Científicos británicos han resuelto el misterio del Triángulo de las Bermudas

Científicos de la Universidad de Southampton (Reino Unido) han descubierto que la causa de la misteriosa desaparición en el famoso Triángulo de las Bermudas de un centenar de barcos durante el último siglo podrían ser las enormes olas.

Los resultados del estudio son publicados por el portal Sailing Scuttlebutt .

Los científicos en el laboratorio probaron una de las versiones más populares. Se encuentra en el hecho de que las olas gigantes que surgen repentinamente debido a las peculiaridades del clima local se convierten en la causa de la muerte de los barcos. Son causadas por las corrientes atmosféricas, y la altura de las olas puede alcanzar los 30 metros. Los científicos han simulado tal tormenta.

Para el análisis, los investigadores utilizaron un buque estadounidense «Cyclops» (USS Cyclops) de 180 metros de la vida real. En 1918 salió del puerto de Río de Janeiro con un cargamento de mineral de manganeso y 300 pasajeros a bordo. El barco desapareció misteriosamente en el Triángulo de las Bermudas.

El experimento demostró que el Cyclops, bajo la influencia de olas de 30 metros, se sumergiría en el agua en solo unos minutos, partiéndose por la mitad. Según el autor del estudio, Simon Bosall, es probable que otros barcos desaparecidos sufrieran un destino similar.

“En el Triángulo de las Bermudas se pueden observar hasta tres poderosas tormentas convergiendo en un mismo lugar. Simplemente existen condiciones ideales para crear olas gigantes. Su altura puede incluso superar los 30 metros, son muy empinadas y potencialmente destructivas para cualquier embarcación”, dijo el científico.

Antes de esto, varios investigadores han propuesto varias versiones del enigma del Triángulo de las Bermudas. Por ejemplo, creían que los barcos se desviaron de su rumbo debido a la rápida corriente de la Corriente del Golfo.

De acuerdo con la segunda versión, podrían ocurrir regularmente fuertes emisiones de metano desde debajo de la plataforma: el gas en llamas comprime el agua y, por lo tanto, los barcos simplemente se hunden.

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