El cerebro muerto puede ser ‘devuelto a la vida’, pero hay una trampa

Los investigadores creen que su nuevo trabajo podría redefinir nuestra comprensión de la vida y la muerte y los límites entre ellas.
Hace unos cinco años, el neurocientífico de la Facultad de Medicina de Yale, Zvonimir Vrselja, Ph.D., y sus colegas sorprendieron a la comunidad médica con un experimento innovador.
En el estudio, lograron extraer el cerebro de un cerdo sacrificado de su cabeza, luego lo privaron de oxígeno a temperatura ambiente durante cuatro horas y luego lo conectaron a un resucitador y lo reanimaron. Los resultados de este estudio conmocionaron a la comunidad científica, escribe Popular Mechanics .
Se sabe que el sistema vascular del cerebro vivo, también conocido como red de vasos sanguíneos, transporta sangre oxigenada y rica en nutrientes al cerebro a través de arterias y capilares.
En su estudio, los científicos utilizaron una máquina de reanimación especial llamada BrainEx. Con este dispositivo, pudieron bombear una mezcla de conservantes y medicamentos al cerebro muerto, apuntando a las vías que generalmente se dañan por la pérdida de oxígeno.
Los autores del estudio señalan que la mezcla contenía un sustituto de la sangre formado por moléculas que equilibran los niveles de pH de las células, así como medicamentos para prevenir una respuesta inmune excesiva y antibióticos.
Lo que ocurrió después sorprendió a los científicos: la corteza gris del cerebro se volvió roja, las células volvieron a producir proteínas y las neuronas empezaron a mostrar signos de actividad metabólica, tal como lo hacen las neuronas vivas.
En pocas palabras, el cerebro del cerdo, que antes estaba muerto, volvía a realizar funciones celulares, pero no estaba consciente. Según el Dr. Vrselja, lo que él y sus colegas descubrieron fue bastante extremo: el cerebro no estaba completamente «vivo», pero tampoco parecía muerto.
Según el Dr. Lance Becker, experto en reanimación, paro cardíaco y cuidados intensivos, el resultado de este experimento contradice todo lo que la ciencia sabía hasta ahora sobre la muerte.
Además, el científico también afirmó que en este momento el mundo está, de hecho, al borde de un verdadero cambio de paradigma, ya que tendremos que reconsiderar qué es la vida y qué es la muerte.
Después de realizar pruebas con cerdos, Vrselja y sus colegas ahora están estudiando cerebros humanos donados con su máquina BrainEx. Es una operación más delicada que la experimentación con cerdos y conlleva serias implicaciones éticas.
Durante el experimento con el cerebro de cerdo, los científicos se aseguraron de que no se produjera ninguna actividad cerebral perceptiva. Para ello, el equipo incluyó sedantes en la fórmula, que impidieron la actividad eléctrica. Los científicos también dieron por finalizado el experimento después de seis horas. Sin embargo, los experimentos con el cerebro humano requieren más cautela.
Si el cerebro humano se acercara lentamente a la consciencia, suscitaría controversias éticas, jurídicas y científicas, afirma Hank Greely, experto legal biomédico de la Universidad de Stanford en California.
Vrselja dijo a la publicación que él y sus colegas “no tienen intención de conectar a nadie a su máquina BrainEx en el momento de la muerte”. Pero lo que han logrado hasta ahora es un paso significativo para demostrar que la muerte cerebral puede no ser tan definitiva como alguna vez pensamos.
Mientras tanto, los investigadores han tenido cierto éxito manteniendo el cerebro “celularmente activo durante hasta 24 horas” para poder probar tratamientos para enfermedades neurológicas. Esperan ayudar a pacientes con enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson.
F