Muchos son así
La estupidez no es simplemente la falta de conocimiento, sino la elección deliberada de ignorar lo que está frente a nuestros ojos. Es mirar las pruebas, ver los hechos, sentir el peso de la verdad, pero aferrarse a la mentira porque es más cómoda, porque es lo que nos han enseñado a creer. Es el producto de un sistema que ha perfeccionado el arte de manipular mentes, moldeando generaciones enteras para que acepten lo falso como real, lo construido como natural, lo impuesto como necesario.
Porque la verdad es peligrosa. La verdad incomoda. La verdad pone en riesgo el orden que han diseñado para nosotros. Entonces, ¿qué hacen? Nos programan para rechazarla, nos ridiculizan si la cuestionamos, nos etiquetan si la exponemos. El engaño es efectivo porque no requiere pruebas, solo repetición. Si nos dicen una mentira suficientes veces, acabamos aceptándola como verdad. No por lógica, sino por costumbre.
Pero aquí está el verdadero dilema: ¿es realmente estupidez o es miedo? ¿Cuántos ven la verdad pero se niegan a aceptarla porque hacerlo significaría destruir el mundo que creían conocer? La estupidez, entonces, no es solo ignorancia… es la resistencia a despertar. Y ese es el arma más poderosa del control.