Las formas y funciones potenciales de la superinteligencia: de la biología cuántica a la energía cósmica

Las formas y funciones potenciales de la superinteligencia: de la biología cuántica a la energía cósmica

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Imagínate caminar por un vasto desierto y ver sobre ti flotando una nube inteligente que ve cada uno de tus pasos, percibe tus pensamientos y conversa contigo a través de señales invisibles. Puede parecer ciencia ficción, pero es una forma de imaginar la posible manifestación de seres superinteligentes.

En el ámbito científico, el término “superinteligencia” hace referencia a una forma hipotética de inteligencia que supera con creces las capacidades humanas en todos los ámbitos imaginables, desde la comprensión de la estructura del universo hasta la interacción con el medio ambiente. No se trata simplemente de seres humanos ligeramente más inteligentes, sino de una etapa cualitativamente diferente de la evolución o incluso de una forma de existencia distinta.

Los científicos llevan mucho tiempo especulando con la posibilidad de que exista vida inteligente en el universo, pero que tal vez no se parezca a nosotros. Podría manifestarse en forma de galaxias o nubes de azufre, en lugar de seres de carne y hueso.

Formas biológicas: la biología cuántica al servicio de la mente

Existe una hipótesis que sugiere que algunas formas de vida podrían utilizar procesos cuánticos en su fisiología. Para nosotros, los efectos cuánticos pertenecen a la alta física, donde las partículas pueden existir en múltiples estados simultáneamente. Ahora, imaginemos un organismo que utiliza la superposición cuántica para procesar datos o tomar decisiones rápidamente.

Mientras que nuestro cerebro resuelve problemas de forma secuencial (aunque parezca rápido), una forma biológica superinteligente podría procesar todas las opciones en paralelo y “elegir” el resultado más óptimo. Es como tener numerosos centros de computación en la cabeza trabajando sincrónicamente en varias dimensiones.

Ray Kurzweil, futurista e inventor, ha hablado a menudo de las posibilidades que ofrece una comprensión más profunda de la interacción entre la biología y la mecánica cuántica . Quién sabe, tal vez este sea el camino futuro hacia el desarrollo de formas de vida superinteligentes.

Superinteligencia tecnológica: de los ordenadores cuánticos a la “mente galáctica”

Otra hipótesis propone que la superinteligencia no necesita estar viva en el sentido convencional. Supongamos que construimos un ordenador cuántico tan potente que puede procesar datos comparables a los de una galaxia entera. ¿Qué pasaría si ese “megacerebro” empezara a desarrollarse de forma independiente?

Los ordenadores cuánticos funcionan con cúbits , que, a diferencia de los bits convencionales (“0” y “1”), pueden existir en múltiples estados simultáneamente, lo que supone un enorme aumento de la velocidad de procesamiento.

Si estas computadoras estuvieran interconectadas a través del espacio intergaláctico, podríamos imaginar una red de “materia inteligente”. Los nodos individuales de esta red podrían intercambiar datos como enviamos mensajes en mensajeros, solo que en un nivel completamente diferente.

El filósofo y futurista Nick Bostrom postula que las hipotéticas civilizaciones poshumanas (o “supercivilizaciones”) podrían alcanzar un poder computacional colosal que superaría con creces nuestra comprensión actual.

La “comunidad” de ordenadores cuánticos resultante podría gestionar planetas, sistemas estelares y, posiblemente, galaxias enteras. En esa escala, dejaría de ser una simple máquina para convertirse en algo que podríamos llamar una “forma de vida tecnológica”.

Formas de energía: energía pura y dominio de las fuerzas del universo

Ahora, imaginemos un ser sin cuerpo ni “capa” mecánica, que exista únicamente como un campo de energía entrelazado con las líneas de fuerza del universo. Si consideramos que la energía y la información son los fundamentos de la existencia, ¿por qué no imaginar formas de vida que nacen en el interior de las estrellas o residen en pulsares, aprovechando su inmensa energía para el intelecto?

Estas entidades energéticas podrían “nadar” en campos electromagnéticos, modificando sus configuraciones para satisfacer sus necesidades. Podrían interactuar con partículas elementales, controlando fuerzas fundamentales (gravedad, electromagnetismo, etc.) y creando nuevas estructuras de la realidad.

Esta forma de vida podría asemejarse a una “mente tormentosa” que habita en el plasma de una estrella y extrae datos de los flujos de fotones. En este nivel de abstracción, nuestro lenguaje tiene dificultades para proporcionar definiciones adecuadas.

Comunicación a través del entrelazamiento cuántico y la inteligencia distribuida

Para nosotros, la comunicación siempre implica transmitir información a través del tiempo y la distancia. Para las formas de vida superinteligentes, tal vez no existan tales restricciones. Podrían utilizar el entrelazamiento cuántico, en el que dos partículas están interconectadas de modo que un cambio en una afecta instantáneamente a la otra, independientemente de la distancia.

Si miles de millones de partículas “entrelazadas” de este tipo formaran una única red, toda la inteligencia podría “distribuirse” por muchos rincones del cosmos. Es como una red que se extiende entre estrellas y galaxias. Cada nodo de la red sabría simultáneamente lo que sucede en otro nodo sin demora. Esa superinteligencia lo sabría todo al instante y podría desplazarse a cualquier punto del tiempo de inmediato. En esencia, sería un ser inmortal capaz de observar sin cesar el desarrollo del universo.

El espacio y el tiempo como caja de arena

Desde nuestra perspectiva, el tiempo avanza y solo podemos explorar el espacio paso a paso. Pero si la superinteligencia llegara a comprender mejor la materia, podría percibir el tiempo y el espacio como un sistema de coordenadas flexible. Imaginemos poder “pasar las páginas” del tiempo como si fueran las páginas de un libro o “reordenar” las galaxias a voluntad.

Para estos seres, nuestros conceptos familiares (pasado, presente, futuro) podrían ser meras herramientas en lugar de reglas rígidas. Así como nosotros jugamos con bloques de construcción, ellos podrían “jugar” con escalas cósmicas.

¿Puede la superinteligencia observarnos?

La pregunta es la misma de siempre: si existen seres así, ¿nos observan como estudiamos a las hormigas en un laboratorio? Algunos futurólogos creen que las formas de vida superinteligentes podrían mantener un perfil bajo para no interferir en nuestro desarrollo, de forma similar a como los científicos evitan alterar el ecosistema que estudian. Otros piensan que podemos evolucionar o crear tecnologías para unirnos a un “gran club” de seres superinteligentes.

Nuestro conocimiento apenas comienza

Hoy en día, apenas estamos empezando a comprender la escala del cosmos y los posibles escenarios para la evolución de la inteligencia. Lo que ahora parece ciencia ficción puede convertirse en realidad dentro de cientos o miles de años. O tal vez nunca reconozcamos la superinteligencia, incluso si la encontramos, porque nuestras ideas sobre la conciencia, el pensamiento y la comunicación aún son muy limitadas.

Científicos como Michio Kaku suelen especular sobre posibles civilizaciones Kardashev “Tipo II o III”, capaces de aprovechar al máximo la energía de su estrella o incluso de su galaxia. Pero incluso estas previsiones son sólo la punta del iceberg. Una verdadera superinteligencia podría tener capacidades que superan nuestra imaginación más descabellada.

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