La Tierra tiene protección incorporada contra los asteroides

Los asteroides no son sólo rocas espaciales errantes, sino una amenaza potencial para la Tierra. Pero ¿qué pasa si la Tierra ya tiene sus propias defensas integradas contra ellos? Una investigación reciente publicada en el servidor de preimpresión arXiv propone una teoría inusual: las fuerzas gravitacionales de la Tierra pueden servir como escudo secreto contra los asteroides.

Nuestro planeta utiliza poderosas interacciones gravitacionales con otros cuerpos celestes para desintegrar los asteroides que se acercan a él. Estas fuerzas de marea, similares a las que explican las mareas de la Tierra causadas por la Luna, pueden ser tan intensas que los objetos sufren perturbaciones de marea, provocando que se rompan.

Las observaciones de fragmentos del cometa Shoemaker-Levy 9 después de su colisión con Júpiter en 1994 proporcionaron la primera confirmación de este fenómeno. Sin embargo, durante décadas los astrónomos han estado buscando pruebas de que la Tierra u otros planetas terrestres podrían tener un efecto similar en los asteroides y cometas.

El científico planetario Mikael Granvik de la Universidad Tecnológica Sueca de Luleå dirigió la investigación que estuvo más cerca de resolver el fenómeno mencionado.

Su descubrimiento está vinculado a la búsqueda de asteroides cercanos a la Tierra perturbados gravitacionalmente (NEAS) y proporciona pruebas convincentes de que las fuerzas gravitacionales de nuestro planeta no son sólo un concepto abstracto, sino un factor capaz de romper los asteroides en pequeños pedazos.

Basándose en modelos de trayectorias de asteroides, Grunwick y su colega Kevin Walsh del Southwest Research Institute descubrieron que las colisiones con planetas rocosos pueden hacer que los asteroides pierdan una parte significativa de su masa, convirtiéndolos en corrientes de escombros.

Nuevos datos muestran que pequeños fragmentos de asteroides, si bien no representan una amenaza para la vida en el planeta, pueden aumentar la probabilidad de colisiones locales como las que ocurrieron en Tunguska y Chelyabinsk.

Granwick asegura que los asteroides de menos de 1 km de diámetro no son una amenaza crítica, pero aumentan la probabilidad de incidentes. Sin embargo, conviene recordar los riesgos adicionales que pueden surgir debido a la formación de nuevas nubes de escombros.

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