Una casualidad asombrosa
Una sincronía asombrosa.
Un viejo dicho del desierto reza: “El ser humano le teme al tiempo, mas el tiempo se inclina ante las pirámides”.
Más de cuatro milenios y medio han transcurrido (según teorías) y aún se yerguen estas imponentes edificaciones, que con su grandiosidad continúan cautivando a expertos en egiptología y a multitudes de curiosos de todas partes del globo.
Es particularmente intrigante que la Pirámide de Keops ostente una “coincidencia” con los números de la velocidad de la luz en el vacío ((299,792,458 \frac{m}{s})), que parecen reflejarse en las coordenadas geográficas del monumento ((29°58’45.28″N), equivalente a (29.9792458°N)).
Aunque no es una correspondencia exacta según Google Earth, resulta fascinante la similitud entre los números que componen ambas medidas.
Un detalle adicional intrigante.
Si consideramos la teórica deriva de los continentes (Pangea), la pirámide habría cambiado su ubicación unos 45 metros desde su construcción.
Así, es posible que sus constructores no solo tuvieran conocimiento de la velocidad de la luz, sino que también anticiparan que transcurrirían 4.500 años hasta que se descubriera esta sincronía y, por ende, la erigieron en el emplazamiento preciso para tal desplazamiento continental.
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