Nueva evidencia sugiere que un «diluvio» rellenó el mar Mediterráneo hace 5 millones de años

Un estudio reciente aporta pruebas contundentes de que una colosal megainundación rellenó el mar Mediterráneo, poniendo fin a un período en el que esta cuenca era una vasta extensión de salinas.
Foto aérea de una cresta erosionada por la megainundación, ubicada al noreste de Masseria del Volpe, en el sureste de Sicilia. Crédito: Kevin Sciberras y Neil Petroni.
Un equipo internacional de científicos, con la participación de la Universidad de Southampton, identificó una serie de características geológicas en el sureste de Sicilia que evidencian un evento de inundación masiva ocurrido entre hace 5.97 y 5.33 millones de años.
«La megainundación zancliense fue un fenómeno natural impresionante, con tasas de descarga y velocidades de flujo que superan cualquier otra inundación conocida en la historia de la Tierra», explicó el Dr. Aaron Micallef, autor principal del estudio e investigador del Instituto de Investigación del Acuario de la Bahía de Monterey en California. «Nuestra investigación aporta la evidencia más sólida hasta ahora sobre este evento extraordinario».
Un mar evaporado y una inundación abrupta
Durante la Crisis Salina del Messiniense, el Mediterráneo quedó aislado del océano Atlántico y se evaporó, dejando enormes depósitos de sal que transformaron el paisaje de la región.
Durante años, los científicos creían que este período árido terminó de forma gradual, con el Mediterráneo rellenándose en un lapso de 10.000 años. Sin embargo, esta hipótesis fue cuestionada en 2009 con el descubrimiento de un canal de erosión que se extiende desde el golfo de Cádiz hasta el mar de Alborán. Este hallazgo indicó la existencia de un único evento de inundación masiva, que duró entre 2 y 16 años, conocido como la megainundación zancliense (nombre derivado de Zancle, el antiguo nombre de la actual Messina).
Las estimaciones sugieren que esta megainundación tuvo una descarga de entre 68 y 100 Sverdrups (Sv), con un Sv equivalente a un millón de metros cúbicos por segundo.
La evidencia en la roca
La nueva investigación, publicada en la revista Communications Earth & Environment, combina características geológicas recién descubiertas con datos geofísicos y modelos numéricos para ofrecer un análisis más detallado del evento.
Los autores analizaron más de 300 crestas asimétricas y alargadas en un corredor que atraviesa el umbral de Sicilia, un puente terrestre sumergido que separaba las cuencas occidental y oriental del Mediterráneo.
Miembros del equipo inspeccionando una sección expuesta de sedimento litificado deformado por la megainundación. Crédito: Daniel Garcia Castellanos.
«La morfología de estas crestas es compatible con la erosión causada por un flujo de agua turbulento a gran escala, predominantemente en dirección noreste», señaló el profesor Paul Carling de la Universidad de Southampton. «Revelan el inmenso poder de la megainundación zancliense y cómo remodeló el paisaje, dejando huellas duraderas en el registro geológico».
Al examinar las crestas, el equipo encontró una capa de escombros formada por material erosionado de los flancos y la región circundante. Este depósito, creado rápidamente y con gran fuerza, se sitúa justo en el límite entre los períodos Messiniense y Zancleano, coincidiendo con la época en que se cree que ocurrió la inundación.
Un canal en forma de embudo
Usando datos de reflexión sísmica, una técnica similar a un ultrasonido geológico, los investigadores identificaron un canal en forma de «W» en la plataforma continental al este del umbral de Sicilia.
a. Mapa de ubicación y modelo digital de elevación del sureste de Sicilia y el fondo marino adyacente (fuentes: SITR, EMODnet). Se etiquetan el frente del cinturón de pliegues y cabalgamientos de Sicilia, el escarpe de Malta, el cañón de Noto y el depósito enterrado de la megainundación inferido. b. Modelo digital de elevación del umbral de Sicilia con los contornos de las bases de las crestas. Los sitios muestreados están marcados con puntos rojos. Crédito: A. Micallef et al.
Este canal conecta las crestas con el cañón de Noto, un profundo valle submarino en el Mediterráneo oriental. Su forma y ubicación sugieren que actuó como un enorme embudo, canalizando las aguas de la megainundación hacia el Mediterráneo oriental.
Velocidad y fuerza de la inundación
El equipo utilizó modelos computacionales para simular el comportamiento del agua durante la megainundación. Los resultados muestran que el flujo aumentó en intensidad, alcanzando velocidades de hasta 32 metros por segundo (72 millas por hora). Este caudal esculpió canales más profundos, erosionó grandes volúmenes de material y los transportó a largas distancias.
«Estos hallazgos no solo arrojan luz sobre un momento crítico en la historia geológica de la Tierra, sino que también demuestran la persistencia de estas formaciones terrestres durante cinco millones de años», concluyó el Dr. Micallef. «Esto abre la puerta a futuras investigaciones a lo largo de los márgenes del Mediterráneo».
Fuente: Southampton.