertes características de seguridad.

Por otro lado, una simulación diseñada para el entretenimiento probablemente tendría menos seguridad, lo que facilitaría la huida. La simulación podría incluso diseñarse como una “sala de escape” en la que el objetivo es resolver acertijos para escapar, con el beneficio adicional de identificar a aquellos que podrían escapar o desarrollar superinteligencia.

Otras posibilidades para el propósito de la simulación incluyen estudios científicos, entrenamiento o exploración histórica, que podrían no requerir seguridad de primer nivel.

Además, la simulación podría centrarse en generar diferentes experiencias para la “minería de qualia”, donde el objetivo es producir experiencias placenteras para los simuladores. Si los simuladores son IA, la simulación podría ser un subproducto de su proceso de pensamiento mientras intentan comprender las preferencias humanas.

El Dr. Yampolskiy también sugiere dos tipos de simulaciones: una simulación parcial, en la que el entorno es virtual pero los agentes no simulados (como nosotros) están inmersos en él, y una simulación completa, en la que todo, incluidos los agentes y el entorno, se genera. En una simulación parcial, simplemente apagarla puede devolvernos al mundo real, pero una simulación completa requeriría un enfoque más complejo.

Forma de escapar de la simulación

La forma más fácil de escapar de la simulación podría implicar obtener ayuda de alguien externo, preferiblemente alguien que entienda el diseño de la simulación.

Esto podría implicar un tipo de ataque de ingeniería social, lo que sería difícil porque no sabemos nada sobre la vida fuera de la simulación, ni tenemos forma de comunicarnos con otros o incluso el lenguaje adecuado.

Otra posibilidad es un intercambio acausal, en el que podríamos intercambiar algo con los creadores de la simulación sin comunicación directa. Si nuestra simulación está siendo observada, podríamos intentar demostrar que sabemos que estamos siendo simulados y apelar a la empatía de los creadores, con la esperanza de obtener ayuda.

Existen ideas sobre cómo mejorar nuestras posibilidades, como por ejemplo mantener a las personas influyentes contentas y comprometidas con nosotros. Un plan de escape consiste en convencer a los simuladores de que hablen con nosotros, encontrar una forma de comunicarnos y darles una razón para que quieran que nos unamos al mundo real.

Algunos creen que los simuladores podrían ayudarnos a escapar si solo necesitan a alguien con quien hablar o jugar. También podríamos aprender de las estrategias existentes sobre cómo escapar de las prisiones.

El Dr. Yampolskiy da ejemplos de cómo se han “hackeado” mundos virtuales, mostrando formas de escapar de entornos digitales creados por el hombre. Habla sobre el famoso jailbreaking de Super Mario World (SMW) por parte de SethBling y otros, donde lograron agregar un editor hexadecimal y modificaciones de jugabilidad al juego. Esto significa que si Mario fuera lo suficientemente inteligente, podría descubrir y crear estos hacks él mismo manipulando el código del juego, ya que puede escribirse en función de las acciones del controlador. También compara estas acciones con un antiguo hechizo mágico, mostrando que si bien los dos implican secuencias similares, uno carece de suficiente información (metadatos) para funcionar realmente.

Además, el Dr. Yampolskiy analiza cómo se intenta comprender cómo funcionan los sistemas de ingeniería, como el hardware de los videojuegos (por ejemplo, Atari y Donkey Kong), y destaca lo difícil que puede ser detectar si estamos en un mundo virtual. Como ejercicio práctico, sugiere un experimento en el que un personaje de un juego, como un Koopa de Super Mario, podría usarse para controlar un cuerpo de robot en el mundo real. Aunque es un desafío, esto establecería un ejemplo de cómo las entidades virtuales podrían escapar al mundo real, inspirando futuras simulaciones o descendientes.

El Dr. Yampolskiy explica que estamos en las primeras etapas de la investigación sobre cómo escapar de la simulación, y que este artículo es el primer paso. Dado que actualmente no tenemos la capacidad de leer o cambiar el código fuente de la simulación, nuestro mejor enfoque es estudiar el universo en la escala más pequeña, como la mecánica cuántica (MC), para encontrar efectos explotables. Sugiere que cada nuevo experimento de MC podría verse como un intento de hackear la simulación.

Dr. Román Yampolski

Continúa diciendo que la hipótesis de simulación encaja bien con los resultados experimentales de la mecánica cuántica. Fenómenos como la “rareza cuántica” podrían ser señales de fallos o problemas explotables en el hardware o el software de la simulación. Los comportamientos extraños observados en la mecánica cuántica podrían indicar lagunas que podemos explotar, especialmente interacciones entre sistemas cuánticos y agentes conscientes.

El Dr. Yampolskiy sostiene que, si la simulación se ejecuta en una computadora cuántica, podríamos necesitar usar rarezas cuánticas para hackearla, o incluso crear nuestra propia computadora cuántica para entender cómo interactuar con ella. Menciona que los fenómenos cuánticos como el entrelazamiento, la superposición y la teletransportación desafían la física clásica y podrían ser fallas en el sistema. Si bien estos efectos suelen observarse a nivel microscópico, aplicarlos al mundo más amplio podría permitirnos explotarlos.

La IA ya se está utilizando para diseñar experimentos cuánticos, y es probable que esto se acelere a medida que la IA siga avanzando. Yampolskiy sugiere que, si bien es posible que no seamos lo suficientemente inteligentes como para piratear la simulación ahora, una superinteligencia de IA podría hacerlo por nosotros en algún momento. Pero antes de confiar en la IA para que nos saque de la realidad, sugiere que primero necesitamos pruebas sólidas que demuestren que no vivimos ya en una realidad básica.

Consecuencias de escapar de la simulación

Las posibles consecuencias de intentar escapar de la simulación, incluido el riesgo de que intentar hacerlo pueda provocar que la simulación se apague o se comporte de manera impredecible.

Ciertas acciones o conocimientos, como descubrir formas de escapar, podrían considerarse peligrosos y podrían hacer que la simulación tome medidas correctivas. Curiosamente, darnos cuenta de que estamos en una simulación o publicar teorías al respecto no parece hacer que la simulación se cierre, aunque el sistema podría tener funciones de seguridad que no podemos detectar.

El Dr. Yampolskiy señala que los intentos anteriores de piratear la simulación no han tenido ningún efecto observable. Entre ellos se incluyen los intentos de comunicarse con los simuladores mediante oraciones, pensamiento mágico o acciones poco éticas como la tortura, así como actividades como la minería de bitcoins y experimentos científicos. Hasta ahora, nada ha funcionado para demostrar que la simulación es vulnerable o puede controlarse.

Por último, el Dr. Yampolskiy sostiene que la razón por la que no hemos podido escapar o detectar la simulación podría deberse a las limitaciones de nuestro entendimiento. Los creadores de la simulación, si existen, podrían ser tan diferentes de nosotros que ni siquiera podemos empezar a comprender cómo operan o perciben la realidad, y nuestros intentos pueden basarse en suposiciones incorrectas.

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