Lucifer: símbolos del príncipe de las tinieblas

Lucifer: símbolos del príncipe de las tinieblas

Lucifer: símbolos del príncipe de las tinieblas

 

Lucifer: símbolos del príncipe de las tinieblas

Lucifer: símbolos del príncipe de las tinieblas.

En este apartado de nuestro diccionario demonológico hablaremos de uno de los demonios más misteriosos y, en cierta forma, malinterpretados en distintos grimorios y libros prohibidosLucifer, el príncipe de las tinieblas.

Rápidamente debemos aclarar que la historia de Lucifer, así como sus símbolos y significado, no tienen nada que ver con las de otros habitantes encumbrados del infierno, como SatanásBelcebú o Asmodeo.

De hecho, podemos pensar que Lucifer es algo más que un ángel caído; es, en definitiva, un antiguo dios destronado.

Lucifer: símbolos del príncipe de las tinieblas
Por supuesto que no pretendemos abarcar un tema tan vasto y complejo como la simbología de Lucifer en unos pocos párrafos. En todo caso, nos limitaremos a analizar una de las representaciones más conocidas de Lucifer, reproducida en incontables libros de ocultismoesoterismo y brujería, muchas veces sin llegar a comprender realmente de qué se trata.

Este grabado de Lucifer (izquierda) aparece en el libro prohibido de Eliphas LeviDogma y ritual de la alta magia (Dogme et rituel de la haute magic), investigador polémico que estudió en profundidad la Cábala sin saber hebreo, lo cual supone una hazaña vecina de la imprudencia.

Sin embargo, y a pesar de ese desliz, Eliphas Levi fue uno de los primeros interesados en examinar la simbología de Lucifer desde un ángulo completamente novedoso para su tiempo.

Lo primero que sugiere el grabado de Lucifer es que se trata de una representación del macho cabrío de la misa negra y el baile de las brujas en los sabbats y aquelarres; versión pagana del macho cabrío utilizado por los primeros cristianos y posteriormente por los gnósticos, quienes simbolizaban a Cristo bajo la forma de este animal.

Esta es, sin lugar a dudas, una de las curiosidades más importantes: que Cristo y Lucifer, supuestamente dos extremos en el concierto universal, sean representados bajo el mismo signo.

Lo segundo que sorprende es que el pentagrama que Lucifer lleva en la frente apunta hacia arriba; es decir, no es en modo alguno un pentagrama invertido. Esto se considera como un símbolo de luz, de inteligencia, de sabiduría, virtudes que uno no esperaría encontrar en un demonio enemistado con Dios.

Las manos de Lucifer apuntan hacia dos lunas, una negra y la otra blanca. Los orbes representan a la luna blanca de Chesed y la luna negra de Geburah, dos extremos filosóficos que, a través del gesto representado en el grabado, indica el equilibrio entre la justicia y la misericordia.

Algunos diccionarios demonológicos observan que uno de los brazos de Lucifer es masculino mientras que el otro es femenino, quizás como representación de la dualidad fundamental del universo; no obstante, esto depende de la buena voluntad del observante, ya que las diferencias, si existen, son prácticamente indistinguibles.

Sobre la cabeza de Lucifer brilla la antorcha de la inteligencia, símbolo de que la sabiduría se eleva el alma se eleva por encima de la materia sin desprenderse del todo de ella. En otros términos, que la inteligencia y los impulsos del cuerpo transitan por caminos diferentes, aunque de hecho se necesitan mutuamente.

No en vano su nombre, Lucifer, significa «portador de la luz»; del latín lux, «luz»; y fero, «llevar».

Los alquimistas aseguran que la cabeza de Lucifer expresa el horror por el pecado, no en términos cristianos, desde luego, sin no más bien como degradación de la inteligencia. En definitiva, la cabeza de macho cabrío de Lucifer simboliza a la carne contaminada por el materialismo, que deja huellas imborrables en el rostro.

Entre las piernas de Lucifer se observa un caduceo, símbolo fálico de generación y fertilidad.

Detrás del caduceo se advierte el vientre escamoso de Lucifer. Lejos de ser una representación de su naturaleza reptil, tal y como aparece en el mito bíblico de la expulsión de Adán y Eva del Edén, a propósito de una manzana que jamás existió, es una manifestación del mar, es decir, de la vida en su estado original.

Finalmente, uno de los símbolos de Lucifer más visibles y extraños se observa en sus dos senos de mujer. Estos representan el principio femenino de la creación en términos de dadora de vida.

Estos son algunos de los símbolos de Lucifer más representativos de su naturaleza. No es infrecuente que podamos encontrarlos en muchas otras partes, por ejemplo, en las gárgolas de cualquier catedral o bien en leyendas muy antiguas, como en los mitos celtas y Cerunnos, el dios cornudo de la wicca.

Ninguno de estos símbolos luciferinos sugiere que esta criatura sea maligna; por el contrario, su valoración de la sabiduría y la inteligencia hacen pensar exactamente lo contrario.