NINGYO: SIRENAS JAPONESAS
En las regiones occidentales, tenemos una creencia prácticamente generalizada de que las sirenas son mujeres o seres hermosos, sin embargo, en el caso de las historias japonesas, esto no ha sido así siempre. A continuación explicaremos más a fondo todas estas tradiciones folclóricas en dicho país asiático. En Japón las sirenas son conocidas con el nombre Ningyo, que significa “pez humano”. También se les pueden llamar gyojin cuyo significado sería “hombre pez”, o Hangyo-jin que es “humano mitad pez”.
Una de las leyendas de sirenas más alucinantes del mundo, es la historia de Ningyo. Se trata de una versión mucho más oscura y grotesca de la leyenda que hemos escuchado a menudo. En lugar de una hermosa mujer con cola de pez, esta sirena es un monstruo del que se habla en el folclore de Japón. Es descrita como un pez gigante, con rostro humano y la boca de un mono, pero dientes pequeños y afilados como los de un pez. Sus escamas son doradas y los sonidos que emite son suaves y aflautados y se comparan con el canto de una alondra.
Los cuentos sobre estos míticos seres en esta región datan de hace varios siglos, siendo el primer hecho conocido sobre ellos en el año 619. En esa época se logró atrapar un Ningyo, el cual se mantuvo en cautiverio para entretener a los que visitaban la corte nacional. Estas Sirenas japonesas varían en su físico, pero comúnmente se identifican por tener un estilo grotesco e inhumano, algunos dicen que son como una bestia, un ser gigante con cara humana y afilados dientes.
Ellas emiten un sonido muy similar al sonido de una flauta, con el que logran atraer a los navegantes seduciéndolos para luego asesinarlos. Otros dicen que los Ningyo cuentan con poderes mágicos por lo que pueden adoptar la apariencia de bellas mujeres. En el caso de los tritones estos se transforman en hombres o cualquier otro ser vivo y pueden llorar lágrimas de perlas. Otro relato menciona la captura de Sirenas japonesas, las cuales eran exhibidas en las ferias y carnavales de Japón. No obstante existe una leyenda, que quizás, es la más conocida en ese país y es el de la sacerdotisa de 800 años, que a continuación te cuento.
La de Ningyo es una de las leyendas de sirenas reales más particulares y oscuras. Esta criatura representa un serio conflicto de intereses: cualquiera que coma el Ningyo tendrá juventud y belleza eterna, pero atraparlo a menudo trae terribles tormentas y desgracias a aldeas enteras. ¿Y si no eras tu quien lo atrapaba, sino que el mar dejaba a uno de estos seres en las costas de tus playas? Era una señal inequívoca de que una catástrofe o una guerra estaban a punto de suceder en el lugar.
Entre las leyendas de sirenas que involucran el Ningyo, una de las más populares es el mito de Yao Bikuni, que quiere decir La sacerdotisa de 800 años. La historia que ha pasado de generación en generación, cuenta que un día un pescador encontró entre sus redes un pez muy extraño que nunca antes había visto. Aunque él no lo sabía, se trataba de un Ningyo.
Orgulloso de su captura, invitó a sus amigos a cenar a su casa para disfrutar juntos de un festín con la carne del animal. Mientras el pescador cocinaba, uno de sus invitados entró en la cocina y se fijó en el extraño aspecto del pescado: ¡tenía una cara humana! Sin decir nada, aunque horrorizado por su descubrimiento, el amigo del pescador volvió con el resto de los invitados y les recomendó que no probaran la comida. Todos ellos le obedecieron y fingieron devorar la cena, pero simplemente ocultaron la carne, envolviéndola en papel.
Uno de ellos estaba muy ebrio, tras haber abusado del sake y, cuando llegó a casa, olvidó la advertencia del fisgón, dejando a su hija probar el pescado envuelto en papel. Para cuando recuperó el sentido común, su pequeña ya había probado aquella carne sospechosa. Aunque esperaba, angustiado, que le ocurriera algo malo a su hija, la niña permanecía sana. Los años pasaron y creció para convertirse en una bella muchacha que contrajo matrimonio. Todo parecía normal, pero lo que marcó la historia de esta muchacha como una de las leyendas de sirenas reales más peculiares, es que, a partir de ese momento, la joven no envejeció. Ella mantenía su aspecto, mientras a su lado su esposo envejecía progresivamente, hasta que falleció. Desolada, lo enterró y más tarde volvió a casarse, enviudando otra vez. Y otra vez y otra vez.
Quizás incapaz de soportar más muertes de personas amadas, la mujer, todavía joven, se hizo sacerdotisa y se dedicó a viajar por el mundo. Al fin, tras mucho tiempo vagando, vuelve a su pueblo natal: allí muere, a los 800 años. Como ves, la carne de Ningyo no sólo es tradicionalmente deliciosa, sino que supuestamente otorga a quien la come, una increíble longevidad.
NINGYO COMO DIOSA JAPONESA
Está la religión de la sirena, donde en muchos templos budistas hay estatuas de sirenas, hay historias en Nihoshoki, que la representan como una diosa de largo pelo negro y cola de pez. Ella es honrada como Ningyo.
Una leyenda muy antigua nos dice que cuando esta diosa llora, sus lágrimas son perlas, muy preciosas. Ella no se deja ver, es muy raro que un mortal la vea, porque se esconde muy bien en las profundidades.
Si una mujer mortal logra capturarla y arrancarle la carne de la boca, esta mujer mortal obtendrá la belleza y la juventud eterna.
Las sirenas japonesas o sirenas humanoides son mitología y creencias japonesas, reales para muchos, deidades para otros.
Los japoneses tenían evidencia de Ningyo en el santuario Tenshou-Kyousha en Fujinomiya, que es el cuerpo de una supuesta sirena japonesa.
Cuenta la leyenda que un Ningyo se le apareció a un príncipe japonés cuando la sirena estaba a punto de morir, le dijo al príncipe que era pescador que al invadir un área de pesca protegida, recibió una maldición que lo convirtió en un Ningyo.
Le dije que había aprendido la lección y le pedí que fundara un santuario y expusiera su cuerpo, para que todos pudieran verlo y no cometer el mismo error y valorar la vida, es la famosa sirena de Fiji.