Los ovnis del vaticano
Una noche de julio de 1961, mientras el Papa y yo paseábamos por el jardín, vimos una nave muy luminosa sobre nuestras cabezas. Era ovalada y tenía luces intermitentes de color azul y ámbar. La nave voló sobre nosotros durante unos minutos antes de aterrizar en el césped del lado sur del jardín. De la nave salió un ser extraño con forma humana, rodeado de una luz dorada y con orejas más largas que las nuestras. Nos arrodillamos, conscientes de que lo que veíamos no era de este mundo y debía ser un evento celestial.
Rezamos y, al levantar la cabeza, el ser seguía allí, confirmando que no era una visión. El Santo Padre se levantó y se acercó al ser. Estuvieron frente a frente durante unos 20 minutos, gesticulando como si hablaran, pero sin emitir sonidos. No me llamaron, así que permanecí en mi lugar sin poder escuchar su conversación.
Luego, el ser regresó a su nave y despegó. Su Santidad se volvió hacia mí y dijo: “Los hijos de Dios están en todas partes; aunque a veces nos cuesta reconocer a nuestros propios hermanos”.
Después de que el ser extraterrestre se fue, el Papa y yo continuamos nuestro paseo como si nada hubiera pasado.
Según su secretario personal, Juan XXIII nunca reveló lo que habló con el visitante del cielo aquel lejano día del verano de 1961.
#LosOvnisDelVaticano #mundoocultoes