La maldición de Tecumseh: ¿Una sombra sobre los presidentes de EE. UU. durante más de un siglo?


La historia está llena de relatos enigmáticos que despiertan la curiosidad colectiva y desafían la lógica. Uno de los enigmas más intrigantes que rodea a la historia de los Estados Unidos es la llamada “maldición de Tecumseh”, una serie de eventos aparentemente conectados que afectaron a varios presidentes estadounidenses a lo largo de más de un siglo.

La leyenda se remonta a principios del siglo XIX, vinculada al líder nativo americano Tecumseh, reconocido como un hábil guerrero y líder del pueblo Shawnee. Tras ser derrotado en la batalla de Tippecanoe en 1811, Tecumseh, herido y lleno de furia por el sufrimiento de su gente, se dice que lanzó una maldición contra los presidentes de Estados Unidos y los “Grandes Padres Blancos”.

La maldición proclamaba que cada presidente elegido en un año divisible por 20 experimentaría una muerte repentina. Desde entonces, una extraña cadena de sucesos mortales pareció respaldar esta maldición, empezando con la brevísima presidencia de William Henry Harrison en 1841, fallecido por neumonía poco después de asumir el cargo.

Abraham Lincoln fue el segundo presidente afectado, asesinado por John Wilkes Booth durante su segundo mandato en 1865. A Lincoln le siguieron James A. Garfield y William McKinley, ambos asesinados en los primeros años de sus respectivos mandatos. Se dice que la maldición se rompió con la presidencia de John F. Kennedy, elegido en 1960 y asesinado en 1963.

Sin embargo, desde la presidencia de Ronald Reagan en 1980, los efectos de la supuesta maldición parecen haber disminuido. A pesar de un intento de asesinato en 1981, Reagan sobrevivió y vivió muchos años después de su presidencia.

A pesar de estas conexiones aparentes, muchos historiadores y escépticos desestiman la idea de una maldición real, atribuyendo estas tragedias a meras coincidencias o a la realidad política y social de sus tiempos.

Por otro lado, algunos sugieren que la maldición puede ser una construcción retrospectiva, una narrativa que se ha tejido a través del tiempo para conectar eventos históricos separados y darles un significado más profundo.

Independientemente de la veracidad de la maldición, su historia persiste como un fascinante fenómeno cultural que ha cautivado la imaginación popular y ha generado debates sobre la influencia de lo sobrenatural en los eventos históricos.

La maldición de Tecumseh, ya sea un mito o una realidad, sigue siendo una parte intrigante y enigmática de la historia presidencial de los Estados Unidos, dejando un legado de incertidumbre y curiosidad en la mente de quienes exploran estos acontecimientos.

  ¿Te gusto la noticia? compártela en tus redes sociales.
F

Deja una respuesta